Capítulo 13

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Daven se había despertado con un inmenso dolor de cabeza, sintió dolor en sus músculos. No recordaba como había llegado al instituto. Miró a su alrededor, Nash estaba boca abajo babeando la almohada y Avery estaba bajo las sábanas de su cama.

Al bostezar unas imágenes de persecución invadieron su mente.

—Maldita sea -Oyó su propia voz ronca. Se levantó con pesadez, sintió un mareo hasta que se levantó para dirigirse a la cama de Nash al ver el reloj que llevaba. Casi era mediodía.

Hizo los ojos chicos al encontrarse con la ventana, inmediatamente la cerró. No toleraría la luz del sol. Vio que la cama de Pietro estaba sola y tendida. Escucho un bufido proveniente de la cama de uno de los presentes, Nash había despertado.

—Buenos días princesa. -Sonrió burlonamente.

—Jodanse, jodete tú, jodete Nicolai, jodete Abel y jodete Avery. No vuelvo a tomar eso. -Nash tenía la voz ronca, estiró sus brazos pero tuvo un espasmo al sentir que le dolían.

Daven se dio cuenta que apestaba a alcohol la habitación, tenía la misma ropa que la de ayer, al igual que Nash, este vio la hora en su reloj y se dejó caer hacia atrás con las manos en el rostro.

—Me duele la cabeza, siento como si me hubieran golpeado.

Daven se rio levemente por el comentario de su amigo. De pronto la puerta se abrió dejando ver a un sonriente Pietro, bien vestido y con ánimo.

—Buenos días chicos. -Tenía la voz un poquito ronca. —Que bueno que despiertan, les separé el desayuno a ustedes y a las chicas.

Daven dio las gracias, al igual que Nash. Aunque Pietro se hubiera alejado un poco por su novia, seguían siendo un gran amigo.

—¿Los otros ya despertaron? -Nash se volvió a incorporar en su cama con pesadez.

—Las chicas están desayunando y Nicolai y Abel no han despertado.

—¿Se levantaron temprano? -Daven arqueó una ceja.

—No, por supuesto que no, acaban de hacerlo.-Pietro sonrió.—Por cierto dense un baño, en los baños del gimnasio, los otros están llenos de vomitó y de otras cosas. Krent y Kong los están limpiando para no dejar huella.

—Con gusto.-Respondió Daven, de pronto unas imágenes curiosas pasaron por su mente.—Por cierto, ¿quién ayudó a Gabrielle?, recuerdo haberla visto tropezarse mientras veníamos para acá.

—Patachini, esa mujer pudo con Polly y Gabrielle ella sola. Akila se encargo de Ezka.

—¿Carrie?-Nash arqueo una ceja.

—Asies, además ella me ayudo a bajarlos de la camioneta, es divertido cuando tienes a alguien más para burlarte de tus amigos ebrios.-Pietro sonrió con malicia.

—Que vergüenza.-Nash se sonrojó y Daven soltó una carcajada.—No me puse de mal humor, ¿verdad?

—Solo fuiste un poco terco, ya sabes, lo normal.

Daven vio como su amigo se sornojaba cada vez más, se lamentó por no haber visto a su amigo con Carrie durante la velada, pero tenía algo importante que hacer. Vengar a Avery, por supuesto, ese detalle no lo había olvidado.

Nash se levantó de su cama, se tambaleó un poco al dirigirse a la puerta.—Dices que siguen despiertos los rusos, ¿verdad?-Pietro asintió.—Excelente.-Salió por la puerta sin antes darle una mirada a sus amigos.—Los despertaré.

Pietro sonrió con burla al ver a su amigo alejarse, poso la vista de nuevo en la habitación y alzó una ceja con diversión.—No se puso de mal humor gracias a Merlín. Al parecer no te besaste a nadie ayer, ¿ya perdiste el toque?

Solo déjame enamorarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora