El Niño De Tus Ojos (Blam+Coopbastian boyxboy)

PRÓLOGO

N/A: Lo prometido es deuda y aquí tenéis el nuevo Blam+Coopbastian... El protagonista, como siempre, Blaine aunque intentaré que tengáis más de Coopbastian que en Filming Love... ¡Por cierto! Si hay lectores aquí de No Se Puede Huir Del Destino, les digo que hay segunda parte y que ya está disponible (sé que era un One-Shot pero me pidieron otro capítulo y me dejé llevar).

EL NIÑO DE TUS OJOS

IMPORTANTE PARA ENTENDER EL FIC

Esta historia está ambientada en un mundo muy diferente al que conocemos y que yo inventé. Cuando escribí el otro fic que transcurría en este universo, alguien me dijo que le había costado mucho entenderlo. Por eso he decidido empezar contando un poco como es la sociedad que he creado. Si hay alguien que leyó Brown vs Blue sabrá la mayoría pero hay cosas nuevas que le pueden interesar.

En el pasado de esta historia, los ojos azules (Blues) estaban a punto de desaparecer, por lo que se empezó a dar poder a personas con ese color de ojos. Sin embargo, aprovecharon ese hecho para crear una sociedad a su medida. Ellos acabaron controlando el poder y el dinero, nada se escapaba a su control. Cuanto más tiempo pasaba, más leyes les beneficiaban y protegían su poder. Algunos ejemplos serían la Ley de Difusión Blue, en la que se autorizaba a los ojiazules a realizar cualquier cosa que pudiera aumentar el número de Blues (por ejemplo, violaciones), la Ley de Educación en la que se limitaba el acceso a determinados trabajos que pueden dar dinero y poder a Greens y Browns o la Ley de Clases en la que se prohibía relaciones más allá de las laborales entre personas de distinto grupo social y se establece que los niños se criarán con una familia con el mismo color de ojos que los suyos (lo que lleva a que haya familias a las que se les quiten sus hijos para dárselos a otras).

Sin embargo, las otras clases sociales (Greens y Browns) pronto se vieron obligados a acatar los deseos de los Blues. La sociedad que se había creado les era muy perjudicial por lo que algunos de ellos se juntaron para crear la conocida como Revolución del Árbol. Ellos querían una sociedad justa, donde el color de tus ojos no sea tan importante. Sin embargo, muy pocos Blues pertenecían a esa asociación porque les costaba confiar en ellos. Temían que alguien se infiltrara y los delatara.

En resumen, el mundo se divide en:

Blues: Personas con ojos azules o grises. Acaparan los mejores trabajos, como por ejemplo, médicos, arquitectos, abogados... Tienen dinero y sus vidas son cómodas. Kurt, Cooper, Elliot, Shannon, Sue, Artie, Brittany, Marley.
Greens: Personas con ojos verdes. Serían la clase media y tienen trabajos como enfermeros, asistentes, secretarios... No tienen problemas de dinero pero tampoco pueden "malgastarlo". Sam, Sebastian, Will, Quinn.
Browns: Personas con ojos avellana, marrones y café. Trabajan como sirvientes, limpiando, en la mina o en fábricas. Apenas llegan a fin de mes y pasan muchos problemas económicos. Blaine, Finn, Rachel, Kitty, Puck, Jake, Ryder, Santana, Emma, Mike, Mercedes.

PRÓLOGO

Un niño de doce años, de cabello oscuro y ojos color avellana, algo rojos por haber llorado, corría por la pradera que rodeaba la ciudad. Le gustaba acudir a un lugar en concreto cuando necesitaba estar solo.

Su hermana pequeña estaba enferma y tenían que operarla. Sabía que eso suponía muchos problemas. Eran Browns, es decir, personas con ojos marrones y eso significaba que eran pobres. Dentro de esa clase social, no les iba mal. Sus padres trabajaban muy duro para que a sus tres hijos no les faltara nada, pero los gastos de hospital serían muy altos a pesar de que nada les garantizara que se recuperaría.

El pequeño no quería parecer egoísta, pero sabía que la situación supondría pasar menos tiempo con sus padres, que tendrían que trabajar más y cuidar de Emily. Y no sólo eso, también tendría que encargarse de Ryder ya que sus padres no tendrían oportunidad de hacerlo.

Cuando el menor llegó a su lugar secreto, se encontró con que no era tan secreto como creía. Allí había un chico más alto que él, aunque eso no era difícil, pero también parecía algo mayor que él.

– Hola. – El rubio lo saludó con una sonrisa. El más bajo lo miró con timidez, dejándose llevar por el hermoso verde de los ojos del otro que brillaban por la intensidad del sol en ese día caluroso y veraniego.

– Hola. Soy Blaine. – El moreno sonrió también.

– Yo soy Sam. ¿Qué haces aquí? – El Green preguntó.

– Quería pensar. – El ojimiel confesó.

– ¿Tú también tienes dudas sobre tu sexualidad? – El mayor quiso saber.

– ¿Qué? – Anderson lo miró anonadado.

– Besé a Quinn pero no me gustó mucho. Sebastian dice que es porque me gustan los chicos pero tampoco me gustaría besarlo a él. Al principio pensaba que sería porque él no es guapo pero Stacy dice que es muy sexy. Aunque me sigue resultando extraño escuchar a mi hermana pequeña hablar sobre chicos. – Evans comentó a toda prisa.

– No sé que decir. – El menor se encogió de hombros.

– ¿Puedo besarte a ti? Si me gusta es que definitivamente soy gay pero si no me gusta seguiré con la duda. – El Sam explicó como si fuera lo más obvio. Sin embargo, Blaine estaba sin palabras, nunca había besado a nadie y ni siquiera sabía si le gustaban los chicos o las chicas.

Sin embargo, no tuvo tiempo para responder. El rubio se puso frente a él sin apartar su mirada de la boca ajena. Se notó aun más la diferencia de altura, ya que el moreno apenas le llegaba a la barbilla. Una mano del otro se posó con suavidad en su mejilla haciendo que levantara la cabeza mientras miraba esos labios tan sensuales. El mayor cerró los ojos y bajó despacio hasta que sus labios se encontraron. El más bajo sintió como si un millón de mariposas se movieran en su estómago, su cuerpo temblaba deseoso de que ese momento no se detuviera nunca. La otra mano del Green se colocó en su cintura mientras sus labios se movían con un ritmo suave y dulce. Se separaron apenas un segundo para tomar aire antes de volver a besarse. Esa vez el menor rodeó el cuello del otro con sus brazos para que no se volviera a separar, dejándose llevar por lo que su corazón y su alma deseaba en ese momento.

La lengua del ojiverde acarició el labio inferior del otro con dulzura antes de morderlo suavemente. Un pequeño gemido se escapó de los labios del Brown, momento que el otro aprovechó para introducir su lengua en la boca ajena hasta que encontró la del otro y comenzaron una danza lenta y sensual. Anderson se sintió como hubiera muerto y se encontrara en el cielo. Nunca pudo imaginar que algo así podría sentirse tan bien. El beso era inocente a pesar de todo, pero era increíble. Durante toda su vida no había creído en la magia, pero en ese momento descubrió que existía en forma de chico rubio absolutamente perfecto.

Se separaron y los dos abrieron los ojos. La diferencia de altura hacía que Sam protegiera a Blaine del sol, por lo que éste no aclaraba los ojos color miel, haciendo que por primera vez durante ese encuentro se pudiera percibir con claridad que eran marrones y no verdes, como la estrella los había hecho parecer hasta ese momento.

– ¡Eres un Brown! – El rubio exclamó apartándose de él como si quemara. Era algo prohibido, estaba haciendo algo ilegal.

– Sí. – El moreno lo miró confundido.

– Pero... Tus ojos... ¡Parecían verdes! – El más alto añadió totalmente desesperado. Tenía miedo de todo lo que había sentido en ese beso y tenía miedo de sufrir si seguía con eso.

– Lo sé, a veces he tenido problemas con eso. Estuvieron a punto de llevarme con una familia Green. – El menor aclaró.

– Entonces... ¡No! Tú y yo no podemos... ¡No!

Evans se alejó corriendo de allí, dejando a Anderson aun más triste de lo que estaba antes de llegar. Había tocado el cielo, es decir, los labios de Sam, pero sabía que no lo volvería a hacer. Eran de distinta clase social, pertenecían a diferentes mundos y nunca se podrían encontrar de nuevo porque los prejuicios de la sociedad jamás lo permitirían. Mucho tenían que cambiar las cosas para que esos dos niños volvieran a encontrarse...