Capítulo 25

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NARRA AREN

Han pasado 10 días desde que mi esposa marchó con las demás mujeres y siento un vacío al no tenerla cerca además de la frustración por todos los sucesos de la guerra principalmente que los malditos de los Murray no han dado la cara y tampoco soy idiota para ir a darles guerra a su clan donde sé que me están esperando, lo bueno es que mi esposa es mi conciencia y ella me hizo entender que yo estaba en desventaja si ataco por impulso y en estos días con mi hombres estuvimos planeando una emboscada pero el otro tema que me tiene frustrado es de la mujer que mis hombres encontraron en el bosque aunque haya despertado hace unos 5 días no ha hablado solo se pasea como un fantasma por el castillo así que tengo a mi mejor amigo a su cargo para que la cuide.

Luego de que pasara la mañana y una parte de la tarde en mi despacho viendo posibles estrategias escucho que abren la puerta, pero no le tomo atención y sigo revisando los mapas.

–Esa chica no tiene nada raro Aren solamente parece un fantasma caminando por el castillo– habló mi mejor amigo quien estaba sentado en la silla frente a mi escritorio.

–Debes vigilarla de todos modos– dije negando con frustración por su poco empeño en ayudar.

Él me miró con curiosidad y veía la duda en sus ojos, pero es mi amigo y como lo conozco no le diré nada.

–¿Qué hizo para que quieras mantenerla vigilada? – hablo con desconfianza, pero no le respondí y solo seguí mirando el mapa.

–¡Hizo algo malo que no quieres que tu esposa sepa! – habla tan emocionado como si hubiera descubierto la manera de matar a todos nuestros enemigos.

Yo me removí incómodo porque dio justo en el hecho que me atormenta y no porque yo haya cometido una falta si no porque esa mujer puede llegar a morir si mi esposa se entera de que trato de seducirme.

–¿Qué gran error cometiste amigo para que tengas miedo de que tu esposa se entere? –preguntó Alaric emocionado mientras yo solo negaba tratando de que olvidara el tema.

–Yo no hice nada ella se desnudo en mi habitación cuando me estaba bañando y la saque a rastras, pero me da cosa que alguien pensara cosas que no son al verme salir en toalla y ella casi desnuda– hable con preocupación porque se que mi esposa tiene gente de confianza, pero no se cuantos son y no me gustaría perderla por una furcia que por pena no la e echado del castillo.

Observó como Alaric se queda en silencio pensando supongo mientras se acaricia la barba hasta que luego de unos minutos sonríe y levanta la mano en forma de puño con felicidad.

–Lo tengo– dice emocionado.

–¿Qué tienes? – pregunte con gracia mientras me acomodaba en mi silla.

Alaric solo bufo con cansancio mientras se dedicó a explicarme lo que supongo que pensó...

–Si no quieres problemas con tu esposa debes comentarle lo que sucedió con la mujer y contarle todo y obviamente debes mandar a la mujer lejos porque si fue capaz de intentar seducirte sabiendo que tienes esposa quizás de que sería capaz y es mejor ahorrarse los problemas más cuando estamos en guerra – me dijo serio y yo solo asentí igual comprendiendo todo.

–Pero ¿Qué haces aquí idiota? ¡Debes ir a buscar a tu esposa! – me gritó y yo al procesar todo me levanté rápido de mi silla y salí apurado de mi despacho sin fijarme en quien me llamaba.

Corrí hacia el establo sin preocuparme en nada solo arregle mi caballo y partí hacia el castillo donde está mi amada.

Luego de al menos unas 2 hora de viaje hacia el castillo de mi esposa siento que alguien me mira y me pongo alerta más que está anocheciendo así que de lejos no se ve mucho, reduzco la velocidad de mi cabello y desenvaino mi espada listo para defenderme.

La princesa del escocésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora