13 - Enfermería

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Alia

Mi fin de semana paso lento, apenas si había comido estos dos días, en mi cabeza no dejaba de repetirse el suceso con Vinnie o mejor dicho Jackson, una de sus personalidades, de tanto analizarlo concluí que era él.

Mañana no quiero ir a la prepa, no quiero verlo, puede que Jackson no este afuera... sino su personalidad ¿nerd?, pero eso no importa cuando son físicamente iguales.

Por más que quiera y desee no puedo faltar a clases, no me la están pagando para que yo esté perdiendo el tiempo así que intentaré no ponerle atención y si llego a detectar a Jackson... debo alejarme lo más que pueda.

Porqué el estudio es primero antes que nada y no puedo mucho menos debo dejarme llevar por este miedo que nació en mí.

Guardo todo en mi mochila, recojo las bolitas de papel y la basurita del lápiz. Con la mochila en el hombro voy a la cocina y tiro lo que traigo en la mano. Apago todas las luces, inspecciono que la puerta principal está cerrada, una vez hecho eso subo las escaleras hasta mi cuarto.

Dejo la mochila en la banca que está al final de mi cama y me encamino al armario, tomo ropa para el día siguiente y salgo, la acomodo donde está mi mochila y ya para acostarme voy al baño a lavarme los dientes y cara.

Ya traigo puesta mi pijama, desde hace rato que me bañé de una vez me la puse. Ya no me he comunicado con mis primos, deben estar muy ocupados con la universidad, mañana si me da chance iré a verlos.

Bostezando apago las luces de aquí también, nunca me ha gustado la oscuridad.

El cuarto no se queda totalmente oscuro, la refrigeración emite una lucecita de los números así que esa hace que pueda ver alrededor, Eclipse ya está acostada en la almohada, pongo mi alarma y dejo el teléfono en la mesita.

Me acomodo en la posición de siempre y cierro los ojos.

Para conciliar el sueño imagino mis manos tocando el piano, en casa había uno, padre lo tocaba, en las noches siempre sonaban las melodías, al principio pensaba que se tocaba solo, así que decide ir a investigar y me sorprendí ver a papá sentado con los ojos cerrados y sus manos moviéndose sobre el teclado, sus melodías eran lentas y suaves, perfectas para dormir.

Me acerqué a él y la música se detuvo, me vio y sonrío, estiro sus brazos hacia mí y yo deje que me cargara y pusiera en su regazo, recuerdo ese día, me susurró al oído, «cierra los ojos y déjate llevar por la música, mi princesa».

Y así lo hice, tiempo después yo empecé a tocarlo, ya estando un poco más grande de edad, mis padres me pagaron clases, fui a todas por dos años, practique y practique hasta que yo era la que tocaba las melodías en la noche arrullando a mis padres para que tuvieran un sueño tranquilo.

Así, con una sonrisa en mis labios, dejo caerme a la oscuridad.

5:50am

Estiro mi cuerpo, algunos huesos crujen, me levanto de mi cama calientita, si por mi fuera dormiría todo el día.

Me pongo mi ropa con toda la pereza del mundo. Mi vestimenta consiste en un vestido color verde y unas sandalias negras.

Arrastrando mis pies voy hasta el control de la refrigeración y la apago. Me dirijo al baño, lavo mi cara y dientes. El sueño no se ha ido por completo, pero si el suficiente para poder bajar las escaleras sin caerme.

Salgo del baño y me muevo al armario, cepillo mi cabello, lo ato en una coleta, tomo mi cadena y rocío un poco de perfume. Apago la luz y con mi mochila junto a mi celular, bajo al primer piso.

DANGER | Vinnie HackerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora