Lo que la muerte se llevó

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No puedo creer que este momento llegase así, poniendo a tu exisencia fin, pocas veces te lo dije, pero eres la persona que más quise.

Me duele pensar en tu falta, cada vez q lo hago me deja fatal, siempre que pienso en ti me pongo a llorar.

Te necesito aquí a mi lado, aportándome tus calidos abrazos, siempre me gustó caminar de tu mano.

Recuerdo los veranos juntos, tú nunca estabas de luto, me enseñaste que todo esfuerzo tiene su fruto.

Tú me enseñaste a trabajar para triunfar, a no llevar mis cadenas ya más, eres quien me ayudó cada día a despertar.

Te echo en falta cada día, todas y cada una de tus sonrisas, daría lo que fuera por disfrutarla y saber que seguiría.

Abuelo esto va para ti, porque tu me enseñaste a ser feliz, y que a pesar de todo siempre debo sonreír.

No pienses que te he olvidado, aunque ya no estés a mi lado, tus recuerdos los guardo dentro de mi corazon bien sellados.

Tus canciones por el día y por la noche, sin importarte el que dirán de ti, y yo tranquilo porque sabía que eras feliz.

Se que estamos juntos, cada uno en su mundo, pero tus recuerdos son mis cortes más profundos.

Cortes que amo cada vez que los pienso, no pienses que digo haberme cortado, digo que tus recuerdos son los que más daño me han causado.

Gracias a ti supe que era tener un motivo para vivir, y ahora que yo estoy sin ti, muchas veces me quiero morir.

Espero que la muerte venga por mi, para poder estar junto a ti, pero me da miedo causar daño aquí.

Te necesito en mi vida, aportándome tus risas, aquellas que hasta en los peores momentos existían.

Abuelo quiero que me mires desde arriba, y estés orgulloso de tu fierecilla, que aunque no lo parezca sigue en pie día tras día.

Aunque a veces parezca que me vaya a derrumbar, y para olvidarlo todo me entren ganas de fumar y de llorar, tu imagen desde arriba me dice que no me rinda.

No te dije que te quería, cuando aún tenías vida, pero te lo grito desde aquí abajo para que lo oigas en lo alto .

Te quiero más cada segundo, el tiempo a tu lado en mis pensamientos es oro puro, amo de verdad cada rasgo tuyo.

Quisiera que estuvieras aquí para escucharme, para demostrarte que fuiste importante, pero ya te has ido y tengo que dejar que te marches.

Daría lo que fuera por verte de nuevo, recorrer juntos el mundo entero, te prometo que por ti estaré bien abuelo.

Pensar en ti me destruye el alma, despierto pensando en ti hasta la madrugada, mi cabeza no para de darte vueltas.

No estás conmigo pero sé que me estás escuchando, tan fuerte como te he estado llorando, tengo claro que cada instante a tu lado fue el mejor de los regalos.

Abuelo quiero que me observes desde donde estés, y veas que tu niño no se rinde ni a la de tres, que es fuerte como tú le enseñaste a ser.

Cuántas veces mis ojos te extrañaron, por solo poder verte en mis sueños de niño enano, no pensé que tu falta me haría tanto daño.

Fuiste quien nunca me mintió, el que siempre me apoyó, no quiero seguir viviendo si no estamos juntos los dos.

Quiero acabar con todo para verte y abrazarte, saber que a pesar de todo siempre me amaste, te necesito para seguir hacia delante.

Sé que cuando nadie me quiere, tú enciendes mi corazón con tu llama ardiente, ojalá estuvieras en más lugares que en mi mente.

Me arrepiento de no habértelo dicho lo suficiente, estas mierdas me comen la mente, pase lo que pase quiero que sepas que te amo eternamente.

Fuiste la mejor persona que existió, aquella que hasta en los momentos difíciles cuidaba de mi corazón, dándome todo su cariño y amor.

Me duele la idea de no tenerte conmigo, daría lo que fuera por estar un día más contigo, disfrutando los momentos que jamás quedarán en el olvido.

Cada instante a tu lado ha sido un regalo, nunca te pedí que me comprases si quiera un helado, porque estando juntos nunca se me hacía el tiempo amargo.

Déjaste un fuerte recuerdo en mi consciencia, y te puedo decir a ciencia cierta, que mis lágrimas son porque echo de menos tu existencia.

Me despido de ti en estos versos, solo tengo un último deseo, y es que sigas escuchando mis te quieros.

Relatos de un dementeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora