𝐌𝐚𝐫𝐢𝐩𝐨𝐬𝐚𝐬 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐞𝐬𝐭𝐨́𝐦𝐚𝐠𝐨 [𝐴𝑙𝑢𝑐𝑎𝑟𝑑 𝑥 𝑅𝑒𝑎𝑑𝑒𝑟]

𝐆𝐮𝐞𝐫𝐫𝐚 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐭𝐞𝐦𝐩𝐥𝐨𝐬 (𝐈𝐈)

Alucard y yo salimos de mi habitación para encontrarnos con Integra, ya me sentía en paz de poder salir con el sin necesidad de esperar a que se fuera primero, estando ya comprometida con el ya nadie me podía decir nada,aun así unos estarían en contra, pues conservan sus ideas sobre eso, como aún no estábamos casados, solo comprometidos...
Llegamos a donde estaba Integra con Seras, pues la buscamos en el lugar donde habíamos quedado, pero los soldados me dijeron que fueron a la entrada rápidamente.
Al llegar, pude notar a Integra muy seria viendo algo desde lejos, al poner la mirada donde ella apuntaba pude apreciar que las tropas enemigas se acercaban, fue ahí cuando mis soldados dieron la señal para que todos se fueran a sus puestos y esperaran mi señal.
Antes de acercarse más, Kyoko se bajó de su caballo, haciendo señas que quería hablar conmigo para que no atacaran mientras se acercaba el solo, suspire y al querer avanzar, Alucard no me permitió avanzar, pues no me soltaba de la mano, me negó totalmente que fuera sola.

Al ver su acción le pedí que me acompañara, pero cuando hablara con el me soltara, aun así le pedí estar atento.
Ambos comenzamos a bajar las escaleras de la entrada de mi templo en dirección a donde se encontraba Kyoko,Integra nos miraba y analizaba al equipo enemigo.
Me pareció algo tierno la preocupación de Alucard, pero me costaba saber que era lo que sentía, pues mantenía esa expresión de seriedad sin corazón.
Finalmente estando abajo, nos acercábamos a Kyoko, fue ahí cuando le pedí a Alucard soltarme, el camino unos pasos mas junto a mi y  se detuvo quedando atrás de mi, yo avancé unos pasos más para acercarme a Kyoko, hasta que los dos emperadores de dos templos muy respetados y poderosos estaban frente a frente nuevamente, dando la cara por su gente.

-Kyoko: quería hablar solo con la emperatriz...No era necesario que trajeras a tu mascota-dijo viendo de reojo a Alucard-.

-Te voy a pedir que no te dirijas a el de esa manera, pues también me estás insultando a mi.

-Kyoko: ¿Yo insultar a la mujer más bella de Japón? Vamos, tenemos tiempo aún de arreglar bien las cosas...No se que hace una mujer como tú aún lado de un hombre como el.

-¿Me llamaste para hablar solo de mi prometido o por que tanto interés? Con gusto puedo pasarme horas hablando de el...

-Kyoko: Vaya, que sorpresa me acabas de dar...Iré al grano, como la mujer más bella del mundo me acaba de romper el corazón en mil pedazos, yo pensaba darte la oportunidad de arreglar las cosas como debimos arreglarlas desde un principio-dijo serio-.

-¿Yo casarme con un hombre como tú? No gracias...Prefiero estar muerta antes de pararme en un altar contigo.

-Kyoko: tu queridísima madre me autorizo una boda contigo antes de morir.

-¿Perdón?.

-Kyoko: lo que escucho majestad...Antes de morir su madre no le quedó de otra más que aceptar que te casaras conmigo, si la hubieras escuchado como gritaba del miedo-dijo burlón-.

-¿Que le hiciste?-dije molesta-.

-Kyoko: pues solo era pegarle un susto pequeño...Pero se me pasó un poco la mano-sonrío-. Lo mismo le iba a hacer a tu padre, pero se me adelantó, es una pena. Todo lo que hice por conseguirte, todo lo que tuve que hacer por poder, no me interesa tu inservible pueblo, solo lo hago por quitarte esa corona y aspirar tu maravilloso poder...No iba a dejar que una mujer como tu me opacara y me quitara mi lugar si nos hubiéramos casado para bien, serias inservible para mi y también pienso que tu queridísimo prometido ha de pensar lo mismo que pienso de ti y que solo te busca para...Complacerlo-dijo a tu oído-.

-¡Callate!-lo tome del cuello con fuerza-.¡No digas ni una palabra más!.

-Kyoko: eres tan débil, por eso eres tan frágil de corazón-rio-.