La maestra de las puertas Secretas/ Parte2

49 23 22
                                    


—No soy tan bueno como crees, es difícil aprenderlo, aparte si la razón por la que lo haces es para «cuidarme» como lo ordenó Gea, me niego. No necesito que me cuides.

—Y yo no quiero que me cuides —dijo Jazmine mirando a Adad a los ojos—. Hagámoslo, estoy dispuesta.

Adad y Jazmine se miraron fijamente, ninguno apartaba la mirada ya que con ellas estaban respondiendo, la mirada seria de Adad significaba que no le iba a enseñar, y por otro lado la mirada intensa de Jazmine decía «enséñame, enséñame»; al final Adad volteó la mirada rendido aceptando el trato de Jazmine. La chica feliz gritó de la emoción, quería abrazar a Adad de la felicidad, pero fue detenida por un chico que la abrazó primero.

—¡Jazmine!, ¿qué haces aquí?

La voz que habló era la de su amigo Leonel, un chico enamorado de Jazmine desde la secundaria. Jazmine lo miró incómoda cuando la abrazó, así que se separó rápidamente de él.

—Leonel —habló Jazmine irritada de que su amigo se encontrara ahí—, estoy estudiando.

—Claro, es digno de ti. Después de no haber entrado a la universidad es claro que te la pasarías todo el día en la biblioteca, o buscando un trabajo, o trabajando en la biblioteca —contestó Leonel sonriente—. Claro que no entiendo por qué tienes que hacerlo con tu amigo cosplayer.

Jazmine rio al recordar lo que le había dicho a sus amigos sobre que a Adad le gustaba las cosas frikis. Por otro lado, Adad tenía intenciones de quemarlo, no sé agradaban, así que no tenía la intención de hablarle.

—Adad es mi amigo, Leonel. Ya nos vamos, también deberías irte.

Leonel entendió y se despidió de Jazmine, por otro lado, Adad no dejaba de ver a su compañera, quería que hablara, sin embargo, la niñera no se inmutaba.

—Jazmine.

—¿Sí?

—¿Por qué nunca hemos ido a tu escuela?

Jazmine guardó silencio por un momento.

—Yo no... yo no voy a la universidad porque no aprobé el examen.

—¿Tú? No te ves cómo alguien de malas calificaciones, te ves más como un lamebotas de tus directivos.

—Di lo que quieras príncipe, seguramente ni siquiera sabes que es una universidad.

—Claro que lo sé, es una escuela de formación académica, la última etapa, ¿no?

—Bueno, como sea, tienes razón; tenía muy buenas calificaciones en la preparatoria, sin embargo, eso no pudo seguir así y en mi examen reprobé. Eso es todo.

La voz de Jazmine se quebró al final, como si hubiera recordado algo que la quebró. Al oír ese tono de voz Adad abrió sus ojos impresionado y calló, no volvió a preguntar nada. Solamente terminó su lección.

—La ciudad número cinco, Ciudad Ónix, es conocido por sus historias de seres fantásticos como hadas o duendes, no averigüe mucho de ese lugar.

Adad regresó todos los libros a su lugar, Jazmine ayudó sin decirle nada. No quería hablar de lo ocurrido, no era tiempo de recordar cosas pasadas, era tiempo de volverse más fuerte. No solamente quería ser capaz de proteger a su príncipe, sino que también quería poder protegerse ella sola. Empezó a depender de Adad en el momento que la salvó dos veces.

Salieron al enorme patio de la biblioteca donde no había muchas personas, de tal manera que Adad paró en un lugar adecuado y tomó las manos de Jazmine. Repitiendo aquel verso «La luz es mi capa y las nubes me cubren», lo cual provocó que Jazmine soltara una pequeña risa al darse cuenta de que su hechizo no rimaba. Adad la ignoró y después soltó sus manos.

AnafreiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora