Ganas de drogarme y escuchar música fuerte en el suelo mientras veo como se mueve el cielo y pasa el tiempo.
Mañanas de música y noches de petas, mi madre de fondo echándome la peta como si no tuviera ningún problema.
Me escapo de la casa al parque para ver las estrellas, en el frío de la noche las lágrimas se me hielan y directamente no me afectan.
Me quedo viendo brillar el cielo porque yo no puedo, porque mi luz se ha desvanecido por el tiempo y no me alumbra mi mechero.
La hoguera de mi pecho se apagó y mi corazón se paró al momento en que vio en el reflejo a mi otro yo, parece que se arrepintió al verme y me arrancó la voz.
Ya volví a lo mismo y es rarísimo, porque no entiendo como se cae en un abismo que vi a cien metros y me ha dejado en el piso.
Lamento si mis sentimientos reprimo pero no le veo ningun sentido contarle lo que pienso a los que no sé si son amigos.
Para qué se lamentó si nunca nada se arregló con compasión, reconocerme fue mi despertador y debí romperlo para ver el color.