Fantasía de invierno

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El sol va cayendo,
el atardecer se está poniendo,
la noche amaneciendo,
con ella el mundo durmiendo.

Sus ojos reflejando el cielo,
poco a poco va oscureciendo,
en su mirada veo mi reflejo,
tiene unos ojos muy bellos.

Son las 8 de la tarde,
y estoy sentado en la calle,
tirado fijándome en cada detalle,
las estrellas haciendo que el cielo estalle.

La punta del piti arde,
el humo en sus labios es arte,
el universo mientras se expande,
yo perdido en su amarre.

Me pasa el cigarro,
el humo cruzando nuestros labios,
parece que flotemos en el espacio,
el mundo va despacio.

El tiempo pasa rápido,
los coches pasan volados,
lo vemos solo tú y yo por ir colocados,
hasta el culo de laryos.

La luna brilla en tus pupilas,
renta verte bailar con el tequila,
tus movimientos pura maravilla,
te agarraría y no te soltaría.

Tu cintura junto a la mía,
nuestras miradas aturdidas,
los astros alineados este día,
los dioses quieren que estemos juntos de por vida.

De fondo una bachata,
bailando el tiempo se nos para,
parece que no pasa y se estanca,
las manos no se separan.

Risas ruidosas que no paran,
tu mano acariciando mi espalda,
la gente nos mira con cara rara,
me la pela que se rían por disfrutarla.

Por disfrutar la noche y de ella,
mejor que estar tirado con una botella,
prefiero embobarme viéndola,
observarla mientras jadea.

Sus ojos brillantes como las perlas,
hemos bailado horas enteras,
ha reído como una niña pequeña,
hemos bebido como colegas.

No es una situación bochornosa,
es la manera de disfrutar las cosas,
ella es una diosa,
a mi me gusta la vida alcohólica.

La llevo por la ruta liosa,
la gusta y se me pone cariñosa,
me ve con otra y se pone celosa,
me mola verla picajosa.

Es mi forma de decirla te quiero,
yo fumo y bebo,
no tengo el cerebro bien puesto,
pero por ella vuelo al cielo.

Dirán que no soy bueno,
para ella soy perfecto,
se tumba encima y la acaricio el pelo,
se que le gusta esto.

Me gusta tocar todo su ser,
la gente se asusta cuando nos ve,
ella gritando "ya lo besé",
yo riendo a más no poder.

Este pasado se fue,
volverá a aparecer,
juntos vamos a crecer otra vez,
riendo y bailando hasta el amanecer.

Sonrío y miro su boca,
la madrugada se descontrola,
mis manos en su cuello la vuelven loca,
una sonrisa en su cara se esboza.

Los ojos rojos no enfocan,
noche de alcohol y drogas,
viendo iluminada la ciudad por las farolas,
ella es la luz que más brilla de todas.

Quiero que esté aquí de nuevo,
bailar y teñirnos juntos el pelo,
reír tumbados en el suelo,
dejando buenos recuerdos.

Viviendo una fantasía de invierno,
el tiempo pasa rápido pero lento,
el corazón acelerado en mi pecho,
ella se encarga de estos sucesos.

Amo acercarla por la cintura,
su piel mi lienzo y mis manos la pintura,
la digo que pruebe mi amargura,
prefiere mi dulzura.

Le doy lo que pide a la de una,
se pone seria para hacerse la dura,
la beso con ternura,
mis labios son su cura.

Día y noche me canta,
su voz de tono de llamada,
la escucho de alarma por las mañanas,
prefiero despertar y verla en mi cama.

Allí despierto de madrugada,
está en otro sitio alejada,
todo esto ha sido una promesa soñada,
con paciencia lo prometido pasa.

Tengo que esperar que venga,
mi sueño es que vuelva,
está lejos pero la noto tan cerca,
es que como si la distancia no estuviera.

Sentado en la acera,
en mano piti y botella,
esperando su regreso pido paciencia,
en nada estará de vuelta.

Relatos de un dementeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora