19 - Eres mía

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Emma

Apago el carro, estamos como a unas cinco casas de la fiesta, pero era el estacionamiento más cercano, le indicó a Alia que baje y también lo hago para después poner la alarma a mi bebé.

—Mierda, que frío hace —digo al instante que el ambiente gélido congele mis piernas, no soy tan precavida como Alia la cual trae un abrigo—. Vayamos antes de que nos congelemos.

Ella asiente, me cuelgo bien mi bolso y caminos hasta la casa, la música apenas se escucha y el patio está hecho un desastre, personas tiradas, vasos y hasta vomito.. qué asco.

Tomo a Alia del brazo y abro la puerta principal, el escandaloso volumen de la música, el olor a alcohol, cigarro y hasta sexo me invade de una, sí que está fuerte el ambiente.

—¡Hey!, Emm, viniste y traes a una acompañante —Collins hace acto de presencia, me acerco a él y le doy un corto abrazo.

—Felicidades abuelo, ya eres legal —mascullo divertida, empieza a reír por mi comentario y me estruja un poco más antes de soltarme.

Ve a Alia de arriba a abajo y sonríe como tonto.

—Hola, bella dama, soy Collins ¿y tú? —tapo mi boca con una mano evitando soltar una carcajada, el baboso no sabe quién es.

Miro que la pelirroja frunce el ceño, creo que ni escucho, la música está demasiado alta.

Me acerco al oído de Collins y le grito.

—¡Es Alia, imbécil! —sus ojos se saltan de su lugar y hace una exclamación de sorpresa.

—¿En serio?, guau, sí que guardas bien esas curvas —la halaga y le pego en el hombro. Alia bochornosa agacha la mirada.

Antes de otra cosa me cuelgo en su brazo atrayendo su atención.

—Bien, bien, menos platica y más alcohol. ¿Dónde hay bebidas, Collins?

—En la mesa de allá —señala una mesa que apenas es visible, puedo ver colores fluorescentes—. No se preocupen, son inofensivas.

Y con eso se va, hago gesto a Alia para que me siga y caminamos hasta la mesa. Llegando veo todos los colores.

—Mira esos, hay que probarlos —señalo dos, no sé que sean pero que brillen en la oscuridad esta cool.

—N-no bebo al-alcohol —apenas la escuche. Niega con la cabeza y empiezo a reír.

—No seas aguafiestas, ten —agarro los vasos y le tiendo uno, sus ojos brillan bajo la luz fluorescente. Lo agarra dudosa y se le queda viendo.

—¿Por-porqué es d-de este co-color? —pregunta meneando la bebida con el sorbete.

Me encojo de hombros.

—Le debieron echar algo para eso —digo desinteresada bebiendo un poco del mio.

Mmh... tiene un sabor agridulce.

Alia me mira curiosa y la tranquilizo.

—Esta bueno, no creo que tenga alcohol...

Me callo y sonrío, Alia le ha tomado. Espero su reacción... me carcajeo ante su mueca de disgusto.

—¿Qué? ¿Si tiene alcohol? —cuestiono encarnando mis cejas, miro el contenido del vaso y lo remuevo con el sorbete.

Yo no sentí nada.

Levanto mi vista y Alia asiente frenéticamente. Le sonrío y vuelvo a beber. Saboreo, pero no encuentro signos de alcohol. Debe ser por el líquido fluorescente. Aunque a la pelirroja si le gusto, ya que le da un largo trago y festejo.

DANGER | Vinnie HackerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora