Capítulo 16 - Inmunda Catarsis

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Capítulo 16 – Inmunda Catarsis 

Mientras que las risas ocultaban la gravedad de la situación, Gangplank se había preparado lo suficiente para correr por su vida. Tras asegurarse de agarrar la botella de ron que Graves le había facilitado, utilizó la multitud para intentar desvanecerse, algo que bajo los ojos de Miss Fortune jamás sería posible. Su mirada se agudizaba incluso con la inmensidad de distracciones que cohibían sus sentidos.

Sin más deparo, la "delicada" dama se alzó buscando un pirata robusto entre los cuerpos de los demás presentes, uno, que debía pagar por sus cometidos. Para no perder la oportunidad y tras notar el estado poco atento del mago de las cartas, esta le hizo una seña con sus cejas, una que le ordenaba a él a seguir a Graves.

Twisted tenía un montón de preguntas, pero las risas de la gente no le permitían pensar lo suficiente como para encontrar claridad entre sus pensamientos. Tras poseer un leve recuerdo que caía sobre su mente como si de lluvia sobre su cara se tratase, intentó compensarse tras oír las ridículas palabras del hombre que por meses buscaba.

Palabras querían salir de su boca buscando libertad entre sus sentimientos, pero ninguna respuesta era correcta tras un acto tan insignificante como una sonrisa tras una noticia. Sin más opción que atenerse a responder, optó por seguir distrayendo mientras que notaba como su amiga iba en busca de su venganza.

Se educado y límpiate la boca – dijo en tono desafiante el del sombrero mientras que con cuidado juntaba sus cartas intentando dominar la conversación como si de los principios de su extraña correlación se tratase como cuando Graves estaba amarrado a la silla –

Si no trajiste nada, entonces mejor no hables – respondió Graves de inmediato acudiendo a su diálogo interior sin evitar buscar servilletas para limpiarse. No lo admitía, pero después de todo la situación si lo avergonzaba, sobre todo si ni mucho menos sabía cómo saludarlo –

No, no traje nada, solo ganas de matarte – soltó Twisted sin pensarlo para luego de inmediato arrepentirse, seguramente Graves lo tomaría por infantil al escucharlo –

¿Entonces qué esperas? – respondió Graves para tras terminar limpiándose con su manga derecha volver a tomar otro sorbo del Whisky y agregar sin tomarle importancia - ¿a qué me vaya de nuevo?

Graves le había vuelto a hacer el jaque mate, el del sombrero no podía entender del todo a que se debía. Por una parte, pensaba que era su frialdad natural mientras que otra parte le convencía de que Graves nunca cuidaba su vida. Independientemente de las opciones estudiadas, le era muy difícil dialogar y encontrar un balance entre sus palabras. Tras convencerse de que con él no se podía hablar de ninguna forma, el mago se rindió al intentar portar una postura.

<<Seré yo mismo>> fue lo que pensó Twisted tras haber recibido el golpe del tablero social, pero nuevamente Graves volvía a interrumpir su autodeterminación con un diálogo extravagante.

Coge una carta, chico – ordenó quitándole las cartas de sus manos tras un pequeño rose rápidamente para de inmediato acotar – Cambiemos el juego

¿Siempre tienes que ser tan brusco? En fin, ¿qué juego? – comentó el mago tras un pequeño enojo para posar un rato la mirada sobre sus propias manos, había olvidado que por un momento las suyas le habían ahorcado –

¿Las cartas que posees son del uno al diez, no? – preguntó Graves en uno de sus mejores tonos posibles de manera educada, alterando sin quererlo nuevamente lo que el mago pensaba de él –

Sí – respondió Twisted firmemente al ser un experto. Sus ojos no podían evitar abrirse al intentar adivinar que juego Graves le quería mostrar, pues seguramente era uno que ya conocía –

Demasiado triste para morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora