1. Encuentro en el Lago Negro.

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[Antes de empezar me gustaría aclarar que éste fanfic me pertenece y que actualmente lo estoy subiendo en Fanfiction.net.
Decidí subirlo aquí porque me gustaría que mi historia llegara a más gente de la comunidad hispanohablante; ya que en Fanfiction la mayoría de los que ven mi historia son angloparlantes. Espero que les guste y que me digan si quieren más capítulos (en Fanfiction me encuentran como Charles84).]

N/A: ¡Hola a todos! Espero que estén pasándola bien. Este es mi primer Fanfic de Harry Potter. Como pudieron percatarse, este FanFic es sobre un ship entre Ron Weasley y Luna Lovegood. ¡DISFRUTEN EL FIC!

Habían pasado unos cuantos meses desde la muerte de Cedric Diggory y todo el mundo mágico estaba aterrorizado ante la idea del posible regreso del Señor Tenebroso. Por supuesto había quienes no confiaban en la palabra de Harry Potter y optaban por creer en el Ministerio de Magia. Aquellos que sí temían por el inminente regreso de Voldemort eran quienes, desafortunadamente, tuvieron algo que ver con él, ya sea directa o indirectamente. Ron Weasley fue uno de los pocos (al principio) que creían en El-niño-que-sobrevivió, y no es para menos: el pobre Harry necesitaba que lo apoyaran para poder afrontar aquella cruda realidad.

Ron era el mejor amigo de Harry desde su primer año en Hogwarts Escuela De Magia y Hechicería, y desde ese primer curso habían empezado a afrontar diversas aventuras año con año. Pero Ron sentía que las aventuras tenían que parar. No era nada relacionado con la madurez de los adolescentes de quince años, sino que tenía el presentimiento de que en aquel curso iban a ocurrir cosas grandes, ya sea para bien o para mal. Ese mismo año cursaría su quinto año en Hogwarts y estaba nervioso; pues ese año tendría que estudiar muchísimo más que en todos los anteriores. Tendría que vérselas con los TIMOS. Ron nunca había sido la clase de chico estudioso, al menos por voluntad propia. Hermione Granger era su mejor amiga y ella siempre ayudaba a Ron y Harry con los estudios. Ellos no podían hacer nada para impedir dicho acto pero, en el fondo, ambos sabían que las tutorías de Hermione los ayudaba mucho.

El año anterior Ron, totalmente confundido, creyó que había perdido la amistad de su mejor amiga; debido a que la chica pasaba tiempo con Víctor Krum, un famoso jugador de quidditch. Hasta aquel momento Ron pensaba que Hermione era la única chica que andaba por su mente, hasta que una mañana durante el almuerzo y que estaba sentado junto a Harry en el Gran Comedor, vió a su hermana menor, Ginny, y a una chica que no conocía despidiéndose y cada una yendo a la mesa que le correspondía. La desconocida se sentó en la mesa de Ravenclaw. A Ron le pareció muy bonita: cabello rubio, ojos grises y, sobre todo, su expresión que detonaba serenidad, confianza e inteligencia. El chico no pudo contener la curiosidad así que preguntó a Harry mientras se servía más puré de papa:

-Oye, Harry, ¿sabes quién es la chica que estaba hace un momento con Ginny?

-No sé muy bien a quién te refieres-. Respondió Harry distraído con el huevo que consiguió en la segunda prueba del Torneo de los Tres Magos, ajeno a su comida que seguía llena en el plato.- Pero si era una chica rubia, y estoy seguro que era ella, lamento decirte que no conozco su nombre. Pregúntaselo a Ginny.

Ron se sintió un poco desilusionado al no conseguir el nombre de la chica. Sin embargo, aquella no sería la única vez que el pelirrojo vería a la rubia. Después del primer vistazo en el Gran Comedor, Ron la volvió a encontrar en los pasillos, mientras él y Harry se dirigían a sus clases de Pociones. En otra ocasión tuvo la oportunidad de distinguirla en los patios del colegio, junto al Lago Negro. Fue ahí donde Ron confirmó sus sospechas de que la chica cursaba, en aquel momento, su tercer año.

Antes de que terminara el curso, Harry y Hermione pudieron darse cuenta de que Ron parecía más distraído de lo normal. El menor de los varones Weasley se la pasaba preguntando mentalmente en cómo era posible que una chica, que encima ni conocía de nada, le llenara de intriga con sólo ver su rostro. Una noche antes de terminar el curso escolar, Ron se encontraba en su cama de dosel rojo. Harry al parecer no había logrado conciliar el sueño y, para distraerse un rato, le sacó plática a Ron.

Una liebre para un WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora