Capítulo 34.

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Freiheit.

Mayo 26.

La esencia de lavanda se ha apoderado del lugar. El vapor por el agua caliente me ha hecho cerrar los ojos hace un momento, cosa que ha logrado pueda relajarme a un más al estar sumergida en el agua tibia de la tina. Hacía mucho tiempo que no tenía días tan tranquilos y normales, hacía ya varias semanas que no me tomaba un largo baño sin temer que durante el día algo malo podría pasar.

Penny vuelve a masajear mi cabello mientras aplica otro de los productos que utiliza.

—Creo que me he enamorado de ti —le digo.

Ella se ríe— Me alegra verte tranquila, contenta.

Sonrío— Todo gracias a ti.

Penny me pasa la toalla y sale del baño para que yo pueda terminar de bañarme y después ponerme la bata y una toalla para el cabello.

Al salir, voy hasta la sala donde ella me espera con unas cuantas galletas y un vaso de leche. Siento que un día me dirá que me quiere adoptar para que sea su pequeña niña. Ella es tan dulce. Estoy agradecida de tenerla en mi vida. Me siento a su lado y empiezo a comer galletas.

—Entonces creías que sí hubiese podido ser uno de los reclusos —después de tantos días, trae nuevamente a conversación el tema de los reclusos.

—Sí, un poco. Lo hubiese esperado de Kraken, no me hubiese sorprendido que fuera TB. También pensé en Tobías y Claus, en el primero por querer cuidar a los demás y en el segundo para que no arruinaran su negocio, yo creía que él era el verdadero jefe. Después Sten, porque bueno... Él se pone algo violento cuando intentan ir tras las personas que quiere.

—Te ha dado duro la verdadera respuesta, ¿no es así?

—En parte sí, digo, estaba demasiado cegada por el dinero. Desde que hablé con Aren sabía que era, lo sentí, marqué su nombre, pero quería seguir, quería robarlo. —suspiro— Sé que si hubiese entregado ese nombre bajo mis sospechas o si incluso Aren lo hubiese dicho delante de Madsen, Tobías no hubiese muerto. Es algo que me pesa, es un cargo de conciencia que no voy a poder dejar ir tan fácil.

—¿Y en parte no?

Me río— Y en parte no. Hay un leve alivio de que Sten no fuese el asesino. Quiero decir, sé que estuvo mal lo que hizo, pero... pero me alegra saber que no fue él el que le quitó su último aliento. Yo nunca me hubiese perdonado querer a alguien que me quitó a mi primer amor. —tomo algo de leche— Y quiero aclarar que con decir primer amor no me refiero a que estuviese enamorada de él en un sentido romántico.

—Lo sé, cariño. Tu primer amor no tiene que ser precisamente alguien con quien quieras una relación en un sentido romántico. Mi primer siempre serán los Khalil porque ellos me reunieron con ustedes, mis grandes amores. —me acaricia la mejilla— Por otra parte, no puedo creer lo que has dicho, es que... en serio has dicho que lo quieres.

Me rasco el puente de la nariz, tímida— No es para tanto. Además, no tiene importancia. El tema de todo lo sucedido en prisión es algo que dejaré atrás, espero aquello haya sido mi última vez buscando fingir.

—Entendido.

Penny se pone de pie, recoge los implementos utilizados y los lava, después de ello me hace saber que irá a trabajar así que empieza a ponerse sus aretes, la pulsera y...

—¡Menudo cabronazo! —grito— ¡Y no me lo han contado! —exclamo, emocionada mientras veo que Penny se ha puesto un anillo de compromiso— ¡¿Cuándo ha sido?!

—Anoche, en cuanto llegó, fue lo primero que hizo.

Corro a abrazarla— ¡Felicitaciones! —chillo de emoción mientras ella me devuelve el abrazo— ¡Estoy tan contesta por ustedes! —me aparto un poco para mirarla— Lo digo en serio, estoy contenta. —miro a mi alrededor— Por cierto, ¿dónde está Madsen?

Frihed en prisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora