22 - Bandeja de oro

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Alia

Estoy en la que se supone que es mi habitación.

Es en el último y tercer piso, la habitación es grande con una cama espaciosa en medio y a cada lado un buró con su respectiva lámpara. 

Al lado derecho está la puerta principal y esta se encuentra entre abierta ya que por una razón inexplicable solo se abre por fuera. Hecho que causa terror en mi sistema.

Dejo de ver la puerta y regreso mi mirada a los grandes ventanales que llegan del piso hasta el techo.

El bosque se deja ver y las gotas de agua escurriendo por la ventana también. Me gustaría salir y disfrutar de la lluvia, pero la puerta corrediza está cerrada.

Y afuera hace frío.

Me tapo mejor con la cobija, envolviendo bien mis pies, estoy sentada en el piso frente a las ventanas. Cierro mis ojos y suspiro.

Quisiera ser esas gotas e ir libre por donde quiera.

Si... ese no es mi caso, no soy una gota de agua mucho menos soy libre, alguien muy malo y enfermo tiene el control sobre mí, y tengo por seguro que, si no nos hubiéramos conocido así, sino de otra manera... no sé... tal vez seriamos una pareja "normal", yo ayudándolo con su trastorno y él a mí, aunque la realidad es otra.

La curiosidad pudo más conmigo.

Y lamentablemente salí perdiendo más de lo que imaginaba.

Me sobresaltó por el relámpago poco después lo acompaña un espantoso trueno que hace vibrar las ventanas. La lluvia se intensifica, me corro un poco para atrás alejándome de la ventana...

Pisadas fuertes interrumpen mis pensamientos, son como si estuvieran corriendo. Volteo a la puerta justo cuando Vinnie entra.

Está agitado, su mirada llena de miedo me encuentra y corre hacia mi.

—¿Escuchaste eso? —habla rápido, a centímetros de mi cara, asiento en respuesta—. Tengo miedo —confiesa y sin más me aprisiona en sus brazos, no identifico quién es.

—¿Tu e-eres? —pregunto adolorida, solo tengo dos opciones es Ethan o Liam. Los otros no creo que le teman a los truenos y relámpagos.

—Liam, soy Liam —titubea, noto como tiembla, ¿acaso puede solo una personalidad tenerle miedo a algo? O ¿será que todos le temen?

Ya no aguanto el dolor.

—M-me aplastas —hablo a hilo de voz, otro trueno se escucha y empeora la situación.

—Mierda, moriré de un paro cardíaco —masculla.

Intento pararme, él parece entender mi mensaje y me ayuda.

—Mmh... —gimoteo internamente, no soporto este sufrimiento.

—¿Te duele mucho? —inquiere preocupado.

Asiento débil.

—Ven —me carga como recién casados, caminamos hasta la cama y me deja lentamente—. Iré abajo por algo de comer y te traigo una pomada también —sonríe, da un beso en mi frente y sale de la habitación.

Muevo mi cuerpo despacio hasta el respaldar y ahí espero a que Liam venga, este a los pocos minutos entra.

—Hice sopa hace rato, en los días así me gusta comer algo caliente —comenta, llega hasta mi lado y pone la bandeja en mis piernas delicadamente, esta tiene dos platos de sopa, dos vasos con agua de ¿jamaica?, creo, ya que es roja, y un botecito cristalino con pomada.

DANGER | Vinnie HackerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora