KonoSuba: Bendita Sea Mi Suerte

Creiste que los problemas acabarían? Apenas han Comenzado!

Estoy vivo. Si. Pero no he tenido ganas de escribir hasta ahora.

¡Hola mis zasshus!

Luego de unos...2, 3 meses? Más incluso, finalmente decido escribir algo, es un capítulo medio relleno, medio progreso de la historia, pero bueno, espero lo disfruten.

Here we go again.

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Kazuma abrió los ojos lentamente de su sueño, estando actualmente en su posada, se dio cuenta de algo, no estaba en su cama.

En cambio estaba en el suelo con un pie posado justo en frente de su cara.

Le dolía la espalda, lo cual seguramente era provocado por el haber dormido en el suelo al ser sacado por la persona que dormía en su propia cama.

Al ponerse de pie se encontró con nada más ni nada menos que Aqua.

Si.

Aqua.

La diosa inutil que lo había abandonado y dejado a su suerte.

La misma diosa que era incapaz de hacer algo por ella misma que no sea lloriquear o quejarse.

Al igual que...era la misma diosa que le había salvado la vida, y que fue hasta el mismo infierno para buscar su alma y devolverlo a la vida.

Esa diosa, la diosa que era su amiga...

-ahh...supongo que puedo dejarlo pasar-. Comentó rascandose la nuca al ver a la peliazul siendo tan perezosa, durmiendo comodamente mientras babeaba.

Kazuma suspiró, se levantó perezosamente mientras frotaba sus ojos, luego soltó un bostezo y se debatió si ponerse su armadura o simplemente salir con ropa casual.

Hasta ahora casi siempre vestía su armadura al salir, tal vez por la desconfianza a quienes le rodeaban, pero ahora no se sentía tan inseguro, por lo que al final decidió no ponerse la armadura y salió usando una camiseta de mangas largas negra y pantalones del mismo color, lo unico que hizo fue ponerse sus botas y su cinturón con Durandal enfundada en el.

Sin embargo al salir de su habitación se encontró con nada más ni nada menos que la hermosa ex diosa mayor, Tiamat, quien dormía en el sofá de la sala de estar, en una postura perezosa con una gota de saliva escurriendose por la comisura de sus labios...

-ellas son realmente parecidas-. Fue el pensamiento de Kazuma quien sonrió al recordar que Tiamat era madre de Aqua.

¿Cual era la posibilidad de que luego de ser abandonado por la diosa del agua tuviera la suerte de encontrar un arma legendaria con la madre de la diosa que le abandonó sellada dentro?

-suerte-. Parecía su respuesta a todo, sonrió con cierta confianza, su suerte era realmente increíble, estaba orgulloso de esa suerte tan maravillosa que tanto lo había ayudado a lo largo de los meses en este nuevo mundo.

-hm...¿uh?-. Tiamat abrió sus ojos aun adormecida, comenzando a despertar y lo primero que vio al aclarar su vista fue a su compañero de pie frente a ella. -Kazuma...-.

-oh, entonces despertaste, buenos días, Tiamat-. El castaño alzó su mano con una leve sonrisa.

Por su parte la diosa mayor tambien sonrió y se levantó del sofá energicamente, estirando sus extremidades para luego dar un leve bostezo y sonreír hacia el castaño.

-buenos días, Kazuma-. Los ojos de Tiamat recorrieron la sala como si estuviera buscando algo.

-Aqua sigue dormida en mi cama-. Al escuchar a Kazuma, ella simplemente asintió y respiró hondo para luego disfrutar de su entorno, con una expresión serena, manteniendo los ojos cerrados.