Anotación errónea [ʏᴏᴏɴꜱᴇᴏᴋ]

09

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ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 9
-ᴅᴇᴄɪꜱɪᴏɴᴇꜱ ɪᴍᴘʀᴇᴅᴇᴄɪʙʟᴇꜱ-

Hobi había imaginado muchos escenarios sobre cómo reaccionarian sus padres ante la noticia de su embarazo, unos más trágicos que otros, como por ejemplo ese en el que lo corrían de casa y terminaba viviendo debajo de un puente, o aquel otro en el que se convertía en un omega luchon con un puesto de comida callejera que dejaba la escuela para sacar adelante a su hijo.

Pero ninguno de ellos se asemejaba al que ocurría frente a sus ojos.

—¿Estás embarazado?— volvió a preguntar su madre.

El castaño sólo atinó a asentir, encogiendose del miedo porque probablemente estaba a punto de recibir la regañina de su vida.

—Oh...— exclamó en entendimiento ella.

“okey, apenas lo están asimilando, en cualquier momento comienzan los gritos y palabras hirientes" pensó el joven.

—Está bien, cariño— le tranquilizó su papá.

Los ojos de HoSeok casi salían de sus cuencas por la impresión, ¿sólo estaba bien?, ¿no hay ni siquiera un escarmiento de por medio?.

—¿Có-cómo?— titubeó, desorientado.

Ambos suspiros hicieron eco por todo el lugar.

—HoSeok, desde la edad correcta te empezamos a hablar de los actos de reproducción y métodos anticonceptivos, nos encargamos de que conocieras tu cuerpo y se te grabará bien que tenías la oportunidad de concebir en tus manos. Pero, lo más importante, te dimos la libertad de hacer con todos estos aprendizajes lo que te plazca— comenzó su madre.

—Hoy ya estas en edad de tomar tus propias decisiones, y ya eres muy consciente de las consecuencias que cada una conlleva.
Admito que me siento un poco decepcionado, pero eres nuestro hijo y te amamos demasiado, así que no vamos a orillarte a hacer algo que no quieras. No te vamos a correr de casa ni mucho menos te obligaremos a vivir con el padre. Esa no es la mentalidad que tenemos— completo su progenitor.

—¿Entonces...?—

—Es tu decisión, tesoro. Tu puedes decidir si te quedas aquí o vas con el alfa para que se haga responsable. Si no quieres que este involucrado en la crianza también es válido, sabes que tenemos las posibilidades económicas para mantenerte a ti y al cachorro— la mujer omega se acercó a abrazar a su hijo, el cual temblaba un poco por todas las emociones encontradas que le recorrían.

Así que sus padres le están dando la libertad de escoger que hacer...
Podía quedarse en la comodidad y el confort de su hogar, con su mamá cocinando sus antojos, y su papá comprando sus caprichos.

O podía ir a vivir con YoonGi, en un lugar y ambiente desconocido, obligandolo de esta forma a hacerse responsable por la criatura que ahora cargaba en su vientre.

Aunque muchos en su misma situación elgirian, sin dudar ni pensar, la primera opción.
El escogió la segunda.

Su orgullo no permitiría que ese alfa tonto ande por la vida como si nada.

Oh no, claro que no.

YoonGi se haría cargo de él y su cachorro, o se dejaba de llamar HoSeok.

Es por eso que aquella noche se acostó en su cama con muchas ideas rondando por su mente. Tenía que pensar la manera más extrema, lo suficiente como para obligar al rubio y no dejarle otra alternativa.

¿Qué tal esa de plantarse en su casa?

No estaría nada mal, ya estando dentro de la casa no había forma de que el alfa lo sacará, o al menos ninguna que no implicará la violencia.

Y por supuesto que jamás usaría la violencia en contra de un preñado e indefenso omega. Si hacía aquello, que sabía que no porque después de todo era un hombre con buenos valores, se ganaría grandes problemas legales, de los que no saldría sin al menos 5 años de cárcel.

HoSeok sonrió con conformidad, volteandose en su cama para acomodarse de una forma más cómoda.

Acarició levemente su, aún, plano vientre.

—Tranquilo, pequeñito, seguro que tu padre estará muy feliz de que lo visitemos mañana— arrullo con voz suave.

Al día siguiente organizaria a sus contactos sociales para que lo ayudarán con su objetivo.

Ese alfa no se liberaría fácilmente.