¿Patos? No, gracias.

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Narra Harry

En el momento en que veo a Logan entrar por la puerta de casa el viernes por la noche con una gran sonrisa plantada en la cara huelo que va a haber problemas.

-¿Sabes que? -me pregunta poniendose entre mi guitarra y yo.

--¿Qué? - le pregunto irritado y el sonrie todavía más.

--Mañana tengo una cita con Emma, asi que vete preparando el coche.

-Eso no significa nada, ella no es como las demás. -le replico -. Te va a costar más que una simple cita.

El pone hace una mueca y se pasa las manos por el pelo, puedo notar que le molesta que a mi no me afecte lo de su cita con Emma pero es cierto, va a necesitar más que una cita y su sonrisa seductora.

-Aun así te saco ventaja y lo sabes. -me replica y comprendo que tiene razón, puede que el vaya a necesitar más que una cita, pero al menos la tiene.

-Eso ya lo veremos.

Narra Emma

En general, me gustan mucho los sábados porque el fin de semana son los únicos días en los que consigo ver a mi madre y ponernos al día sobre nuestras cosas. Ella siempre tiene para contarme muchas cosas del trabajo y yo suelo hablarle de como me va en la escuela. Los sábados en el desayuno ella cocina, tortitas, sirope y mucho chocolate, mi madre es muy buena cocinera pero no suele tener tiempo para ello, su comida es como el paraíso.

El desayuno del sábado también es el único momento en el que mi hermano y yo tratamos de no discutir o tirarnos los platos a la cabeza. Llevamos ya un buen rato sin decirnos ningún comentario fuera de lugar el uno al otro.

-Cole ¿Qué tal te va con Melanie? -le pregunta mi madre mientras sonríe. Melanie es la novia de Cole, una de sus múltiples novias, esa es una cosa que odio de mi hermano. Mi madre le pregunta por Melanie que es con la que salió hace un mes, ahora esta con Lauren, una chica que lleva las faldas tan cortas que parecen un cinturón.

-Mama, Melanie y yo acabamos hace tiempo. -dice y se rie -. No hace falta que cotillees a mis novias.

-Se me olvidaba, cariño. -mi madre responde a la risa de mi hermano con otra-. ¿Y tu Emma?

-Mama, no seas cotilla. -le digo poniendo los ojos en blanco y me gano una risa por parte de mi hermano, eso me sorprende.

La conversación es interrumpida por el timbre de la puerta, son solo las doce del mediodía y mi madre mira extrañada la puerta. Cole decide levantarse y va a abrir, seguramente sea alguno de sus estúpidos amigos. Me levanto a meter mi taza en el lavavajillas mientras Cole entra en la cocina acompañado de Harry Scott.
Me llevo tal sorpresa que se me cae la taza al suelo y se rompe en muchos pedacitos.

-Cole ¿Es uno de tus amigos? -pregunta mi madre, mi hermano mira con cierto respeto a Harry mientras que Harry le estrecha la mano a mi madre y se presenta.

-Quería saber si Emma querría acompañarme a dar un paseo en esta preciosa mañana. -dice y ahora es a mi hermano a quien se le cae la taza. Se nota la sorpresa en mi cara pero creo que la mía le supera, mi madre es la única que reacciona y esboza un enorme sonrisa.

-Claro a Emma le encantaría, a que si cariño. -ella dice y me da una mirada seria-. Pero primero recojer los dos vuestras tazas, no se que os ha dado hoy.

Narra Harry

Veinte minutos más tarde Emma y yo estamos caminando por el parque cercano a su casa. Realmente yo no había pensado en ningun sitio a donde llevarla pero anoche llamé a Spencer, la amiga de Emma y ella me dijo que a Emma le gustan los lugares tranquilos y con poca gente. No se me ocurrió mejor lugar que el parque, hay un recorrido al lado de un lago y cuando estamos pasando al lado veo en la cara de Emma que esto le gusta.

Los pequeños rayos de sol que se cuelan entre algunas nubes iluminan su rostro llamando la atención sobre sus pequeñas pecas alrededor de su nariz recta y un poco respingona. Sus ojos son de un azul tn profundo como el del cielo y miran fijamente a todo lo que nos rodea, los cierra e inclina la cabeza para disfrutar de la luz del sol. De su cabello recojido en una trenza se caen unos pequeños mechones que le enmarcan la cara, levanto mi mano y se los aparto. Ella brilla por su sencillez.

