Freiheit.
Vivimos de recuerdos, de momentos, de anécdotas, de sabiduría, de palabras, de sensaciones, vivimos de cosas que no podemos olvidar, vivimos de cosas que traspasan las barreras del tiempo e incluso de la mente humana. Vivimos de cosas que siempre estarán ahí, unas más visibles que otras, por ello creo que es ridículo aferrarnos a olvidar como si creyéramos que si lo olvidamos eso va a desaparecer, como si confiásemos que al bloquear algo dejará de existir, dejará de doler.
Porque es así, ¿no? Generalmente, en un desesperado ruego clamamos olvidar todo aquello que nos hizo daño.
Pero un día, una explosión en tu mente, una inevitable palabra, un irremediable suceso hace desbloquear todo y ahí somos conscientes de que nada dejará de existir por más que haya pasado mucho tiempo. Cada recuerdo, cada momento, cada sensación, pero sobre ese dolor, ese dolor que por haber mantenido oculto tanto tiempo se hizo más fuerte siguen intactos en lo profundo de la mente.
Olvidar no significa sanar.
Obligarse a bloquear así sea un instante solo da pie a que la herida se fortalezca, solo hace que cobre vida y entonces, cuando vuelve a aparecer, tiene el poder de sentir que te destruirá por completo.
Enfrentar es difícil, lo sé, eso lo sé muy bien, pero enfrentar un mal suceso es tener la valentía de por fin acabar con aquello que podría terminar acabándote a ti. Enfrentar a veces se siente imposible porque el dolor, la decepción o la desilusión quieren hacerte retroceder e intentar protegerte por más tiempo, pero enfrentar a veces se siente volverse la dueña de tu propio mundo donde empiezas a decidir que ya ningún antiguo recuerdos podrá destruirte.
Enfrentar es la razón por la que he aceptado venir a la correccional de mujeres.
El director Myles pone una taza de café frente a mí, se la recibo con gustoso. Me siento fatal después de haber tenido que conducir tanto. Lo sigo con la mirada mientras él se sienta frente a mí. Luce más serio que Evans, de hecho, luce más profesional.
—Gracias por haber venido, señorita Freiheit.
—¿Cómo no hacerlo? Digo, esta era la prisión que quería me aceptara.
Él sonríe— Se suponía que su curriculum pronto llegaría a mi escritorio. Alguien la había recomendado cuando tuvimos la reunión de alcaides y yo acepté que la enviarán conmigo, pero después me enteré que su curriculum llegó a otro lugar y quizá en un descuido del director, él firmó esa autorización.
—¿Quien dice que no voy a poder con los dos lugares?
—Debe ser una persona muy dispuesta a ayudar. No cualquiera deja una pocilga para meterse a una peor.
—Quiero hacer un buen trabajo buscando que cuando estas personas vuelvan a la civilización sepan adaptarse y no vuelvan a ser los mismos. Realmente espero servir de ayuda.
Él saca un par de carpetas de uno de los cajones y los pone sobre el escritorio— He escuchado que usted lleva a cabo un programa educativo, pero aquí quiero pedirle otra cosa.
—¿Qué seria?
—Más que clases, quiero un programa de apoyo y acompañamiento, quiero que usted sea la orientadora de estas mujeres. Unas están ahí de relleno, pero hay tres que me gustaría vigile muy de cerca. Ellas —me señala a tres mujeres en concreto.
Esto no se ve bien. Esto tiene que ser un maldito chiste. Que desgracia voy a terminar pagando. ¿Tan pronto voy a tener que enfrentarme?
—Una de ellas es como una jefa entra las reclusas, si logro tenerla bien entonces evitaré que arme a las otras para buscar problemas. La otra es una jovencilla que realmente necesita ayuda, el problema es que si la sacamos del lugar donde la tenemos asignada, las reclusas van a querer volver armar otro motín. La jefa sabe cómo controlarla, pero también necesito que esta mujer reaccione o acabará todo mal. Después tenemos a una tercera, ella... ella no sé qué le pasa, la he enviado con el psicólogo, con orientadores, con cualquier clase de persona que me haga creer que la pueden ayudar, sospecho que está siendo víctima de violencia, pero si ella no lo dice no voy a poder sacar a la persona que le hace daño.
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Frihed en prisión
Misterio / SuspensoHay personas libres con cárceles mentales y hay presos con imaginaciones que los liberan. Freiheit es libre, pero no se siente como tal. Es como si fuese un alma muy triste que va fingiendo todo a su paso. Tiene dos cosas muy en claro, nunca hace na...