El artículo

1.5K 172 20
                                    

Capítulo 1: Narra Emma

Ni en un millón de años me hubiese imaginado lo que esto iba a suponer.

Cuándo escribí el artículo para el periódico del instituto y mi amiga Spencer me lo publicó yo lo veia nada más como una manera de expresar mi opinión a todo el instituto o como una manera de desahogarme anónimamente.

En el artículo basicamente escribí que estaba harta de las citas, de los novios y de los hermanos pesados e insufríbles. ¿Por qué una chica debería tener que agobiarse por si está guapa o no para una cita? ¿Por que debería estresarse por si un chico la llama o no? ¿Por que perder el tiempo con alguien que no te merece? ¿Por qué deberíamos tener que escucharlos hablar de deportes todo el día o que pasen de nosotras cuando están con sus amigos? La vida es demasiado corta para tener que estresarme por estas cosas y prefiero estar sola que mal acompañada.

Vaya sorpresa cuando descubro al día siguiente que no ha sido solo un artículo.

Cuando entro por la puerta del instituto la mañana siguiente de la publicación del artículo lo primero que me llama la atención es que al lado de las taquillas del primer pasillo hay un enorme cartel con las palabras:

¡Larga vida a la escritora fantasma!

☺☺☺

Me paro delante del cartel como más tiempo de lo normal creo esto debe de ser un producto de mi imaginación o algo así, tal vez no debería haber comido tanta pizza anoche.

Por el pasillo veo venir corriendo a Spencer, mi mejor amiga y editora del periódico del instituto. Sus enormes ojos oscuros me miran con urgencia y gesticula con las manos muy alterada.

—Sígueme, tenemos que hablar. —dice mientras me agarra por el brazo y me arrastra por el pasillo detrás de ella.

Yo la sigo y ella nos dirije hacia la oficina del periódico de la escuela. Una vez dentro vigila que no haya nadie y cierra la puerta.

—¿Qué pasa? —le pregunto preocupada.

—¿Qué que pasa? ¡Esto pasa! —dice y me enseña una caja con un montón de papeles en su interior—. En esta caja ponemos las cartas y peticiones de los alumnos para el periódico, normalmente solo ponen chorradas, como que hagamos un reportaje sobre la temporada de fútbol o algo así, pero ¡Mira esto!

Vacía la caja y me pasa alguna para que las lea.

Para la escritora fantasma:

Nos ha encantado tu artículo, estamos hartas de esperar por chicos que nos dejan plantadas solo para ir a un partido.

Sigue escribiendo.

Anna, Claire y Sam, 15 años.

Hola, escribimos con la idea de que esto le llegue a la escritora fantasma.

A mi y a mi amiga Dianne hace dos meses empezamos a salir cada una con un chico, ¡Menuda sorpresa cuando descubrimos que el gilipollas estaba saliendo con las dos!

Lo que decimos es que se nos estan quitando las ganas de quedar con tíos porque solo nos han valido para disgustos.

Clarisse y Dianne, 16 años.

—Clarisse esta en mi clase de lengua, no sabía que le habia pasado esto. —digo sorprendida y apenada.

—Y eso no es lo único. —dice gesticulando mucho con las manos—. Decenas, no, ¡Cientos de cartas! Algunas con historias como esa y otras llenas de palabras muy poco educativas hacia algunos chicos, pero todas ellas apoyándote.

—No...no creí que fuera a causar tanto revuelo. —admito.

—Tu eres nuestra portavoz ¡Eres como el Mandela de las mujeres! —Spencer se acerca a mí y me pone las manos en los hombros—. Vas a seguir escribiendo si o sí.

Un ruido nos interrumpe y vemos a Dylan McCall maldecir y sacar su pie de una papelera. Estaba escondido detrás de las estanterias.

—¡Nos estabas espiando! —grita Spencer y Dylan se encoje—. ¡¿Cuánto escuchaste?!

Dylan se empieza a poner nervioso y a tartamudear, sus ojos color avellana escondidos detrás de sus gafas negras se niegan a mirar a Spencer y se empieza a pasar las manos por el pelo.

—Yo... escuche todo ¡No voy a decir nada, os lo juro! —le dice asustado a Spencer.

—Mas te vale, si dices una sola te dejaré esteril para toda tu vida ¿entiendes? —le amenaza Spencer, no dudo de que cumpliría su amenaza.

Estamos ya alejándonos hacia la puerta cuando nos para y nos dice:

—Me gustaría agudaros.

Spencer y yo nos miramos sorprendidas.

—¿Por que? —pregunto.

—Se mucho de informática, podría controlar los mensajes de las redes y las opiniones de la gente.

Spencer asiente, si realmente vamos a seguir con esto realmente nos vendría bien mantener un ojo en la gente.

—¿Qué ganarías tu ayudandonos? —le pregunta Spencer.

—Me gustaría que me aceptases como redactor del periódico, no quiero ser un simple ayudante. —dice y Spencer asiente.

—Vale, estas dentro, pero no puedes decirle mi identidad a nadie. —le digo seriamente.

El asiente y los tres nos miramos, Spencer nos pasa un brazo por el hombro a cada uno y nos encamina hacia el pasillo.

—Ahora que somos un equipo deberíamos buscarnos un nombre, llevar camisetas a juego y teñirnos el pelo del mismo color.

Dylan me mira asustado y yo me rio.

—Disculpala, tiene problemas mentales. —le digo a Dylan.

—¡No la creas! !Es mentira! —grita Spencer y me aleja de ella—. Hablaba en broma, menos lo del pelo, eso estaría guay.

My little secretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora