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ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 18
-ᴅʀᴀᴍᴀꜱ ʏ ᴇꜱᴄᴇᴘᴛɪᴄɪꜱᴍᴏ-

—¡Dejame aquí, quiero aferrarme a mi vida lo mas que pueda!

YoonGi rodó los ojos ante aquello, dejando atrás su tarea de forcejear con los brazos del omega.

En su camino hacia casa a HoSeok le habían agarrado unas náuseas horribles, pidiéndole así a YoonGi que orillara su moto ya que, en sus palabras, “sentía que todo le daba vueltas y que el corazón se le salía por la garganta”. Y el alfa no había tenido problema con aquello, simpatizando un poco con los achaques que seguramente sentía el menor gracias al embarazo.

Pero nunca se imagino que más de 40 minutos después el embarazado seguiría aferrado a la banca, alegando que moriría ahí mismo y que le heredaba todas sus pertenencias a sus padres, JiMin y Hyuna. Y que ni se le ocurriera a YoonGi quedarse con alguna de sus cosas, porque su espíritu vendría a jalarle los pies por la noche.

—Mejor jalame está— indicó el rubio, haciendo un gesto obsceno hacia su entrepierna. Riendo a carcajadas cuando HoSeok lo miró con odio.

—Eres un cerdo, pervertido— regaño, volteando su rostro en dirección contraria con indignación.

—Y tu eres un dramático— refutó audazmente —.Llevamos aquí 40 minutos o más, la gente comienza a vernos raro, seguramente piensan que nos han corrido de nuestras casas.

—Que piensen lo que quieran, ellos no cargan a dos bebés en el vientre.

El alfa rodó los ojos con fastidio. Era imposible ganarle al menor en una discusión, siempre tenía algo que usar a su favor.

—Está bien, si quieres tu quedate aquí a reposar en lo que se te pasa el mareo. Yo iré a conseguirnos algo de comer dentro del centro comercial— indicó, señalando con el mentón la plaza comercial que estaba a menos de 5 cuadras.

—Okay, abandonanos aquí a nuestra suerte. Yo soy capaz de sacar adelante a mis hijos, no necesitamos de ningún alfa— exageró, moviendo ambas manos con frenesí.

—Sí, sí, lo que tu digas— YoonGi le quito importancia, acostumbrado a ese tipo de escenas que le gustaba protagonizar al menor. Dio media vuelta para comenzar a alejarse.

—Trae unas donas del Kreespy cream, por favor— vocifereo el omega, antes de perderlo totalmente de vista.

HoSeok bufó, acariciando distraídamente su redondeado vientre.

—Su padre es un tonto, cachorritos. Pero...en el fondo, aunque me duela en el orgullo admitirlo, sé que es el mejor— susurró, alzando levemente las comisuras de sus labios en una discreta sonrisa.

Su monólogo finalizó al escuchar un agudo ladrido a su lado.
Bajando su vista se topo con un adorable perrito, el cual se veía que no pasaba de los 4 meses. Su pelaje era esponjoso y de un color ámbar, que se asemejaba a la dulce miel.

—Eres muy tierno, ¿qué haces aquí tan sólito?— cuestionó ladeando un poco su cabeza, miró rápidamente alrededor para corroborar que nadie estuviera buscando al canino.

El animal ladro una vez más, echándose en el suelo al lado de aquella banca de concreto.

El omega acercó cuidadosamente su mano, acariciando el bello pero descuidado pelaje.

—Por lo visto no tienes amo...— murmuró, ideando un plan dentro de su cabeza —No creo que a YoonGi le moleste tanto si te llevo conmigo, ¿verdad?— preguntó retóricamente, sabiendo que realmente no recibiría una respuesta.

Anotación errónea [ʏᴏᴏɴꜱᴇᴏᴋ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora