Anotación errónea [ʏᴏᴏɴꜱᴇᴏᴋ]

02

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ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 2
-ʟᴏꜱ ᴀᴄᴄɪᴅᴇɴᴛᴇꜱ ᴘᴀꜱᴀɴ-

HoSeok despertó en la calidez de unas suaves mantas, pero el cansancio, y aún persistente sueño, no le permitieron darse cuenta de muchas cosas:

1.Esa no era su cama.
2.Ese no era su aroma.
3.Esa no era su habitación.
4.Y mucho menos ESA era su casa.

El omega juraba que había dormido mucho tiempo, aunque realmente no fueron más de 5 horas. Sentía el descanso recorrerlo en oleadas.

Decidido a no levantarse aún, giro su cuerpo para acostarse en una posición más comoda, y fue ahí cuando todo comenzó a tornarse extraño.

El omega sentía un calor corporal al lado suyo, lo que indicaba la presencia de una persona que le hacía compañía en la cama. Alarmado por ello, abrió los ojos de golpe sólo para encontrarse con la persona que no podía ver ni en pintura: Min YoonGi.

El alfa a su lado se encontraba profundamente dormido, con la tranquilidad casi palpable en su rostro. Su torso trabajado estaba desnudo, lo que dejaba ver su pálida y ancha espalda con unas líneas rojizas; arañones frescos.
La mirada de Hobi siguió recorriendo al mayor y, con miedo, levantó la sabana para comprobar si ambos se encontraban desnudos.

El terror invadió cada fibra de su ser cuando así fue.

Se había despavilado totalmente después de eso, comenzando a ser consciente del dolor de cabeza y espalda baja que se cargaba.
Empezó a negar frenéticamente, queriendo convencerse de que todo era una pesadilla creada por su loca y alcoholizada mente, pero el ronquido del mayor delató que esto no era más que la cruda realidad.

Un grito agudo resonó por toda la casa.

YoonGi despertó al instante, cayendo de la cama por lo inesperada y brusca de esa acción.

—¿Qué sucede, quién se quema?— preguntó con espanto, mientras se ponía de pie al lado de la cama.

—¿Qué hicimos anoche?— le encaró el menor, mientras apretaba la sabana sobre su cuerpo para no mostrar su desnudez.

El rubio miró con intriga al otro, despistado por encontrarselo en su cama en tan precarias condiciones. Tardo unos minutos en recordar y asimilar los hechos, por lo que durante ese tiempo el silencio se apropió de la habitación.

—Bueno, si nos guiamos por lo obvio, puedo deducir que tuvimos sexo— contestó mientras se encongia de hombros y volvía a acostarse cómodamente en la cama.

—¿Y lo dices así tan despreocupado?— exclamó con indignación el omega.

—No seas tan exagerado, Jung. No es para tanto— soltó YoonGi, quitándole importancia, a la vez que dejaba salir un cansado bostezo.

HoSeok suspiró, claro que era para tanto, acababa de perder su virginidad con su proclamado enemigo.
Pero decidió seguirle la corriente al alfa, su orgullo jamás le permitiría darle el gusto de saber aquello.

—Por favor dime que usaste condon

El contrario se tensó al oír aquello, con razón presentía que se se había olvidado de algo importante.

—No— respondió, con casi timidez. Sentía que en cualquier momento el chico con olor a vainilla se abalanzaria sobre él para romperle la cara.

Esa contestación fue como un cubetazo de agua fría para HoSeok. Para colmo de todo sus cerebros bajo los efectos del alcohol no les recordaron cuidarse.

¿Ahora que harían?

YoonGi noto la incertidumbre del omega, por lo que rápidamente se puso de pie y comenzó vestirse.

—Creo que mi hermana guarda sus pastillas anticonceptivas en el botiquín del baño, vístete mientras voy por ellas.

El castaño suspiró mientras lo observaba salir de la habitación, con lentitud comenzó a recoger su ropa del suelo para ponérsela.

Al cabo de unos minutos el menor se encontraba ya cambiado y sentado en la orilla de la cama, esperando al otro joven, el cual entró con una pastilla y un vaso de agua en las manos.

—Tómala, son muy efectivas, principalmente antes de que transcurran las 48 horas. Mi hermana jamás ha salido embarazada gracias a ellas.

Hobi solo atinó a tomarla, rogando internamente porque la postday hiciera su magia y funcionará.

Después de eso ambos fueron a la puerta de la casa en un silencio incómodo. Antes de irse completamente de ahí, HoSeok se armo de valor para voltear y decir:

—¿Esto nunca pasó, Min?

—Esto nunca pasó, Jung— confirmó el alfa.

Todo seguiría normal, ¿cierto?.