De repente ella levanta su mano y señala a algo en el otro lado de la barandilla.

-Mira, se están peleando. -Emma señala a dos patos que se estan peleando por una palomita y empieza a reírse. Me gusta cuando se ríe, se le forman unos preciosos hoyuelos y su cuerpo se mueve como si se ríera con ella. Casi me olvido de los dos patos que señala y debo de ponerme tenso porque ella me pregunta -. ¿Te encuentras bien?

- Si... Es que, bueno, podemos irnos de aquí o sentarnos el algún lado lejos de ellos. -sugiero y ella me mira confusa, después cambia su expresión por una de asombro.

-¡¿Te dan miedo los patos?! -grita y yo le hago gestos para que baje la voz -. Perdón, es que me sorprende que te den miedo los patos, son muy graciosos.

-No son graciosos cuando tienes solo cinco años y les gusta picotearte. -le digo y ella me mira confusa, me siento en un banco y ella me sigue, me dedico por contarle la historia-. Cuando tenía cinco años mis abuelos tenían una granja en el campo, tenían vacas, ovejas y por desgracia patos. Yo era un niño un poco imaginativo, me gustaban mucho las plumas y sus colores y decidí que a mi me quedarían mejor que a ellos, bueno, fue una decisión estúpida naturalmente, el caso es que trate de arrancarles algunas plumas y ellos empezaron a acosarme con sus malditos picos, incluso me dejaron marcas, después de eso no he podido mirar a un pato sin acordarme de aquel día.

-Siento que hayas pasado por eso. -me dice pero al instante una fuerte carcajada brota de ella-. Bueno te lo tenias merecido, pobres patos ¿A quién se le ocurre arrancarles las plumas? Yo también te hubiese picado.

-No te rias tanto de mi, seguro que tu también tenias malas ideas de pequeña. -le digo y se me contagia su risa.

-Una vez me enfade con mi hermano por romperle la cabeza a mis muñecas asi que puse tinte para el pelo de color rosa en su champu, tardo dos semanas en que se le quitara, yo tenía ocho años y el siete. -me dice y se sonroja, no es mala idea, debería probarlo con Logan.

Voy a responderle cuando la melodía de mi móvil me interrumpe. Lo agarro y miro la pantalla, es Hayley, no se que quiere ahora pero si es importante que llame otra vez asi que dejo la música sonar hasta que acaba.

-She's got a smile that it seems to me reminds me of childhood memories,
Where everything was as fresh as the bright blue sky... -Emma murmura la letra de Sweet child o'mine sorprendiéndome.

-¿Qué? ¿Tengo monos en la cara? -me dice sarcásticamente y me doy cuenta de que me había quedado mirándola fijamente un rato.

-Nada, es solo que no sabía que conocieses Guns N' Roses.

-Hay muchas cosas que no sabes sobre mi. -me dice medio en broma medio en serio-. Tampoco sabía que a ti te gustaban.

-¿Te gusta Green Day? -le pregunto, ella me responde tatareando el comiendo de 21 guns, yo la acompaño y marco el ritmo con los dedos en el banco -. Querida Emma, este es el comienzo de una gran amistad.

-No cites Casablanca. -dice y me da un ligero empujoncito-. Me has dado la idea de crear Patoformers la película. Los coches en vez de convertirse en transformers serán patos robóticos gigantes ¿Que te parece?

Emma se esta partiendo de risa con mi pánico irracional a los patos pero por alguna razón la idea de unos patos robóticos gigantes hace que me ria junto a ella.

Ella me da otro empujoncito y yo se lo devuelvo pero no controlo mi fuerza y ella acaba cayendo del banco. Cuando me levanto a ayudarla a levantarse pienso que me la voy a encontrar furiosa y que va a empezar a gritarme como la primera vez que hablamos pero en vez de eso agarra mis manos y tira fuerte de mi hasta que soy yo quien esta en el suelo y ella de pie.

Cuando me levanto ella echa a correr entre los árboles riendose y imitando ruidos de patos haciéndome burla.

Oh pequeña te vas a enterar.

My little secretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora