𝐌𝐚𝐫𝐢𝐩𝐨𝐬𝐚𝐬 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐞𝐬𝐭𝐨́𝐦𝐚𝐠𝐨 [𝐴𝑙𝑢𝑐𝑎𝑟𝑑 𝑥 𝑅𝑒𝑎𝑑𝑒𝑟]

𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐚

{Narra Alucard}

Se veía preciosa, no conocía a mujer más bella más que a ella... Agradezco que los monjes nos hayan puesto en este lugar, así podía apreciar su belleza con más detalle, moría enserio por besar esos labios rojizos tan suaves, me estaba volviendo loco enserio... El aroma de su sangre, nunca había olido sangre tan dulce, quería comerme a Hana a besos y tocar su suave piel, tenerla en mis brazos....

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Finalmente entramos a la sala principal donde se llevaría a cabo la fiesta privada, gente de clase se encontraba aquí, aun que no quería era una obligación invitar a los emperadores y representantes de otros templos y compartir con ellos, por eso había invitado a Integra y a los draculas, no tengo representantes ya que yo personalmente me presentaba a las reuniones, pero en este momento era obligatorio.
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{Narra Seras}

Nos dirigíamos a la sala principal donde nos llevarían al brindis y donde sería una fiesta privada, el monje nos explicó que no sería muy larga, solo era para que los emperadores de otros templos conocieran a la nueva emperatriz o algo así.

Mientras esperábamos, veía que unas chicas le coqueteaban a mi maestro, no sabía si intervenir o no por que no soltaban a mi amo, no decía nada solo las ignoraba, pero sabia que no podría quitárselas de encima si no hacía algo, aparte no es que desconfiara de mi amo, pero desde aquella ve que me contó Hana que encontró una mujer con el cuando se le iba a declarar, aveces me da miedo que vuelva a caer en eso...Pero que tonterías digo, el cambio por ella y está dando su vida por ella, mi amo no le sería infiel a mi amiga.
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Finalmente baje las escaleras de la sala principal y veía como todos se iban inclinado hacia mi, me coloque en el centro para que todos me vieran y me escucharan.

-Bienvenidos y gracias por asistir a este evento, gracias corte de honor por estar aquí, emperadores, representantes... El templo de la oscuridad abre nuevamente sus puertas después de un incidente ocurrió.

-Benkei: un brindis por la nueva emperatriz.

Todos alzaron sus copas y tomaron un trago... Me dirigí hasta donde estaba Integra, durante el camino le daba las gracias a la gente que se me acercaba.

-Integra: felicidades emperatriz-se inclinó-. Es un honor volverte a ver.

-Gracias a ustedes por venir, espero que los hayan atendido bien-sonreí-.

-Seras: ¡Hana!-dijo contenta-. Di-Digo, emperatriz-se inclinó-. Lo siento aun no estoy acostumbrada.

-No te preocupes, para ustedes seguiré siendo Hana, no es necesario que me llamen emperatriz-acaricie la mejilla de Seras-. ¿Te ha gustado Japón?

-Seras:¡ por su puesto! Es tan lindo y tan colorido, la gente es muy amable y no se si pueda, pero quisiera provocar toda la comida de este país.

-Bueno eres una invitada especial, todo lo que pidas se te cumplirá- le sonreí-.

Me acerque a mi amado, estaba rodeado de mujeres, creo que necesita un poco de mi ayuda al parecer...

-Ejem-dije en seco-.

-[???]: emperatriz-se inclinó-. Lo sentimos no la vimos.

-Veo que ya conocieron a mi pareja-le sonreí al vampiro-.

-Las chicas: ¡Su pareja!-dijeron sorprendías-. ¡Lo sentimos emperatriz no sabíamos eso, una gran disculpa.-se retiraron apenadas-.

-Alucard: ¿Pareja eh??, Hubieras dicho el gran magnífico, poderoso, guapísimo e irresistible emperador Alucard -dijo burlón-.

-Chistosito-reí-. Te falta mucho para eso.

-Alucard: mi emperatriz-se inclinó-. Su presencia trae felicidad de nuevo a mi corazón... Te extrañe querida mía.

-Y yo a ti cariño-tome su rostro con ternura para verlo a los ojos-.
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Después de aquella corta reunión los invitados se fueron, le pedí a mis 3 invitados que le acompañaran a mi oficina para charlar con ellos de su viaje y de cómo han estado las cosas. También Integra me platicó del suceso que tuvieron una noche antes de venirse a Japón, un hombre tipo zorro los había atacado, pero que pudieron con el... Le dije que había un templo donde ahí eran tipo zorros, precisamente mi gente tenía ya conflictos con ellos y pensabas que lo más probable fue que ellos son los responsables de la destrucción de tu templo.
Después de todo ese informe llame empleados de mi templo para que les mostrara el camino a mis invitados de sus habitaciones y que fueran bien atendidos, Alucard negó la ayuda de mi empleado, diciendo que quería hablar conmigo primero, fue así como nos dejaron solos a mi amado y a mi...
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Alucard: querida lo siento... Pero ya no puedo contenerme más...

Alucard me acorraló contra la pared y me beso apasionadamente mientras se pegaba a mi cuerpo, deje que sus besos me consumieran... Nunca había compartido tanta saliva con el, no era un beso normal como los que nos solíamos dar aquellas veces, podía sentir mucha pasión, sentía calor... Era algo nuevo para mi, pero deje que me dominara, que me mostrara su amor...