CAPÍTULO 18: YO TE CUIDO

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CAPÍTULO 18: YO TE CUIDO

Marley tumbó a Ryder en la camilla de una de las habitaciones del hospital de la Revolución del Árbol. Un estudiante de segundo curso de medicina acudió para realizar la extracción de la bala, aunque necesitó la ayuda de la Blue. La joven fue consciente de que un médico habría hecho un mejor trabajo y que quedaría una fea cicatriz por lo mal que había puesto los puntos el estudiante, pero no podía estar más agradecida porque había salvado la vida del otro.

– Tienes que estar atenta. Si notas que tiene fiebre, avísame. Me pasaré en un rato a ver como está.

El futuro doctor salió, dejando a los dos amigos a solas. El Brown todavía estaba inconsciente por culpa de la anestesia, por lo que ella se acercó y le agarró la mano.

– No vuelvas a darme un susto como éste.

Pasaron varios minutos antes de que el castaño se despertara. Cuando abrió los ojos, no pudo evitar sonreír al ver a la Blue a su lado. Estaba enamorado y sospechaba que era correspondido. Tal vez si ganaban la guerra, los dos podrían vivir juntos y felices... Parece que el destino quiere que los Smythe se enamoren de los Anderson.

– ¿Cómo te sientes? – Ella preguntó.

– Bien... Me duele un poco pero supongo que es normal. ¿Cómo fue la operación? – Ryder quiso saber.

– Te han sacado la bala, no hay que preocuparse de nada. – Marley susurró.

– La verdad es que al menos puedo estar tranquilo porque tú estás aquí en vez de ir a la lucha... Aunque estoy preocupado por mis hermanos, Sam y Sebastian, al menos sé que tú estarás bien. – El chico explicó.

– Yo todavía no estoy tranquila porque puede complicarse lo de tu herida pero estaría más nerviosa si estuvieras allí afuera. Eres muy importante para mí. – La Blue confesó.

– Tú también eres muy importante para mí. – El Brown sonrió mientras buscaba la mano de la joven y entrelazaba sus dedos. Después tiró de ella hacia abajo hasta que se acercó a él lo suficiente como para que él se incorporara un poco y juntara sus labios en un beso dulce por primera vez.

Al principio, Marley no correspondía el beso debido a la sorpresa. Sin embargo, pronto movió sus labios al ritmo que marcaba Ryder. Era lo que había estado deseando desde que se encontraron por primera vez.

– Si ganamos la guerra, pienso hacerte mi novia. – El castaño susurró.

– Me encantaría. – La ojiazul sonrió antes de volver a besarlo.

Artie, Sam y Sebastian se reunieron con Schuester en las oficinas de la sede. Los cuatro hombres se sentaron en una mesa cuadrada, de manera que los dos Blues y los Green se sentaban uno frente a otro.

– ¿Vas a negarme que nuestra distracción le ha venido bien a la Revolución? – Abrams quiso saber, mirando muy seriamente al mayor.

– ¿Por qué dices eso? – Smythe preguntó extrañado.

– Ha habido una explosión en la fábrica de armas. Todo está destruido, incluido el almacén. El gobierno sólo dispone de la munición que tenga actualmente fuera de la fábrica, algo que todos sabemos no suele ser mucho por miedo a que nosotros la robemos ya que, según pensaban ellos, en el almacén de la fábrica estaría segura. Eso iguala mucho las fuerzas ya que han gastado mucha munición en la persecución. Supongo que el equipo especial ya habrá ido al Palacio Presidencial, el Congreso y el Senado. – El Blue comentó.

– Sí. Mis informadores dicen que los miembros de seguridad del Senado ya han gastado la munición y pronto lo tendremos ocupado. En unos diez minutos debe llegar allí el primer pelotón de combate y no creo que vayan al rescate personas del Congreso o el Palacio Presidencial si allí también hay batalla. – El líder de la Revolución informó.

– ¿En qué frente vamos a ser destinados nosotros? – Evans quiso saber.

– No lo sé... Lo que sí sé es que Cooper y tú iréis a uno y Blaine y Sebastian a otro. No voy a permitir que os dejéis distraer por la preocupación de atender a vuestras parejas. – William afirmó.

– Blaine y Cooper no están preparados. No han sido entrenados para la batalla y es muy peligroso... ¡Prácticamente sería mandarlos a la muerte! – Sam estaba muy enfadado, no consentiría que se pusiera en peligro la vida de su pareja y su futuro cuñado.

– No es tú elección... Yo no obligo a nadie a ir a la batalla. Si ellos van, será porque quieren ir. Si no quieres que vayan, deberás convencerlos. – El mayor anunció.

Los dos Green se fueron a buscar a sus parejas. Iban a intentar convencerlos de que no fueran a la guerra. No podían consentir que se arriesgaran de esa manera.

Los hermanos Anderson estaban en el auditorio, sentados en silencio, rodeados de muchas personas esperando el momento de que les dieran la orden de participar activamente en la guerra. Les habían comunicado que Ryder estaba bien e incluso habían podido hablar con él y con Marley por teléfono, por lo que estaban tranquilos en ese aspecto.

Los Green se acercaron a ellos y se sentaron junto a ellos. Sam entrelazó sus dedos con los de su novio mientras que Sebastian pasó su brazo por los hombros del otro.

– ¿Cómo está Ryder? – Evans quiso saber.

– Le han sacado la bala y parece que se recuperará. Está animado y creo que Marley y él se han declarado su amor. – Blaine explicó.

– No queremos que vayáis a la batalla. – Smythe fue directo, no iba a pretender tener una conversación superflua una vez había descubierto que el menor de los Anderson estaba bien, sólo tenía una preocupación.

– Nosotros tampoco queremos que vayáis vosotros. – Cooper explicó despacio.

– Pero tenemos que ir, llevamos mucho tiempo entrenándonos y queremos que nuestro amor por vosotros no sea ilegal. – El castaño dijo desesperado.

– Nosotros queremos lo mismo y queremos luchar por conseguirlo. Quedarnos aquí sólo significaría nervios y angustia por no saber lo que está pasando. – El mayor aclaró.

– Pero no iremos al mismo frente. Schuester quiere separarnos para que no pongamos en riesgo la misión. – Sebastian comentó, demostrando que él ya estaba preocupado antes de tiempo.

– Es una guerra y no voy a quedarme al margen viendo como las personas a las que amo se juegan la vida por mi felicidad. – Cooper zanjó la discusión.

Los cuatro se abrazaron, conscientes de que podía ser la última vez que estuvieran juntos. Sólo podían esperar para saber cuál sería el desenlace.


El Niño De Tus Ojos (Blam+Coopbastian boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora