11 - La curiosidad mató al gato

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Emma

Alia tenía la ubicación de su casa o más bien apartamento guardada en el GPS del carro, así que no me moleste en preguntarle. Aparte cómo se mira no creo que me hubiera respondido.... solo espero y Vinnie no le haya hecho nada malo.

Pero conociéndolo, no sé sabe.

Llegamos al edificio, muy conocido por mí, ya que en el piso 29 está el departamento de mi hermano mayor, viene aquí cuando quiere tener privacidad con su novia.

Dejando de eso a lado, apago el carro y bajo de él, lo rodeó y abro la puerta del copiloto, Alia sale despacio como si fuera una ancJacksona agarrando se de los bordes para no caer.

Me acerco a ella y la ayudo, cierro la puerta poniendo la alarma después. Caminamos a paso lento, la tengo agarrada de la cintura una muy pequeña y su brazo por encima de mis hombros. Cuando llegamos a las puertas estas se abren solas, veo a Barry cerca del ascensor.

—Señorita Hacker, ¿se encuentra todo bien?

—Si, Barry. Solo fue un susto, casi tenemos un accidente automovilístico —miento y él asiente, entramos al elevador, Barry me pide el piso y volteo con Alia.

—Oh, pero si es la señorita que venía acompañada con el Señor Cooper, su piso es el 30 —Barry habla, aprieta el botón y las puertas se cierran.

Ah, por eso no estaba disponible, ya veo.

El piso 30 tiene dueño o más bien dueña, mi hermano quería el último piso, sin embargo, este ya estaba ocupado así que tuvo que agarrar el que le restaba.

El elevador hace un ruido "ting" indicando que ya estamos en el último piso, las puertas se abren y agradezco a Barry.

—No hay problema señorita Hacker, cuando guste —asiento sonriendo y él baja.

Busco la llave correspondiente de la puerta principal, dejó a Alia recargada sobre la pared, su cuerpo tiembla y parece estar en shock.

Ay hermano, ¿qué le hiciste?... ni creo que hayas sido tú, de seguro fue Jackson.

Abro la puerta, vuelvo a tomar a Alia y entramos, cierro la puerta con un leve empujón del pie y llevó a la pelirroja hasta el sillón.

—Muy bien Alia, ya estamos en casa, puedes estar más tranquila.

Parece que hablo con la pared, está ni se inmuta ante mis palabras.

Me levanto y observo a mi alrededor, silbo, que fachada de departamento. Un gato negro se sube al sillón y se acerca a Alia. Esta lo agarra y empieza a acariciarlo.

Voy hasta la cocina y tomó un vaso de vidrio y vierto agua en él, regreso con Alia sentándome a su lado y le extiendo el vaso.

—Alia, ¿puedes decirme que ocurrió?, ¿te lastimó? ¿Por qué no me esperaste en mi cuarto?, ¿a dónde fuiste? —le pregunto inquieta, aunque no sé si quiero saber las respuestas.

Llevo una mano a mi boca y empiezo a morderme las uñas, puede que ella se haya metido en un agujero sin salida.

Ella bebe un poco de agua y voltea conmigo, ya ha dejado de temblar, pero sigue teniendo los ojos cristalinos.

—Fu-Fue Vi-Vinnie, no m-me las-lastimo, sol-solo me...me as-asusto —tardo en entenderle, sus palabras parecen que se las dice a sí misma y no para mí.

Como si quisiera convencerse de eso, hasta asiente varias veces.

—¿Dónde estabas? —pregunto lento y lo más tranquila que puedo.

DANGER | Vinnie HackerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora