Nygmobblepot en Mix-cember

Día 14. //Personaje// necesita un abrazo

Verlo ahí, frente a él cada día, de cierta forma lo calmaba, al menos sabía que así no habría forma en que pudiera hacerle daño, que así, mientras era un cubo de hielo, no podía herirlo, al menos ya no más, y aún así solo pensaba ¿cuál de los dos está en verdad congelado?

Continuaba reprimiendo sus emociones, al menos como una fachada, tratando de evitar que el dolor que le provocaba el verlo y saber lo que había hecho lo consumiera por completo; porque, después de todo, había usado sus sentimientos para herirlo, su vulnerabilidad.
Se habían traicionado mutuamente, ¿
pero ¿quién había terminado más herido en esa lucha que llevaban?
Ed estaba congelado, cumpliendo como una atracción en su club, y él se sentía congelado; era cierto, lo que había dicho el más alto, solía dejarse llevar por sus emociones, tal vez demasiado, y cuando eso pasaba, bueno... Comenzó su reprimirlas por él, para que él no volviera a pasar.

¿Cómo confiar en alguien más, cuando la única persona en que lo hiciste usó esa confianza para destruirte? ¿Cómo ser vulnerable con alguien, cuando esa vulnerabilidad mostró ser una desventaja total?

"Fuiste la única vez que permití que el amor me debilitara, y te quiero cerca, como un recordatorio constante, de jamás cometer ese error de nuevo."

Esa era su finalidad ahora, recordarle ese error, recordarle que el amor que sintió fue lo que lo llevó a la ruina, que el amor que sentía sería lo que lo destruiría.

Y sí, Edward estaba congelado físicamente, pero el mismo frío que consumía su piel era el que destruía su alma con el paso del tiempo.

Había actuado mal, desde el egoísmo, lo sabía, sabía que tal vez en ese momento Ed era solo un capricho, que en realidad no lo amaba porque, de haber sido así, habría sacrificado su felicidad por la de él, entendía que hubiera querido asesinarlo, pero hizo más que solo dispararle y dejarlo morir, destruyó todo lo que podía importarle, todo lo que había construido, lo destruyó a él, y aún sufría las secuelas de aquello.
¿En quien confías cuando la única persona que te dio seguridad uso todo lo que le confiaste para torturarte?

-Oh, Ed... ¿Qué nos pasó?- sentía el peso en su pecho, mientras acercaba su mano para tocar el hielo, retirandola al último momento. Suspiró. -¿Cómo terminamos así? ¿Por qué?

Veía fijamente al hombre congelado, deseando, muy en el fondo, tener una respuesta, que contestara aunque fuera para insultarlo de algún modo, pero solo lo recibiría el silencio.

-... Si no la hubiera asesinado todo estaría bien ¿cierto?- dejó que el silencio de la habitación se prolongara por un tiempo, mientras veía aquellos ojos que solían estar tan llenos de vida y conocimiento y que albergaban ahora solo frío y muerte. -Es mi culpa, todo esto, si no hubiera sido tan egoísta... ¡O tal vez si no hubiera sido cobarde! ¿Habrían cambiado las cosas si te decía... Eso, antes? Si lo hubieras sabido antes de conocer a la bibliotecaria, ¿o habría resultado igual? Solo, estaba tan asustado por tu reacción, y cuando al fin me decidí a decírtelo, ella apareció de la nada; y la odiaba Ed, porque fue tan simple para ella tenerte, tan simple para ti decir que la amabas... Y yo, yo destruí la felicidad que te daba porque te quería para mí ¡Y mira a dónde nos llevó eso! ¡Bravo yo!- empezó a reír ante la posibilidad de haber hecho bien las cosas, aún viendo al de verde en aquel cubo de hielo que era ahora su prisión.

-Tal vez las cosas podían haber sido diferentes, tal vez no estaríamos como ahora... Tal vez ninguno sería un trozo de hielo. Odio esto, odio verte y saber que, aún después de todo lo que hiciste, siento todo eso por ti, que por más que intente reprimirlo sigue ahí.
No te bastó con lograr que destruyera todo mi Imperio intentando encontrarte, que hiciera pedazos todo lo que tanto me costó construir para salvarte de ¡nadie! Por que ese era tu plan al final. Pero usar a mi difunto padre... ¿Enserio era tan necesario profanar su tumba? ¿Y dejar sus restos en un basurero después? Necesitabas volverme loco, pero lo hiciste cayendo lo más bajo que podías, ¡¿Por qué demonios tenías que usar la confianza que te dí?!- lanzó el vaso del que había estado bebiendo hacia aquel adorno que representaba Edward, mientras un par de lágrimas se deslizaban por sus mejillas. -¡Te odio porque aún así pienso que todo lo que hiciste es mi culpa! ¡Porque aún pienso que de algún modo me merecía todo eso! ¡Sé que fui un imbécil y probablemente merecía que me odiaras! ¿Pero que usaras toda mi vulnerabilidad contra mí? ¿Que usaras esos sentimientos y esa... Esa debilidad que solo te mostré a ti? Eras la única persona en la que confiaba y tú...

Su voz terminó quebrandose por completo mientras llevaba una de sus manos a su boca para evitar que se escuchara que había empezado a llorar, sentía como la presión en su pecho aumentaba, como si su corazón simplemente no pudiera resistir más dolor, cada parte de él que había intentado no sucumbir a sus emociones desmoronandose, como la energía que había estado usando para reprimirlas cesaba al fin.

-Sé que te traicioné, y luego intente justificarme, y lo siento, en verdad lo siento... ¿Pero tenías que hacer todo eso? Y luego... En verdad hubiera dado mi vida por tí, aunque hubieras amenazado con asesinarme con ácido, en verdad no estaba dispuesto a entregarte, pero estabas tan cerrado a probar que no era capaz de amar, o de cambiar, tan centrado en la idea de que jamás lo haría, que igual me disparaste, me empujaste para desangrarme en el agua... ¿Sabes lo peor? Quiero sacarte del hielo pero, ¿Qué es lo que vas a hacer si lo hago? No puedo, Ed. Y me aterra que quieras dañarme más aún, porque se que me odias y eso no va a cambiar, y se que no merezco que me quieras... Tal vez simplemente no merezco que nadie lo haga... Y tal vez sería mejor si en verdad no fuera capaz de amar, porque entonces no me sentiría mal por haberte herido, y sería en verdad capaz de odiarte por todo lo que tú me hiciste a mí...

Sentía las lágrimas caer por sus mejillas, incapaz de ver a algo que no fuera Edward, sentía el vacío que había dejado en él, y la sensación de que, tal vez, en verdad no era digno de ningún tipo de amor... ¿Por qué más el destino insistía en arrebatar la vida de quienes amaba ante sus ojos?