El viento chocando con sus rostros se sentía como si trozos de hielo chocaran directamente en sus mejillas, rasgando su piel con su gélido soplar, la vista de la ciudad siempre le parecía extraña, pero verla desde lo alto de aquella azotea le otorgaba cierta magia que era difícil de sentir, una magia intensificada por la persona a su lado. Se sentía diferente a su lado, feliz si podía decirlo, su corazón palpitaba con más fuerza y sabía que su temperatura corporal aumentaba al estar con él, se sentía bien a su lado, y era lo único por lo que valía la pena seguir ahí, y sabía que para el joven de cabello negro a su lado la situación era similar.
Nunca le había gustado el alcohol, ver lo que causaba en su padre era suficiente como para que quisiera mantenerse alejado del mismo, y sin embargo ahí estaba, con una botella de cerveza en su mano, dando pequeños sorbos a esta, dejando que adormeciera sus sentidos, sorprendido aún por la velocidad con la que el más bajo bebía a comparación suya.
Una, dos, tres botellas, mientras su voz se elevaba a medida que el alcohol hacía efecto, le daba un color rojizo a sus mejillas resaltando sus pecas en aquella piel tan palida que tenía, le sonrió cuando empezó a reír de la nada por algo que él mismo había dicho, viendo atentamente como aquella risa se desvancía dando paso a una expresión más seria en el rostro del más bajo, fijando aquellos ojos verdes sobre él, incapaz de decir alguna palabra.
El silencio se extendio por varios momentos, hasta que vio como el de pecas se estiraba para alcanzar otra botella.–No creo que debas tomar más Os.- tomó su mano evitando que su mano hiciera contacto con el cristal de la botella. –¿Pasa algo?
La mirada nerviosa del mas bajo le resultaba extraña, siempre era él el primero en actuar después de todo, no era lo más normal verlo de esa forma, y la risilla que le siguió junto a la torpeza con la que hablaba solo aumentó esa sensación de extrañeza. Apretó ligeramente sus manos, pensando poor un momento en entrelazar sus dedos, pero desechando la idea por la posible reacción que causaría.
–¡Sí, sí, todo está bien, perfecto de hecho! ¿¡Qué podría estar mal!?
Su mano fue apartada unos segundos después por el más bajo con un nerviosismo que no había visto antes en él, murmuraba palabras al azar y era difícil entender a lo que quería llegar. Lo siguió con la mirada mientras este comenzaba a caminar en círculos, gesticulando con sus manos, pero siendo totalmente incomprensible para él.
–¿Necesitas decirme algo
–¡Sí! ehm no, no. Bueno, no es como si fuera algo malo sabes, todo está bien, todo es perfecto.
–¿Oswald?- se puso de pie, acercándose lentamente al más bajo, tomando una vez más sus manos entre las suyas –Puedes decirme cualquier cosa, está bien, ¿que sucede?
–Y-yo, uhm... - sus latidos aceleraban a cada momento que pasaba, solo sintiendo el calor de aquellas manos acariciandolo con suavidad, sentía como su rostro ardía y el viento frío que los golpeaba no era perceptible para él; veía el rostro preocupado del de lentes, que estaba fijo sobre él, siempre sobre él con aquella sonrisa tan tierna que solo lograba confundirlo cada vez que la veía. Ed lo había acercado más hacia él, llevando sus manos a su pecho, como si la sola distancia fuera una tortura de vez en cuando. –Creo que te amo.
–¿Qué?
–¡Que si puedes soltar mi mano!
–¡Eso no fue lo que dijiste!
–Claro que sí, ¿que otra cosa podría decir?- se alejó con brusquedad del más alto, llevando sus manos a su rostro, queriendo desaparecer en aquel mismo momento. Había sido tan rápido, solo lo soltó de un momento a otro, no era así cómo debía ocurrir, y él seguía inmóvil, solo viendolo, sentía su mirada sobre él, pero no era capaz de voltear a verlo.
–Me...- un nuevo mundo se abría ante sus ojos, aquella sensación, aquella magia que sentía al estar junto a él parecía explotar en aquel momento frente a sus ojos, como si cientos de fuegos artificiales fueran los que iluminaban aquel lugar. –¿Me amas?
–¡No!
–Pero, eso fue lo que dijiste, ¿Por qué lo niegas?
–Porque... Porque es vergonzoso Ed.
–¿Por qué?
–¡¿Cómo que por qué?!
–¡No entiendo por que sería vergonzoso!
–¡Sabes que, olvida esto, nada de esto pasó, solo estoy borracho!
–¡No es cierto, tu tolerancia al alcohol es bastante alta, y apenas bebiste suficiente para tener un ligero mareo!
–¿¡Tú que sabes!?
–¡Me la paso contigo idiota!
–¡Agh, cierra la boca Nygma!
–¿¡A dónde crees que vas!?
–¡A casa!- lo vio alejarse en dirección a las mismas escaleras por las que habían subido, huyendo de lo que acababa de decir.
–¡No! ¡Me trajiste aquí sin decir nada y como es usual te seguí porque confío en tí, y sueltas esta bomba y...
–¡Dejalo ir Ed!¡No quiero seguir hablando de esto!
–¡Pero yo sí quiero Ozzie! ¡Q-que vas a hacer! ¿Simplemente ignorarlo y obligarme a mi a hacerlo también?
–¡Precisamente!
–¡Pero yo también te amo!
–¿Qué?- giró con rapidez viendo la cara del de verde solo por unos breves segundos, vio la expresión de horror en el más alto, que empezó a correr en su dirección mientras el peso de su cuerpo lo empujaba hacia atrás, intentando hacer lo imposible por evitar que aquella caída terminara en algo peor, Ed no iba a lograr alcanzarlo antes de caer y él ya había perdido el equilibrio.
–¡Oswald!
Corrió lo más rapido que pudo, fallando en tomar la mano del más bajo por milímetros, lleno de miedo por lo que le podría pasar, logrando alcanzar un extremo de aquella chaqueta que siempre usaba, tomando rápidamente el otro extremo evitando que el más bajo cayera por las escaleras de incendio. Sintió las manos temblorosas del pelinegro alrededor de su brazo, agarrandolo con fuerza mientras lo halaba hacia él, alejandose poco a poco de las escaleras y dejandose caer en el suelo donde habían estado minutos antes.
Acariciaba el cabello del más bajo mientras respiraba agitadamente, recostado en su pecho, aferrandose a él.–Creo, que me lastime el tobillo...
–Debes tener más cuidado.
–Lo dice el idiota que se cayó de los muelles.
–Eso no es cierto, tu me empujaste.
–Oh, cierto... E-entonces, ¿me amas?
–¿Tú me amas?
Sintió como el de ojos verdes asentía, sonrió a medida que deslizaba lentamente su mano para llevarla de su cabello a su rostro, acariciando con delicadeza sus mejillas y levantando con suavidad su rostro, para verlo directamente.
–¿Podrías decirlo?¿Por favor?- una cálida sonrisa invadió el rostro del más bajo, sonrisa que parecía borrar la palidez que le caracterizaba.
–Te amo, Eddie.
Su sonrisa se ensanchó al oír aquellas palabras, veía en aquel rostro un brillo que no había visto en nadie jamás, veía a alguien por quien haría cualquier cosa, alguien por quien arriesgaría su vida sin pensalo dos veces, alguien en quien había encontrado un amor que no sabía era capaz de sentir.
–Yo te amo a ti, Ozzie.
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Nygmobblepot en Mix-cember
FanfictionOne-shots de este shipp a lo largo de Diciembre.