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ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 4
-ɴᴀᴅᴀ ᴇꜱᴛᴀ ᴍᴀʟ, ᴘᴇʀᴏ ᴀʟɢᴏ ɴᴏ ᴄᴜᴀᴅʀᴀ-

~Un mes después~

En definitiva ese no era el día de HoSeok.

Lo supo desde el momento en que se paro esa mañana de la cama. Unas náuseas horribles lo habían invadido desde que abrió los ojos, obligándolo a vaciar su estómago y quitándole el apetito de un rico desayuno hecho por su madre. Después, cuando se dispuso a bañarse, el agua caliente se terminó en su casa y tuvo que tomar una ducha en la que casi se congela, y ahora, ya estando en la escuela, su mejor amigo parecía querer fastidiarle la existencia.

—¡Iugh!, ¿discutiste con YoonGi otra vez?

—No, ni siquiera he visto a YoonGi en lo que va del día— le miró extrañado Hobi.

—Apestas a él, y también tú olor es un poco más dulce— explicó su mejor amigo, mientras arrugaba la nariz y seguía caminando hacia el salón.

HoSeok quedó de pie en medio del pasillo, pasmado, sentía que la sangre en sus venas se helaba.

Si su olor era más dulce podía ser un indicador de que su celo se estaba acercando aunque, siendo sincero consigo mismo, las fechas realmente no le cuadraban.
Y el que oliera a un alfa no tenía muchas explicaciones: había estado cerca de él, eran pareja y mantenían un lazo, o estaba preñado.

Descartando posibilidades, Hobi se quedó con dos:
1. Su celo llegaría en cualquier momento.
2. Estaba embarazado.

Y, oh cielos, rogaba a todos los astros que se tratará de la primera.

———🍼———

Un omega pelicastaño caminaba con paso decidido hacia el gimnasio.
Lo primero que pudo observar al pasar por la puerta doble fue al equipo masculino de basketball, se encontraban en la cancha y practicaban siendo instruidos por el entrenador.
Su caminar había disminuido, volviéndose lento y un tanto tímido.

Con discreción se acercó a NamJoon, que se encontraba parado en una orilla del lugar, su amigo estaba muy sudado por haber participado recientemente en el partido.

—Nam— le llamó suavemente.

El alfa volteó un tanto desconcertado, no esperaba que alguien viniera a interrumpirle en pleno entrenamiento.

—Oh, hola, Hobi. ¿Qué te trae por aquí?

El omega le hizo una seña para que se acercara y así poderle susurrar algo al oído.

—¿Por qué necesitas hablar con YoonGi?— cuestionó con intriga ya que esos dos eran como el agua y el aceite, tan diferentes que no podían convivir juntos.

—Después te explico, solo dile por favor que lo espero en el parque que esta enfrente a la hora de salida. Y que ni se le ocurra faltar porque voy hasta el fin del mundo a traerlo— advirtió.

—Ok, yo le paso tu mensaje.

—Muy bien, muchas gracias Nam. Nos vemos luego— se despidió para por fin salir de ese lugar que lo tenía un tanto agobiado. Todas esas feromonas dominantes combinadas con el olor salado del sudor le revolvían el estómago.

NamJoon se quedó bastante confundido por la petición tan rara de su amigo, pero se encogió de hombros para restarle importancia. Cualquier problema que se trajeran era mejor que lo dialogarán y resolvieran como personas civilizadas.

Aunque ninguno de ellos sabía, o se imaginaba, que ese problema ya tenía 4 semanas existiendo.

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Anotación errónea [ʏᴏᴏɴꜱᴇᴏᴋ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora