El día siguiente en el que Max e Isabella resolvieron su discusión, parecía que todo había regresado a la normalidad, pues se trataban de la misma forma en como lo hacían antes del problema relacionado con las fotos, Max era diferente estando con Isabella y de eso él se daba cuenta, pues cuando estaba con ella solo quería tenerla junto a él, la quería abrazar y besar.
Para él era bueno tener a una persona que estuviera con él, cuando terminara cada carrera y cada temporada. Tenía a su familia, pero estar con ellos, no era lo mismo que estar con ella, ya que sabía que con ella podía hablar sobre lo estresante o difícil que podía ser un circuito sin necesidad de recibir un sermón, algo que era un poco más complejo respecto a su papá, por el simple hecho de que su papá conocía el mundo de las carreras y sería directo sobre el tema.
Lo que no le molestaba, pero en ocasiones el conducir en un mundo tan profesional como lo es Formula 1, no era tan sencillo como parecía, pues no depende totalmente del piloto, es un trabajo en conjunto y tratar con eso, era algo complicado, pero no imposible de hacer.
Porque era algo con lo que él podía lidiar y tomar a su favor para poder ganar el campeonato.
Tomando en cuenta que desde que invitó a Isabella al GP de Francia, se dio cuenta que estaba más interesada en las carreras o al menos ya no le eran tan aburridas, él le dijo que hace tiempo quería llevarla a un lugar especial para él y ese lugar era un sitio en el cual iban varios conductores a los que les gustaba hacer drift, le dijo que la llevaría a experimentar un poco lo que se sentía estar en un auto y sentir un poco la sensación de estar dentro, mientras él manejaba.
A ella le emocionó escuchar eso, ya que desde esa vez en la que estuvo junto a Max en su auto, sintió un poco la velocidad que el carro podía manejar. Pero no se comparaba con estar en un lugar en donde se tuviera la libertad de hacer las maniobras que él quisiera y ella poder ser testigo de eso.
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Llegando al lugar en donde Max realizaría en drift, se aseguró de que Isabella estuviera segura en el carro en donde estarían, con todo el equipo listo para arrancar, Max decidió comenzar a conducir, básicamente como estuviera compitiendo por un campeonato.
Lo que al principio tomo de sorpresa a Isabella, pero pasando los minutos de alguna forma se logró acostumbrar a los giros inesperados y rápidos que Max realizaba y se dedicó a disfrutar del momento y de la compañía. En los pocos momentos en los que ella lograba voltear a ver a Max, podía notar que estaba feliz de conducir y demostrarle un poco sobre lo que se sentía estar dentro del auto.
Sin duda alguna, la sensación era indescriptible ya que era más fácil experimentar que solo comentar la experiencia, definitivamente le estaba gustando a Isabella, estar junto a Max en el carro.
No se imaginaba, ni en sus mejores sueños, que ella pudiera estar en esa situación, jamás se imaginó que estaría en el auto de un piloto y menos de uno tan bueno como lo era Max, creía que eso solo pasaba en películas, el que alguien como él se acercará a una persona que no fuera famosa o que no estuviera en el medio, en ocasiones no parecía real y pensaba que era un sueño del cual no quería despertar, pero estando en el carro con él manejando de una forma tan extraordinaria, de verdad le hacía creer que era tan real.
Por lo que se prometió, que solo se dedicaría a disfrutar el tiempo que fuera a durar, fuera un par de meses más o años más.
Cuando terminaron de pasar el circuito, Max llevó a Isabella a un lugar en lo alto de la carretera, para que ambos pudieran tener una mejor vista de la ciudad, se encontraban juntos, con Max abrazando por detrás a Isabella, sentados en el capó del carro. Solo veían la increíble vista de la ciudad, que se mostraba de noche, lo que parecía ser un paisaje sacado de una foto. Hizo que entraran en el mood adecuado para que, Max sostuviera a Isabella frente a él, sujetándola de su cintura, la acercó más a él para comenzar a besarla.
Al principio de una forma dulce y lenta, pero a medida que fue avanzando el beso y estando solos en el lugar, Max sujeto a Isabella para poder recostarla en el capó del carro.
Estando ella recostado en el capó, teniendo la chamarra de Max como manta en el capó, le resulto más sencillo recostarse en ella, ninguno de los dos lo tenía planeado, pero no iba a pararlo tampoco, se sentían tan bien que no iban a detener lo que hacían.
Fue así que Max descendió poco a poco sus besos para pasar por la blusa de Isabella, la cual se encontraba casi abierta totalmente. Repartió besos en los lugares en los que pudo y quiso hacerlo, dejando a Isabella ansiosa por volver a besarlo, lo que logró hacer, pues tomó del cabello a Max para acercarlo a ella y pedirle que la besara. Lo que él no dudo en hacer, mientas el beso avanzaba, las ganas de ambos por tener sexo en el lugar, incrementaban también.
Sin ningún impedimento, Isabella le dijo a Max que quería tenerlo dentro de ella, quería estar con él y pasar esa noche juntos, lo que generó que Max preparara poco a poco a Isabella, antes de entrar en ella.
Lo que, a un inicio ella se quejó un poco por la incomodidad, pero al pasar los minutos, le indicó a Max que estaba lista, para que él entrara en ella.
Él al escuchar eso, entró en ella, espero un poco y después comenzó a moverse, haciendo que a medida que pasaran las estocadas, llegarán al orgasmo y disfrutaran del momento. Del cual disfrutaron, cada minuto del mismo, pues no fueron conscientes del tiempo en el cual se estaban complaciendo mutuamente, que llegó poco a poco el amanecer.
Estando ellos cansados y agotados por la noche que habían pasado juntos, decidieron descansar un poco dentro del auto, para después ir a casa y seguir estando juntos.
