Capítulo 34

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ALDARA

—Lo habré sacado de ti ¿No, madre? —la miro desafiante.

Observó su rostro descomponerse del asco, pero solo causa que mi sonrisa llena de sangre fresca dándome un aspecto aterrador.

—Azótenla 20 veces y luego denle un baño de agua fría —ordena arisca.

Su orden me causa escalofríos, pero no me acobardo, solo me coloco alerta esperando el momento oportuno para atacar.

Observó a sus lacayos acatar su orden, piensan que una mujer joven es débil y que no les dará pelea, ja que estúpidos.

Entran a mi celda sin ningún arma para defenderse mientras la mujer que se hace llamar mi madre mira complacida su trabajo.

Al ellos estar completamente dentro de mi celda siento la adrenalina recorrer mi cuerpo, escucho mis latidos viendo en cámara lenta los movimientos de sus lacayos, son dos, pero sé que no son rivales para mí, puede que tengan más fuerza, pero mi estatura y flexibilidad además de mi rapidez me ayuda.

Al tenerlos a dos metros de mí, ambos se detienen, se miran con complicidad mientras sonrió sombría, será más fácil para mí.

Uno de ellos se acerca mientras el otro se queda quieto, antes de que tome mi brazo trato de concentrar toda mi energía en mi próximo movimiento, afianzó mis pies en el suelo para no perder equilibrio, suspiro viendo en cámara lenta su mano acercarse a mí.

Vuelvo mi mano en un puño levantándolo con fuerza hacia su tráquea expuesta, fue tan fuerte el impacto que me siento tambalear mientras escucho su grito ahogado. Veo los rostros pálidos de los lacayos mientras mi madre se dedica a gritar espantada llamando la atención de los guardias que custodian las celdas.

Antes de que sea detenida tomó la pequeña daga que traigo escondida entre mis botas las cuales por suerte jamás fueron sacadas de mi cuerpo.

Con la adrenalina al máximo sabiendo que esta podría ser la única oportunidad que tenga de vengarme. Corro esquivando los golpes del segundo lacayo, al ver el cuerpo de la mujer que se hace llamar mi madre siento mi sangre hervir de ira.

Levantó el puñal directo a su corazón, pero antes de apuñalarla soy golpeada cayendo de rodillas enfrente de ella, no debo rendirme, es mi única oportunidad susurro.

Con mi brazo golpeó sus piernas mandándola al suelo mientras con mi pierna derecha barro el suelo derribando al guardia que estaba por golpearme.

—QUE ESPERAN, MÁTENLA —chilla histérica.

Suelto carcajadas mientras me desconecto de la realidad, lo único que siento es la satisfacción al escuchar los gritos desgarradores de mis víctimas, su sangre caliente salpicar mi cuerpo.

—Todos morirán —exclamó en un grito de júbilo.

OMNISCIENTE

Los guerreros de madame Cristal estaban conscientes de que ocurriría algo atroz cuando vieron que la mujer que quería muerta a su princesa era su propia madre quien estaba a punto de entrar a la celda.

—¿Debemos avisarle al laird Aren? —cuestiona mirando a su compañero.

—Diles a los chicos que manden un guerrero para informarles.

El guerrero rápidamente cumplió la orden de su compañero mientras este se quedó en completo silencio tratando de escuchar todo lo que sucedía dentro en caso de que tuviera que intervenir por su princesa.

El guerrero escuchó cada palabra y golpe, pero solo se quedó quieto esperando que su princesa descargara toda la ira, luego vería que hacer para que la princesa saliera ilesa del Laird Murray.

Luego de lo que parecieron horas por fin la princesa se detuvo llamando la atención de su guerrero quien entró a paso rápido con otras 20 personas que reconoció en el momento.

—Mis chicos, chicas, están aquí. —sonrió complacida.

Los más jóvenes sintieron un escalofrío al ver a su princesa cubierta de sangre con una sonrisa dulce mientras a sus pies se encuentran 5 cadáveres.

—¿Qué debemos hacer, princesa? —preguntó John uno de los guerreros que está con ella desde que comenzó su ejército a los 12 años, siendo entrenada por su padre.

—Quiero que los 4 lacayos sean dejados fuera del castillo y la mujer quien sigue con vida cúrenla y llévenla a Inglaterra, ella será entregada al rey.

Sus guerreros acataron su orden, mientras ella se sentaba totalmente agotada en el suelo viendo con asco como la sangre escurría de su cabello el cual se encontraba enmarañado.

—¿Quiere que le traiga ropa nueva y agua para que se lave?

Aldara miro a Roma quien es una de sus seguidoras más jóvenes con tan solo 17 años, esa joven la llenaba de orgullo.

—Si Roma, pero ¿El laird Murray no se enterara de esto? —cuestiono un poco inquieta.

John quien estaba atento a su princesa escuchó lo que dijo y antes de que ella comenzará a preocuparse respondió:

—El laird Murray hoy no se encuentra en el castillo además se sabe que la señora Dionisia le había estado causando problemas así que será un alivio para él que ella esté muerta.

Eso no aplacó las dudas de Aldara, pero ella solamente asintió con una mueca rara en sus labios rojos por la sangre.

Mientras Aldara se lavaba en la celda, sus guerreros sacaban los cadáveres para colocarlos fuera del castillo a la vista de todos los sirvientes quienes veían con asco y terror los cuerpos.

Roma observaba a su princesa mientras se vestía viendo con pesar las pequeñas cicatrices que recorren su cuerpo que son casi imposibles de ver solamente alguien que las haya visto recién hechas se percataría de ellas.

—Terminen luego de limpiar para que no sean castigadas por el laird —ordenó con voz suave.

Las chicas asintieron a la orden de su princesa, Aldara suspiro cansada por el arrebato que tuvo. Esto no está bien, se suponía que ya no volveríamos a lo mismo Rogelio, susurre cansada.

—Soy el dios de la guerra y tú eres mi pupilo, sé que lo que viene será peor para ti y es mejor deshacernos de la escoria ahora —dijo rotundo.

—Lo sé, pero no me gusta asesinar, solo lo he hecho cuando es muy necesario.

—Estoy enterado de eso, pero recuerda... Es tu vida o la de ellos.

—Es mi vida o la de ellos —repito.

La estancia quedó en silencio luego de que las palabras fueran escuchadas por las criadas.

*Fuera del castillo*

Los chicos de madame Cristal acataron su orden dejando los cuerpos frente a la puerta del castillo a la vista de todos.

El suelo lleno de sangre demostraba su cruel asesinato dejando a los espectadores petrificados por tal crueldad.

MASKOR *tiempo después*

Hoy el palacio real estaba en estado 0 lo que significaba que todo aquel dispuesto a luchar se presentara creando un caos cuando salió a la luz que la princesa del dragón negro estaba secuestrada.

—El castillo está lleno, ¿Qué haremos? —cuestiono Josh a su primo el rey.

—No podemos mandarlos a todo así que los más calificados irán —anunció el rey.

—Hijo debes darte prisa, sabes que la princesa lleva al menos unos dos meses secuestrada y con lo que pasó no creo que sea muy bueno dejarlo tanto tiempo en manos de unos bandidos —habló la madre reina.

***

Amores este libro también contiene cierta cantidad de fantasía, así que Aldara no tiene algún trastorno mental, si tiene traumas, pero no más que eso.

El libro esta por terminar amores y me di cuenta que nuestros protagonistas no han pasado mucho tiempo juntos :( así que díganme que escena les gustaría leer de ellos y al terminar comenzare a subir extras 😉.

BESOS.

La princesa del escocésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora