DANGER | Vinnie Hacker

30 - Dolor = Placer

Alia

Escucho sus pasos a los segundos siento su presencia a mi lado. Trato de no respingar por su tacto en mi mejilla, su mano se encuentra fría.

— Que hermosa te ves dormida — su pulgar delinea mis labios — Tan tierna y vulnerable — termina de decir y siento un pico en mis labios. Su cuerpo se pone a horcajadas del mío y se sienta en mis piernas, no dejando caer todo su peso.

No te muevas...no te muevas.

Repito esas palabras por cada segundo que pasa, estoy muy tranquila por su cercanía y eso me aterra. No debería mi cuerpo acostumbrarse a él.

— No, así me gusta — regreso a la realidad y al parecer está hablando con los demás de algo — Me encanta este color — acaricia mi pelo y jala levemente unos mechones.

Con sus dos manos aprieta mi rostro y lo lleva para adelante, vuelvo a sentir sus labios sobre los míos, un beso donde yo no participó ya que estoy "dormida".

— Sé que no estas dormida, tu corazón te delata — suelta mi rostro y toca varias veces dónde está mi corazón — Pero así quédate, me gusta cuando estás quieta.

Siento sus manos pasar por mis costados hasta las muñecas ahí aprieta demás. Cierro mis ojos con fuerza, eso dolió.

— Te pillaron haciendo algo muy trágico — sube las mangas de mi blusa y pasa sus dedos por mis vendajes — estuve a nada de salir y castigarte.

Esa declaración hace que mi corazón comience a palpitar más rápido. Siento como quita la venda de mi mano derecha, ahí decido abrir mis ojos.

Jackson me está mirando, sus ojos color azul se encuentran unos tonos más fuertes, trago en seco y bajo la mirada a mí mano. Él la toma y la inspecciona bajo la luz del fuego.

— No sé por qué la gente hace esto — pasa sus dedos por las cortadas — ¿Creíste que así podrías librarte de mí? — empieza a vendar mi muñeca y yo miro sus movimientos, son rápidos y bruscos, está enojado.

— N-no — miento y él levanta la vista una vez terminado de vendar mi mano — S-solo quiero que...que m-me deje de..de doler — le confieso con la voz ya quebrada, mi vista se nubla.

— Shh, no llores — retira mis lágrimas con sus dedos y acuna mi rostro entre sus manos — El dolor es parte del placer...— besa mis labios y se lleva uno consigo mordiéndolo, chillo y pongo mis manos en su pecho tratando de empujarlo, ni lo he movido.

Está enfermo, el dolor no es parte del placer. No entiendo su lógica, ni quiero entenderla. Suelta mi labio y mi rostro a la par, se levanta de encima mío y jala uno de mis brazos para que me levante, siento un tirón en mi parte intima acompañada de un dolor insoportable, mis sollozos comienzan.

— ¡Quiero que te calles! — grita a centímetros de mi cara, ahogo un grito y cierro mis labios para no causar más ruido — Si te dejaras llevar no sentirías dolor, si te entregaras por tu cuenta a mí no sentirías dolor, por eso te duele...—mantengo mi vista al suelo, él caricia mi pelo — Pero no quieres y mientras te sigas negando a ser mía, sufrirás.

Y sin compasión jala de mi brazo a la salida de la biblioteca, mis piernas flaquean y caigo de bruces al suelo, escucho un suspiro y toma un puñado de mi pelo para levantarme, no me resisto y me levanto ahogando mis sollozos por el dolor.

— Que torpe eres — sigue sosteniendo mi pelo, lo jala hacia bajo para que mi rostro quede expuesto a centímetros del suyo, a pesar de que somos casi de la misma altura con él me siento pequeña e inferior — Subirás hasta tu habitación y una vez ahí te doy 5 minutos para que te duermas — sus ojos irradian un brillo y sus pupilas están más abierta de lo normal — De lo contrario té castigare.