CAPÍTULO 11: EMPEZAR UNA RELACIÓN

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CAPÍTULO 11: EMPEZAR UNA RELACIÓN

Sebastian miró a Cooper con miedo. Él estaba acostumbrado a sentirse atraído por otros hombres o incluso a sentir deseo, pero no estaba acostumbrado a esa sensación de necesidad que sentía hacia el mayor. Sabía lo que significaban esos sentimientos y eso le asustaba. No quería pensar en la palabra amor, era imposible, al menos para él. Siempre había pensado en la lucha, en la guerra y en la libertad. Eso no era compatible con tener una relación, le ocupaba gran parte del tiempo y sólo podría acabar haciéndolo sufrir. Sam era un claro ejemplo de eso. El día anterior lo había visto cuando fue al hospital a acompañar a Adam, que iba a visitar a su abuela. Pudo escaparse un poco para hablar con su mejor amigo y pudo percibir la tristeza que tenía por toda la situación. La relación entre Blaine y Kurt era pública y habían acudido a varios lugares juntos, donde se les había visto muy sonrientes y cariñosos. Eso dañaba al rubio, que sentía muchos celos porque quería ser él quien pasara tanto tiempo con Anderson. A pesar de que sabía que el Brown lo amaba, no podía evitar pensar en lo que esos dos hacían en la intimidad.

Tal vez su misión no era tan dañina para una relación ya que él no tenía que seducir a nadie, pero también había riesgos. Si lo descubrían, podría ser peligroso para Cooper y su familia y, si descubrían lo que realmente había entre ellos, podría ser su condena a muerte. Se suponía que eran primos, por lo que nadie vería bien una relación entre ellos. Por eso tenía que evitar cualquier tentación, aunque cada día le resultaba más difícil. Pero si tenían algo y los descubrían, estaban perdidos.

El mayor era perfecto para él, divertido, alegre, decidido y un luchador. Alguien al que admirar y con el que podría pasar buenos ratos. Una persona que luchaba para intentar hacer del mundo algo mejor a pesar de que su vida era fácil. Alguien con quien se veía formando una familia en un futuro, se veía a sí mismo en una gran casa con varios niños jugando en los columpios mientras su marido y él toman el sol en la piscina. Era la primera vez que tenía ese tipo de visiones, nunca había sido demasiado romántico... Pero todo había cambiado en su vida desde que conoció al otro.

El ojiazul se sentó a su lado mientras le sonreía con cariño. Los dos estaban en la casa del primero hablando, disfrutando de un poco de tranquilidad, algo escaso en su vida desde que todo empezó. A pesar de todo, les gustaba pasar tiempo a solas, intentando ser ellos mismos y no las personas que constantemente tenían que fingir ser. Querían conocerse de verdad, sin máscaras, sin fingir nada.

Bomer sirvió dos copas de vino mientras lo miraba de esa manera tan especial, como siempre desde poco después de conocerlo. Nadie jamás había mirado a Smythe de esa manera, ni siquiera Sam cuando le había dado su primer beso. Aun recordaba lo incómoda que había sido esa situación a pesar del cariño que había entre su mejor amigo y él. Sin embargo, nunca se había sentido así con el abogado. Era su complemento ideal, su mejor opción.

– ¿En qué piensas? – Cooper le preguntó totalmente intrigado por la expresión de concentración del otro. Parecía que tenía una lucha interna y eso se reflejaba en su rostro.

– En nosotros... – Sebastian susurró y se dio cuenta de lo que acababa de decir. Se sonrojó y rápidamente intentó buscar una excusa pero no encontraba nada que justificara ese hecho.

– ¿Y qué es lo que estabas pensando exactamente? – El mayor se acercó aun más hasta quedar realmente cerca del otro. Sabía la respuesta de esa pregunta pero quería escucharla. Quería que el otro confesara sus sentimientos.

– En todas las cosas que me impiden pedirte que seas mi novio. – El joven comentó sin ningún pudor. Había llegado el momento de ser sincero y no tenía miedo a eso. Temía las consecuencias de lo que veía inevitable.

– Yo creo que son más las cosas que te obligan a que me lo pidas. – El Blue sonrió ampliamente, a la espera de que el otro le hiciera caso y se lanzara.

– No quiero que suframos... No sería justo para ninguno de los dos que empecemos una relación que ambos sabemos que no va a llegar a ninguna parte porque nuestras vidas no nos pertenecen. En cualquier momento nuestras misiones en La Revolución pueden cambiar y pueden llevar a separarnos... Sam lo está pasando muy mal y... – Bomer no le dejó continuar porque juntó sus labios en un beso dulce y lleno de amor. Él también había empezado a sentir algo muy fuerte por el otro y quería ser feliz, darse una oportunidad.

– Sólo tenemos que ocultar nuestra relación al resto del mundo. Se supone que somos primos pero, lo que ocurra dentro de estas paredes, será sólo tuyo y mío... Nadie tiene que saberlo... Y si en algún momento nos pasa como a Blaine y Sam... No importa que estemos juntos o no, vamos a sufrir la separación... Al menos deberíamos disfrutar mientras estemos juntos. – El abogado propuso.

– Cooper... – El Green susurró antes de recibir los labios de su amado sobre los suyos de nuevo.

– Vamos a ser felices, vamos a encontrar a tu hermana y a mis padres y vamos a disfrutar de nuestra libertad juntos, de eso estoy seguro. Sólo necesito que digas que sientes algo por mí y que estás dispuesto a luchar por nuestra relación. – Bomer pidió y Smythe lo miró a los ojos. Al menos, Sebastian podía seguir disfrutando del hermoso color de los ojos del otro, esa perfecta combinación de gris y azul que le volvía loco. Sabía que al mayor le gustaban los suyos porque veía una ligera sombra de tristeza cuando lo miraba. Sabía que le debía frustrar que no podía verlo a él por culpa de las lentillas pero no podía quitárselas en ningún lugar salvo la privacidad de su habitación por temor a que alguien lo descubriera, una visita inesperada, un criado descontento... Había muchos riesgos y eran muy pocas las posibilidades de éxito de la misión... Pero aun así, merecía la pena cada segundo.

– Prométeme que, pase lo que pase, intentarás mantenerte a salvo... Incluso si eso supone arriesgar mi vida. – El menor agarró con dulzura las manos del otro.

– Te lo prometeré si tú me lo prometes. – Cooper no pensaba rendirse tan fácilmente.

– Te lo prometo. – El Green no lo dudó ni un segundo.

– Yo también te lo prometo. – El Blue respondió.

Los dos volvieron a besarse con pasión, sabiendo que eso era el comienzo de algo. No les importaba nada en el mundo que no fuera ellos y su amor. Sabían que vendrían muchos problemas pero ya los enfrentarían cuando surgieran. Bomer no iba a dejar que el otro se volviera a alejar, no cuando por fin había conseguido sentirse suyo. Sabía que era un riesgo añadido a la misión, pero también sabía que no podía aguantar sin estar con Smythe. El amor es un sentimiento que no se puede controlar y él no tenía ningunas ganas de hacerlo. Sólo le necesitaba a él para ser feliz y esperaba que nunca tuviera que imaginarse una vida sin él, porque sólo de pensarlo le rompía el corazón.

El Niño De Tus Ojos (Blam+Coopbastian boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora