Una idea

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Tus besos me paran el tiempo y hacen que parezca eterno el cariño que solo dura un momento,
te dije que te amaba hasta el fin del universo y me salistes con peros porque creías que no te merezco,
y te escuché por lo que me alejé y ahora pides volvernos a ver como si tu decisión no me fuese a doler,
al parecer te cuesta entender que los actos pueden romper y no debes volver si te irás otra vez,
lo repetiste sin parar ignorando que mis lágrimas aumentaban cada vez más hasta llenar el mar,
y tú también lo pasabas mal pero preferías ignorar antes que erradicar el problema y ese era nuestra amistad,
ni yo te merecía ni tú lo hacías y así pasaron los días haciéndonos heridas infectadas de mentiras,
curándolas con sonrisas que parecían efímeras pero duraban lo mismo que nuestras despedidas,
no estabas preparada igual que yo no lo estaba y creíamos que duraríamos más de unas pocas semanas,
fuimos una idea mal pensada y mal planteada que terminó a las malas por estar envuelta en falacias,
quizá no nos queríamos de verdad y por eso este barco se hundió a una velocidad mayor al de una piedra en el mar,
éramos amigos que quisieron algo más sin sentirlo de verdad y sabíamos que no iba a funcionar,
Cupido ha mentido dejándonos dolidos y ahora ya si quiera sonrío porque no veo el mundo bonito,
a tu lado era lindo pero se ha convertido en un horrible sitio que solo deja vacíos,
y vacío me siento cada noche al aislarme en mis pensamientos tragándome los sentimientos,
pues pensar en ti es sufrimiento y al verte siento puñales en mi pecho atravesando sin un mínimo esfuerzo,
quisiera que fuera distinto y tu presencia no me tirase al abismo del que antes he huido,
desearía no ahogarme en vino por lo que ha sucedido pero para qué cambiar el destino,
tu mirada duele al verla como no apagar la última vela o ver llorar por primera vez a tu abuela,
son cosas que no esperas que se sientan de esta manera y rezas porque sea la última y la primera,
prefiero perderte en la memoria porque al pensarte sentía que me moría,
como mi alegría desvanecida en un vertedero de mentiras hiladas por tus fechorías,
mis suspiros perdidos en la mar y hundidos como yo al verte marchar sin mirar atrás,
puede que merezca tu necedad por no saberte amar aunque tampoco tú eras capaz,
solo somos recuerdos porque lo nuestro fue un error del momento así que no engañes a tus pensamientos,
fuimos mala idea por los tiempos y aunque el daño ya está hecho te deseo suerte cielo.

Relatos de un dementeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora