Frihed en prisión

Capítulo 7.

Me pongo de pie para volver a dirigirme a los reclusos, pero TB decide hablar primero—Aún nos quedan unos cuantos minutos, ¿Cierto?

—Así es.

—Perfecto. Ahora viene nuestra prueba.

—¿Me harán una prueba?

Kraken asiente— Necesitamos saber si puedes tratarnos con tranquilidad como si fuéramos unos estudiantes más y no solo como criminales. No nos gustan los que vienen a ser informantes de alguien y detestamos que nos traten con miedo u odio.

—¿Qué tienen preparado?

—Hemos pensado en que nos deberías conocer. Hemos visto que no has leído nuestros expedientes.

—Me interesan sus notas, no sus crímenes.

Sten sonríe— Aun así, necesitamos saber cuánto tiempo vas a quedarte.

Mowgli asiente— Si vas a salir corriendo dentro de unos días por miedo o lo que sea es mejor que nos lo digas ahora.

—¿Entienden que si yo no llevo a cabo este programa no habrá otra oportunidad?

—Entonces será mejor saber desde ya si podremos presentarlo o no. No queremos decepciones dentro de unos días —dice TB

Miro a Madsen de reojo y después a cada recluso— No voy a irme, bueno, no antes de que presenten el examen.

—¿Estás segura?

Me irrita que me cuestionen tanto— ¿Qué prepararon? ¿Alguna macabra historia para que me diera miedo y renunciará hoy mismo? Escuchen, esto es prisión y yo en ningún momento he esperado que ustedes sean unos santos. Me lo pensé muy bien antes de aceptar y ahora no es momento de arrepentimiento. Mi único propósito es que ustedes aprueben ese examen, ya después de eso, mi trabajo está hecho y no tengo más responsabilidades con ustedes.

—¿No vas a quedarte después? —pregunta Kraken.

—Solo hasta que ustedes queden en los programas que desean y ya. ¿Contentos con eso?

Mowgli bufa— Y yo que quería extender esto para no regresar al pabellón.

Yo me rio— Pero claro está, podemos aprovechar estos minutos para que ustedes hablen libremente. Cuénteme algo de ustedes y de paso esas historias macabras que seguro estuvieron preparando.

Todos comparten miradas y sonríen— Tienes agallas, Frihed.

Tobías se pone de pie solo para tomar otra hoja, ya ha terminado el dibujo de un pingüino y un ciervo— Ella es igual de agradable a como él lo era —ese comentario es apenas un leve susurro.

—Supongo que TB quiere empezar.

Kraken se ríe— Ya saben que es el parlanchín.

TB hace un mal gesto y decide hablar— Tengo una condena de veinte años por haber asesinado a un pederasta. Lo piqué parte por parte, aplacé su muerte por varias horas, cortando con precisión, haciéndolo sufrir en todo momento. —suspira y se encoge de hombros— Y por esa razón, la sociedad juzgó en que yo soy un verdadero peligro. Gracioso, ¿no? Terminé aquí por asesinar al desgraciado que las autoridades tardaron en capturar, a ese que trabajaba en una guardería y allí abusó de más de doce niños, entre esos a mi sobrino.

Prefiero no comentar. No sería correcto decirle que de hecho yo hubiese apoyado su decisión, digo, esto es prisión, aquí no puedo felicitarlo por algo así porque el fin de todo esto es que ellos recapaciten en sus actos y dejen de seguirlos viendo como algo que tranquilamente podrían volver a hacer al salir. TB sonríe porque de cierta manera sabe que mi silencio es como un visto bueno para lo que hizo.