7. Jagi.

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—Mana, habla serio con ese carajo, siéntalo y dile que "Kia" se escucha feísimo.

—¡A ti no te gusta nada, José Heliberson, puro una criticadera!

Pasó una semana, ¡Una semana! Desde que aquellas locas me tiraron la comida encima y Jungkook me mandó un súper lindo regalo. Ya mi familia casi se iba, solo serían tres días más de calvario y luego volvería todo a la normalidad. Me preguntaron muchas cosas sobre ese regalo, sobretodo mi papá, que cuando llegó y lo vió pegó el grito al cielo, mientras que mi mamá solo andaba encantada de que fuera un chamo con rial y no uno tipo Gordo, sin ofender a José.

Cuando le agradecí a Jungkook me dijo que no era nada, lo había mandado luego de la llamada con un amigo suyo que vendría a Venezuela, o en otras palabras, un amigo suyo que mandó a Venezuela solo para entregarme la cajita, tan bello. Todo estaba bien, hablábamos todos los días cuando él estaba libre, claro, porque se la pasaba haciendo cosas de idol, mientras que yo solo me quedaba en mi casa haciendo nada.

Pero hoy no, hoy decidí volver al negocio, frente a un liceo público, Gordo y yo nos encontrábamos con nuestras mejores caras de culo de aquí a Maturín, abajo de la sombrilla del carro de chichas. Habíamos vendido bien hoy, a falta de materia prima, Gordo gastó los bolívares que nos habíamos ganado el otro día en cosas de mejor calidad, así que ahora nos iba relativamente bien.

Cargaba mis mejores pantalones tubito, mis crocs rosadas, con una cola y una gorra del Caracas, encima una camisa que dice "Chichas El Gordo" mal bordada. Gordo tenía unas pintas parecidas, pero con un short de la vinotinto con huecos.

—Es que qué le cuesta decirte Kikirikí, o Kiara mismo, Kia marico, para eso te dice cara de guebo, se escucha igual de feo.

—Basta.

—Pero bueno, muy tu peo. —Le sirvió su vaso de chicha al liceista que teníamos enfrente. —¿Cómo vas con él?

—Todo lo bien que se puede ir en casi dos semanas, supongo, parece que pasó mucho más tiempo, es raro. Me escribe siempre, y es muy atento, debe oler rico, hoy me pasó una foto porque estaba cuidando a Yeontan, ¿No es muy lindo? Me parece demasiado cuchi. Aunque no sé, es famoso, y eso, me da inseguridad.

—Espero que no acabe cantándote Te Veo de Lasso, ese pana tiene que tener las cosas claras o voy a ir a acomodarle la nariz.

—Deja de burlarte de su nariz. No vamos a acabar como novela de Venevisión, creo que vamos bien.

—¿Bien significa bien como fan loca o bien de que va en serio?

—Creo que la segunda.

José guardó la plata en su carterita de Barbie del 2000 y se sentó en uno de los banquitos de plástico que tenemos ahí.

—Bueno, yo te apoyo con tu relación veneco-coreana, con tal me saques del país. —soltó un suspiro de colegiala —¿Pensaste en lo que te dije?

—¿En que Sheryl Rubio es la it girl de Venezuela?

—No, ridícula. En que deberías vengarte de Sofía y Andrea.

—Oh.

Gordo me había propuesto una venganza contra esas loquitas, desde mandarlas a robar, cortarles el pelo, darles más cachitos piches, a cometer intento de homicidio. José se pone bastante creativo cuando se trata de burlarse de la gente, y eso jugaba a mi favor.

Pero como dijo Don Ramón, la venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena. Yo no estaba de acuerdo con joderlas, pero Gordo dice que a veces es necesario "hacer que mamen su propio guebo", no sé de dónde se saca esas cosas. Si quería convencerme, no sería fácil, tendría que proponerme algo buenísimo y no tan ilegal como para que yo estuviera de acuerdo con el delito.

¡Nojoda, Jungkook! || Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora