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- Señores y señoras.- John B sumergió el dron.- Por ser de los Kooks. Estamos justo encima, diez segundos al noroeste.

JJ movió el timón tal y como JB indicó.

- Treinta metros.- indicó Kiara.

Pope pegó un pequeño grito que nos alarmó a todos.

- No es nada.- se disculpo.- Y citando a Él Hobbit: "bajando, bajando, al pueblo de trasgos, bajando, bajando vas tu muchacho."

- Ciento veinte metros.- dijo Ki.- La marea cambia.

- JJ, diez segundos con calma.- llamó John B.- Sur, sureste, ¿recibido?

- Recibido.- contestamos a la vez desde la cabina.

- JJ, veinte segundos a velocidad media, sur.

- Aleja el cable de la hélice.- dije alto para que Ki pudiese escucharme.

- ¡JJ, dale!

- ¡Doscientos diez metros!- dijo Ki en el momento en el que se escuchó un trueno.

Una ola hizo que el barco se sacudiese, me asome por la ventana para ver las nubes negras que adornaban el cielo.

- ¡JJ, vamos a volcar!- se quejó Pope.

- ¡Doscientos ochenta!

- ¡Gira en dirección nor, noroeste, diez segundos!

- Joder.- murmuré mientras me sujetaba para evitar balancearme.

- ¡Sur, suroeste JJ, a tope!- JB seguía indicando.- Velocidad media, ¡mantén en rumbo!

- ¿Veis algo?- pregunté.- ¡Chicos!- insistí al no conseguir una respuesta.

Habíamos encontrado el Royal Merchant, pero toda la emoción decayó cuando no encontramos si rastro del oro.

- Podemos hacer otra pasada, recargamos la batería y volvemos a bajar.- sugirió Pope.

- Tíos, lo hemos recorrido tres veces. Ahí no hay nada.

- ¡Cállate!- Kiara le grito a JJ.

- Es la verdad.-se defendió.

- El oro podría estar enterrado, no lo sabemos.

- Si estuviera ahí, lo hubiera pillado el detector de metales.- dije saliendo de la cabina.

- Se nos han adelantado.- hablo JB decepcionado.

Sin éxito y con los ánimos por los suelos condujimos de vuelta.

Fui junto a JJ a su casa, aprovechando que su padre no se encontraba.

- Déjame que te cure las heridas.- salió al
porche con el botiquín. Se arrodilló frente a mi y cogió un algodón y un bote de alcohol.

- Gracias.- murmuré mientras fruncía el ceño al sentir el algodón contra mi ceja.

- No hay de que.- suspiró.- ¿Por qué no te defendiste?

- Si que lo hice.- reí.- Pero tenía un palo del golf, no había mucho que pudiese hacer.

- Ojalá hubiese estado allí, le hubiese dado su merecido a ese hijo de puta.

- Dejemos en el tema.- agarre su mano y la aparte de mi rostro.

- Jamás hubiese permitido que te dijese todas esas cosas.- dijo con rabia.- Nadir debería hacerte sentir mal por ser quien eres.

- Sus palabras no tuvieron ningún efecto en mi, no hubo daños aparte de los físicos.- aclaré.- No me importa lo que Rafe diga porque él no es nada mío, me hubiese sentido mal si lo hubiese dicho tú por ejemplo.

I N E F A B L E (JJ Maybank)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora