CAPÍTULO 19: LA GUERRA
- Voy a ir a distribuyendo las personas en dos grupos. Al Congreso irán Cooper Anderson... - Un hombre anunciaba la distribución de los revolucionarios. El mayor se sorprendió al escuchar su nombre con su apellido de la familia Brown, pero aun así se subió al vehículo que le correspondía. - Sam Evans...
Sebastian puso su mano sobre el hombro de su amigo y dio un paso al frente, subiendo él en el lugar del rubio para estar cerca de Cooper. A pesar de todo lo que había dicho William, él no iba a dejar que su novio fuera solo a la batalla, iba a estar cerca por si lo necesitaba.
El primer autobús se llenó y pasaron al siguiente. Sam y Blaine se subieron a uno que les llevaría al Palacio Presidencial.
Cooper y Sebastian llegaron al Congreso y lo que vieron les dejó el corazón helado. No sabían cuál era la misión del equipo especial pero sí sabían que la mayoría de ellos estaban ahí... O lo que quedaba de ellos. El suelo estaba teñido de rojo por la sangre de los fallecidos, la mayoría de los cuerpos no estaban completos, les faltaba una pierna, un brazo, la cabeza... Y esas partes estaban también en el suelo, no muy lejos del resto de sus cuerpos.
El mayor buscó la mano de su novio y la apretó con fuerza, sabían que la misión era peligrosa y sabían que sus vidas corrían peligro. Sin embargo, hasta ese momento no habían sido conscientes de lo que eso implicaba. Ver todos esos fallecidos les daba una muestra de lo que podía pasarle a ellos.
Se bajaron del vehículo y recogieron las armas que les habían asignado. Una pistola con dos balas, un cuchillo y una espada. Era lo único que habían conseguido para el asalto, aunque les quedaba el consuelo de que el otro bando tampoco tenían mucho más.
Cuando se volvieron escucharon tiros e instintivamente se agacharon. Anderson cubrió a su novio con su cuerpo, protegiéndolo por si alguna bala se acercaba a ellos. Sin embargo, pronto se dejaron de escuchar los disparos, el otro bando se había quedado sin balas.
La lucha cuerpo a cuerpo empezó y se notó que había muchos inexpertos. Cooper intentaba no ser abatido pero sabía que era cuestión de tiempo, los otros hombres estaban mejor entrenados y eran más fuertes que él. La primera vez que lo desarmaron, sacó la pistola y gastó una de las balas para protegerse.
Otro soldado del gobierno se acercó a él pero el mayor de los Anderson fue más rápido y pudo coger la espada antes de que le hiriera. Otra nueva lucha a espada comenzó pero había recibido muy pocas clases y volvió a ser desarmado. Igual que hiciera antes, utilizó la última bala que le quedaba. Seguía vivo, pero ya sólo le quedaba su habilidad con la espada y el cuchillo. Era muy pronto, sabía que no sería capaz de sobrevivir a otro enfrentamiento.
Como si pudiera ver el futuro, otro guardia se acercó a él y volvió a enfrentarse a él. Tenía mucho talento con la espada, por lo que pronto lo desarmó. Cooper se preparó para su muerte, no tenía nada que hacer, el cuchillo no le servía debido a que el arma del otro era más larga. El revolucionario cerró los ojos, deseando que su muerte no fuera dolorosa. Sin embargo, escuchó un disparo y un cuerpo cayendo. Abrió los ojos y se dio cuenta de que la persona que iba a matarlo no estaba frente a él. Miró al suelo y allí estaba, desangrándose por un tiro en la sien. Levantó la mirada y vio que Sebastian le guiñaba el ojo desde la distancia. No pudo evitar sonreír, sabía que había sido él quién le había salvado la vida.
Buscó a su alrededor más guardias que estuvieran a punto de matar a alguien para enfrentarse a ellos pero la mayoría estaba siendo atacado por dos personas. Por eso corrió hasta alcanzar a Sebastian para ayudarlo con el agente con el que estaba luchando. Por fin eran más en número y sabía que era cuestión de tiempo que el Congreso cayera como lo había hecho el senado. El mayor de los Anderson se preguntaba que habría sido del Palacio Presidencial, como estarían Sam y Blaine y si Sebastian y él aguantarían vivos hasta que la batalla realmente acabara.
En el Palacio Presidencial, las cosas iban mejor de lo esperado. Para cuando los autobuses con los revolucionarios llegaron, las fuerzas especiales tenían todo muy controlado. Por eso no había batalla, no en ese momento. Los recién llegados estaban dando vueltas por fuera del edificio, evitando que nadie entrara mientras el equipo especial buscaba al presidente y al resto de ministros que estaban allí atrincherados.
Al principio, Sam y Blaine caminaban juntos, de la mano, aunque alerta por si veían algo. Sin embargo, el líder de la misión los vio y les obligó a caminar separados. Aun así, el rubio no se alejó mucho de su novio, siempre pendiente por si las cosas se complicaban y podía ayudarlo. Por un lado, se alegraba de que todo fuera tranquilo y que Anderson no estuviera en peligro pero, por otro lado, se sentía frustrado. Había estado años preparándose para esa batalla y al final no había servido para nada.
- Tenemos noticias del Congreso, también está en nuestras manos. La batalla ha terminado y los supervivientes están dentro. Ha sido muy sangriento y con muchas bajas pero el factor sorpresa y la escasez de armas de fuego ha sido la clave. Señoras, señores... ¡Hemos ganado! - Uno de los altos cargos de la Revolución anunció y todos empezaron a celebrarlo.
Sin embargo, apenas duró un segundo porque se escuchó una gran explosión desde el interior del edificio y empezaron a caer escombros al suelo, enterrando a varias personas. A Sam se le heló la sangre al darse cuenta de que su novio estaba entre esas personas. Corrió a toda velocidad hacia allí y comenzó a mover piedras. No era el único que lo hacía, pero sí era el que lo hacía con más rapidez y desesperación. Por suerte, su novio no estaba cubierto por una gran capa de piedras y lo encontró pronto. Sintió su pulso y su respiración, aunque era algo débil.
- Blaine... - El rubio susurró desesperado.
- Sam... Te amo... Quiero que cuides de mis hermanos, sobretodo de Ryder... - El moreno apenas podía hablar.
- ¡Sh! Te pondrás bien, sólo céntrate en respirar, ¿vale? - El ojiverde estaba asustando mientras buscaba a alguien que pudiera ayudarlos.
- También quiero que busques tú felicidad. Quiero que busques a otro... - El Brown insistío.
- No voy a buscar a otro porque te tengo a ti. - Evans no podía contener las lágrimas.
Otra explosión se escuchó y el Green usó su propio cuerpo para proteger a su amado de los golpes. La explosión había sido en otra zona pero algunas piedras caían a su alrededor. Sam no era creyente pero empezó a rezar para que los dos pudieran salir de ahí sanos y salvos.
El polvo inundó el lugar, haciendo difícil ver más allá de unos metros. Los Revolucionarios que no se habían visto afectados por las explosiones intentaron ir a la ayuda de sus compañeros. Sin embargo, había muchos lugares a los que ir y algunos de ellos tenían poco tiempo...

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El Niño De Tus Ojos (Blam+Coopbastian boyxboy)
Fiksi PenggemarUn mundo en el que el color de tus ojos define tu vida, dos niños que se enamoraron con tan solo un beso, dos corazones incapaces de olvidar, dos amores imposibles, una lucha por la libertad, dos hermanos que nunca se conocieron y una familia rota p...