Capítulo 15 - Desgraciada confianza

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Capítulo 15 – Desgraciada confianza

La tarde se iba aproximando. Pese a las horas, en Noxus la multitud siempre solía mantenerse activa, pues con el turismo se abrían mercados de comercio y entretención para cualquier tipo de clientes. Esto aumentaba así mismo la bulla de la ciudad, haciendo más difícil o fácil para delincuentes apoderarse de bienes usurpados. En cada esquina había algo por ver, las farolas animaban el espíritu de la ciudad y la música tradicional de la zona llamaba a los oídos de todos los peatones junto a los demás puestos de comidas.

Como en todas las ciudades del continente, nunca era aconsejable quedarse en callejones oscuros o en esquinas pocos transcurridas. La mejor forma de evitar el peligro era simplemente no acercarse a él y esto es algo que Graves nunca tomaba en cuenta al momento de tomar decisiones.

El callejón en el cual Graves y Gangplank se encontraban era uno de ellos que ningún tipo de persona racional deseaba, pues este desprendía un olor y un aura desagradable en comparación a otras partes de la ciudad. Muchos restaurantes desechaban de hecho aquí sus sobras en contenedores varios metros alejados de su localía para deshacerse de ellas. Así mismo mantenían a los perros y a los mendigos callejeros que merodeaban por el lugar alejados de sus puertas. La suciedad de este callejón era abundante, obligando así de manera indirecta a alejar a la gente que pasase por el lugar.

En la mente de Graves no podía existir mejor escenario para asesinar a alguien. Ningún ciudadano se atrevía a vivir por la zona y ni la mejor policía quisiese "trabajar" en un ambiente tan poco conveniente. Incluso con los restaurantes a trescientos metros, la oscuridad que otorgaba este rincón impresionaba incluso a Graves, pues los edificios cerca de el fomentaban la poca visibilidad en la zona.

Esta localización Graves la encontró de casualidad tras haberse mantenido en movimiento junto a Gangplank intentando evadir la policía preparada por Miss Fortune. Estos solían tener patrones de conductas que para el ojo de Graves eran básicas. Solían ir en grupos de cinco personas merodeando por cada calle paralela, pero nunca aseguraban los rincones. El único riesgo que Graves pudo apreciar era la posibilidad de que algún encargado de algún restaurante justo vienese a desechar sus obras en el momento en que Graves quisiese actuar y deje de ocultarse, pero esto era muy improbable, pues por motivos prácticos la comida siempre se desechaba los fines de semana si la comida no podía ser reutilizada.

16:50 – Paralelamente en un callejón de Noxus

¿Qué hacemos aquí en un lugar tan sucio como este? - preguntó Gangplank rápidamente después de tomar algo de distancia -

Tu barco es peor – contestó Graves sin dudarlo con un tono burlesco pero grave – ¿Qué crees que hacemos?

Tú dime – respondió el pirata exaltado para entender lo que Graves quería decirle tras observar detalles en las calles que no le gustaban –

Tenemos que quedarnos aquí por un tiempo – soltó el forajido para calmarlo deseando que no hiciese más preguntas –

¿De todos los lugares posibles, en el más sucio? Que poco valgo – respondió el pirata levantando sus manos y sus hombros intentando quitarle la importancia para luego agregar – ¿quieres charlar para matar el tiempo?

No – acotó el forajido sin ni si quiera mirarle a los ojos –

Gangplank no sabía cómo entretenerse, no percibía si Graves actuaba de una manera extraña ni mucho menos lo que este le ocultaba. Por algún motivo Graves se encontraba ya más distante de lo normal. Gangplank aburrido jugaba con sus prendas y con la escopeta ya regalada para distraerse y no darle más vueltas al asunto, pero lamentablemente nada le satisfacía. El pirata observaba a su amigo sin detenerse, este daba pequeñas vueltas vigilando que la zona fuese lo suficientemente segura, pero parecía como si Graves se sintiese inseguro.

Demasiado triste para morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora