Tengo tantos recuerdos juntos
para tan poco tiempo a su lado,
la recuerdo cada pocos segundos
y eso en el fondo me está destrozando.
Con ella no había mariposas revoloteando,
mi cuerpo se encontraba en paz,
poco a poco me fui acostumbrando
y ahora ocupa toda mi mentalidad.
Notaba mi corazón latiendo deprisa
y como me inundaba la felicidad,
todo me lo causaba su risa y su sonrisa
y duele verlo pasar.
A la deriva en una barcaza
la felicidad se escapa,
ya ni siquiera me molesto en atraparla,
me da igual que se vaya.
Duele ver los textos que la dediqué,
duele volverlos a leer,
duele recordar lo que fuimos una vez,
duele, duele, y no para de doler.
Me evado en los rincones de mi mente
en los que no está presente,
quiero olvidarla para siempre
pero cuesta olvidar lo que se siente.
Pasará el tiempo y amenará,
la tormenta se desvanecerá
y mi persona se recuperará,
pero ahora solo hay tempestad.
Vivo entre el dolor y la indiferencia,
no reconozco mi apariencia,
un tío con los ojos rojos matándose a conciencia,
se muere pero siente que vuela.
