Capítulo 14 - Plomo preciso

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Capítulo 14 – Plomo preciso

12:45 – Muelle de Noxus

Finalmente, después de muchos esfuerzos el barco se había detenido gracias al trabajo de muchos hombres. Lentamente la tripulación sobre el barco se preparaba ansiosa para coger sus maletas y seguir el camino de sus vidas. Noxus, al ser una ciudad tan turística, incitaba de manera indirecta al nerviosismo de llegar.

El barco siempre debía posarse en el mismo muelle con su respectivo número. Una vez inmovible ignorando el oscilar de las olas, el barco debía bajar sus tablas de madera para que la tripulación pudiese desbordar. Debido a esto se formaba una especie de pasarela, pues la gente que ya se encontraba sobre tierra esperaba a que los tripulantes bajaran para vender productos mediante gritos y gestos mientras que otros esperaban tal vez a su familia.

Agregado a esto, la policía siempre intentaba controlar a mayor medida posible cada pasajero que bajase, pues el barco de Gangplank solía contener pasajeros buscados por la ley o personas que en otros continentes lo habían perdido todo. Esto para la policía estatal se le era cada vez igual de difícil, pues el amontonamiento de ellos mismos, de los vendedores, de los familiares, más la cantidad de la tripulación imposibilitaban el trabajo limpio.

La idea en general siempre era la misma. Controlar a todos los tripulantes posibles al momento de desbordar para luego entre varios verificar que el barco siga poseyendo el tratado y que ninguna sustancia ilícita se encontrase sobre el barco como contrabando. Todas las habitaciones debían ser inspeccionadas, incluso la del tesoro de Gangplank, algo que a él le molestaba mucho y le aumentaban las ganas de disparar.

También de vez en cuando se solía hacer un control sanitario, pues muchos de los víveres tenían que estar en buen estado para que la tripulación no se enfermase y las habitaciones tanto como el barco no debían portar ningún tipo de virus o sobrepoblación de hongos y/o insectos debido a la humedad. Esto siempre era realizado después del chequeo policial, pues con la muchedumbre sería imposible ahorrar el tiempo. Este trabajo no era efectuado por la policía estatal, si no por un grupo de científicos con ayuda de instrumentos. Si el barco no tenía las suficientes provisiones o si los víveres estaban defectuosos, ellos tenían la obligación de dar aviso directo hacia la policía del muelle con tal de no permitir un viaje más. Lo mismo pasaba si el barco debía ser reparado por los marineros, por este motivo todos los trabajadores de Gangplank se encargaban de que todo estuviese en orden y reparaban lo que había que reparar. Ninguno de estos acuerdos se podía romper y/o ignorar pues todos estos vinculaban a la reputación de Gangplank y de los piratas amenazando así su permiso.

Cuando definitivamente los marineros permitieron el paso por las tablas, la multitud algo alterada comenzó a bajar rápidamente y sin cuidado por estas, produciendo así gritos por parte de la policía y grupos amontonados.

Graves se encontraba a la espera del mejor momento para escapar rápidamente con Gangplank de la policía. Esto a primera vista le parecía imposible, pero prefirió volver a confiar en sus sentidos para así agudizar sus reflejos y su concentración.

Nexus era una ciudad enorme; miles de casas, calles, bares, vendedores y más se apreciaban sin atención. Las luces y el ruido de la ciudad siempre acogían a cualquiera que se atreviese a visitar sus orígenes. Al ser tan grande era inevitable que en esquinas y ocultos pasajes se fomentara el estilo de vida de Aguas Turbias, algo que el forajido seguramente utilizaría a su favor.

¿Sabes que aquí seguramente podrías encontrar más oportunidades no? – preguntó Gangplank escondido detrás de un barril cerca de las tablas ocultando su voz entre el grito de los pescadores tras reflexionar sobre la vida de Graves –

Demasiado triste para morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora