𝐃𝐞́𝐣𝐚𝐦𝐞 𝐬𝐚𝐧𝐚𝐫𝐭𝐞

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Lance un kunai hasta el techo, tendré que escalar rápido o romperán la cadena.
Comencé a escalar hasta donde estaba Alucard y Kyoko antes de que destruyeran el templo.
Al llegar hasta arriba por una extraña razón todo estaba en silencio, como si ambos se hubieran esfumado en el aire...

-Alucard: querida ven, ten cuidado no te vayas a caer.-dijo ofreciendo su mano-.

-Alucard,¿ qué pasó? ¿Donde está Kyoko?-dije tomando su mano para poder subir-.

-Alucard: el se fue, alertó a los guardias y se fue a una velocidad apenas visible...Pero ya estamos nuevamente juntos-beso mi mano-.

-Pensé que esto provocaría una guerra, no me iba a dar tiempo de proteger a mi gente...

-Alucard: estamos bien, no te preocupes...Ven.

Alucard tomó con delicadeza mi barbilla para voltearlo a ver, se acercó a mi lentamente a mis labios, cerré lentamente mis ojos...

¡No es real!

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Varias cuchillas atravesaron mi cuerpo dejándome completamente inmóvil, Kyoko me había engañado una vez más. Empujó mi cuerpo una vez más al agujero de donde salí, dejándome caer hasta impactar con el suelo, un "nos vemos pronto" fue lo último que escuché, las cuchillas me quemaban completamente, estaba empezando a tener complicaciones con mi vista, no podía hacer nada, me sentía inútil...¿Habré fallado como protectora de mi gente?. Finalmente mi cuerpo calló, ¿estaba muriendo? Todos los que estuvieron al mando del imperio incluyendo a mi padre murieron y sabía que ese sería mi mismo destino, pero no espere que fuera tan pronto...
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Abrí los ojos y me di cuenta que estaba tirada en el suelo, no estoy muerta, pero si me quemaba hasta el alma aquellas cuchillas enterradas en mi cuerpo...Es verdad, mi corazón no fue atravesado, estoy bien. Comencé a retirar lentamente aquellas cuchillas que me quemaban, tenía que aguantarme y hacerlo con cuidado para que no saliera disparada mi sangre... Ese olor, ese olor que me desagradaba, la última vez que bebí sangre me puse muy mal, no es que me ponga mal en el aspecto de que me de asco, si no que tengo tan bien controlado mi instinto de vampiro y logré alimentarme de otra forma,que al beber sangre me pongo muy agresiva.

~Hana...

Escuche y al voltear Alucard me abrió la boca y soltó unos litros de su sangre, haciéndome tragarlo a la fuerza. Lo empuje haciendo que me soltara y trate de provocarme el vomito para expulsar la sangre que bebí, pero muy tarde, ya lo había bebido por completo.

-Alucard: tranquila, estarás bien...

-¡¿Bien?!, yo no bebo sangre-tose-.

-Alucard: ¿No bebes? ¿Y como has sobrevivido tantos años?.

-Luego te explico-tose más-. Por favor, llévame al calabozo y no dejes que nadie se acerque.

-Alucard: ¿Pero por que?

-¡Tu hazlo!.

Alucard me cargo y de un momento a otro ya nos encontrábamos frente a una celda, me bajo con cuidado y entre rápidamente cerrando con seguro, amarre mis manos. Alucard me miraba confundido, patee la llave hacia el para que la guardara.

-Guarda esa llave, esa llave es para la cerradura de la celda y para el candado de las cadenas que mantienen mis manos.

-Alucard: pero, ¿por que te

𝐌𝐚𝐫𝐢𝐩𝐨𝐬𝐚𝐬 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐞𝐬𝐭𝐨́𝐦𝐚𝐠𝐨 [𝐴𝑙𝑢𝑐𝑎𝑟𝑑 𝑥 𝑅𝑒𝑎𝑑𝑒𝑟]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora