Alessandro

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Nunca en mi vida había presenciado un acto tan sádico, el hombre que está colgado del techo se ha desmayado por el dolor provocado por Bianca. A pesar del nudo que tengo en el estómago consigo parar temporalmente varias hemorragias, por lo que ha dicho, volverá para acabar con su vida.

Gio pone su mano en mi hombro y señala la puerta con la cabeza mientras suspira, salimos acompañados de Antoni y lo escucho suspirar a mi izquierda.

-Bianca acabará igual de mal que su padre- se lamenta- Cuando conoció a Lia pensé que podría volverse menos macabro, pero cuando ella quiso abortar a Bianca fue lo que terminó por destruir la poca humanidad que le quedaba.

- ¿Su madre quiso abortar? - pregunto  viendo como Gio haciendo una mueca asintiendo

-Ella estuvo con Matteo por dinero, cuando le contó que estaba embarazada el fue el hombre más feliz hasta que le dijo que se hiciera cargo de pagar una clínica para que pudiera abortar- relata Antoni- Durante el embarazo lo chantajeo cientos de veces con atentar la vida contra la vida de su hija no nata para que le diese más dinero. Un día Matteo llegó de viaje y se encontró a su mujer con otro hombre en su cama, estaba a días de salir de cuentas. Cuando Bianca nació, la mató.

Se me ponen los pelos de punta al escuchar el relato y definitivamente no creo poder sorprenderme más, levanto la cabeza al sentirme observado viendo a Bianca en su balcón mientras fuma.

-No sé ni lo que hago aquí...-murmuro apartando la mirada de esa intimidante mujer

-Eso sí es mi culpa- habla Gio haciendo una mueca- Pensé que te trataría como al anterior médico, nunca estaba aquí y ni se molestó en hacerlo llamar para advertirle- se lamenta- Bianca te tiene en el punto de mira, siento haberte metido en esto.

No contesto y entramos a la mansión donde recojo mis cosas para marcharme caminando a casa, en el trayecto no puedo parar de darle vueltas a mi caótico primer día.

Quizá me esté metiendo en un lío gigante y mañana me encuentren tirado en un callejón con un agujero de bala en mi cabeza, pero mi madre me enseñó a verle el lado positivo a todo, aunque una persona fuese mala siempre hay una pequeña parte que no lo es y quiero saber cuál es la parte buena de Bianca Martinelli.

Llego a casa y estoy solo, Fran debe tener guardia, me doy una ducha y cuando me acuesto solo rezo porque mañana sea un día más tranquilo en lo que a partir de hoy debo llamar trabajo.

Cuando amaneció estaba igual de solo que a la hora de acostarme, desayuné rápido al ver que Gio me reclamaba en la mansión. Me subo a mi querido Bugatti y arranco hacia la residencia Martinelli.

Me permiten aparcar el coche en un garaje lleno de coches de alta gama y entro por el mismo lugar que ayer. Veo a Gio sentado en un sofá bostezando mientras mira a Bianca hablar con un hombre que me es conocido.

-Buenos días- saludo y todas las miradas se dirigen a mi.

Bianca me inspecciona rápidamente para luego lamer sus labios y veo un atisbo de sonrisa en su rostro, el hombre que reconozco como el que estaba en la discoteca aquella noche me mira altivamente para regresar la mirada a Bianca.

-Creí que nunca llegarías- celebra Gio cuando me siento a su lado

-Pensé que había una urgencia médica- le digo y el niega con la cabeza.

-Que va, me aburría mientras escuchaba al lameculos de Luka- lo señala con la cabeza

Ambos tienen la mirada fija en unos papeles de la mesa, desde mi posición veo que hay unos planos estirados que ocupan toda su atención.

-Tienen un problema pero creo que tu maravilloso cerebro superdotado puede ayudarlos- dice y frunzo el ceño

-Yo no soy superdotado Giovanni- le digo y el se encoge de hombros

-Para mi si lo eres

Se me hace raro que ya me hable como si me conociera de toda la vida, aunque debe de conocerla, puesto que me investigó a fondo para poder trabajar aquí.

-Yo creo que debemos seguir con nuestro transporte habitual –le dice el tal Luca a Bianca y ella rueda los ojos

-Llevo media hora dándote los motivos para dejar de seguir con ese transporte- dice mirándolo tan fijamente que si fuera yo, defecaría en mis pantalones del miedo

-Pero solo hace falta darle más dinero a los guardias- protesta su acompañante.

-¿Puedo aportar algo?- pregunta Gio mientras eleva su mano como si estuviese en el colegio, Bianca suspira mirándolo y asiente- Tenemos la solución aquí mismo- me señala y abro los ojos sorprendido

-¿Cómo nos va a ayudar un simple civil?- escupe con asco Luca mirándome

-El simple civil es el médico de la mansión Luca- le dice Antoni entrando a la habitación- Yo creo que deberías tratarle con más respeto- dice y el gruñe enfadado

-Olvidamos que este hombre es hijo de policía por lo que puede tener información interesante- dice Gio y hago una mueca.

Llevo años sin hablar con mi padre, desde los dieciocho exactamente, nos hemos llamado muy pocas veces ya que para el soy una vergüenza por dedicarme a la medicina y no hacerme policía como el y sus familiares.

-Gio yo no puedo ayudar con esto- le susurro asustado de la reacción que pueda tener Bianca por estar aquí molestando

-Sí puedes, usa tu maravilloso cerebro- me anima Gio

-Ponte en su lugar- habla Toni señalándolos con la cabeza- Tienes que transportar un cargamento ilícito a las islas italianas ¿cómo lo harías sin que la policía lo interceptara?- cuestiona y yo trago saliva nervioso

-Pues teniendo en cuenta el control policial que hay en aeropuertos y carreteras lo que haría sería llevarlo por debajo del agua- me aventuro y escucho la carcajada de Luca mientras que Bianca me mira impasible

-¿Cómo pretendes que eso..?- comienza a preguntar pero ese cortado por Bianca

-No, calla- le dice mientras se cruza de brazos- Sigue hablando

-Hace años la gente que transportaba tabaco de contrabando con barcos pero nunca se pensó que con un submarino podría lograrse más discretamente- digo y me callo al ver que todos me miran, Luca deseando mandarme a mí al fondo del mar, pero solo me observan

- ¡Eso es perfecto! - celebra Gio sonriente

- ¿Hay alguna nave cerca de la costa? - le pregunta Bianca mirando a Luca y el asiente fulminándome con la mirada. - Antoni quiero que para dentro de una semana estén listos mínimo seis submarinos con todo lo necesario para transportar la mercancía

Este asiente y yo me levanto para ir a mi puesto de trabajo, paso al lado de Bianca delante de la ventana. Escucho gritos y cuando miro al exterior veo una camioneta de la que bajan varios hombres que comienzan a disparar a la ventana.

Su objetivo era Bianca, pero como estaba yo delante, la bala impacta contra mi brazo haciendo que grite del dolor, una mano me lanza al suelo y veo a Bianca fruncir el ceño a mi lado.

Rompe su camiseta para hacerme un torniquete y yo me muerdo los labios para no quedar mal delante de gente que parece no sentir dolor ninguno.

-No te levantes- me dice y saca sus armas para ir a la esquina de la habitación y comenzar a disparar

Luca me mira y sonríe superior, como si estuviese feliz de mi estado.

- ¿No eras el médico? - se burla- Pues cúrate solo o mejor no hagas nada para que no tenga que volver a oírte.

Gio me arrastra hasta el pasillo donde no hay ventanas y comienza a hacer presión en la herida, provocando un dolor que para mi es demasiado.

La regina della mafia (U.C.C #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora