Entro en el hospital y subo rápidamente a la habitación de Alessandro viendo a Gio con Toni haciendo guardia en su puerta.
-Id a la mansión, quiero que vigiléis al capullo que está en la caseta- les digo acercándome a ellos- Si se mueve un solo milímetro, golpeadlo.
Ambos asienten y yo me meto a la habitación, Alessandro hace una mueca mirando el teléfono y cuando escucha la puerta levanta la vista para mirarme.
-Maximiliano me matará cuando lo vea- dice y sonrío divertida al recordarlo- ¿Por qué lo echaste del hospital?
-Me estaba poniendo nerviosa con sus estúpidas preguntas y como Antoni me quitó las pistolas lo saqué a patadas- digo acercándome a la ventana –Encontré a ese hijo de puta, estaba escondido como una rata en el baño del Bassiani. Cuando salgas de aquí decidirás qué quieres hacer con él, lo tengo encerrado en casa.
-No sé Bianca- dice suspirando bajando la mirada a su regazo- Yo no quiero hacer daño a nadie.
-Te disparó Alessandro- digo hablando entre dientes- Si por mi fuese, lo mataría con mis propias manos por haberte tocado.
Me giro poniendo las manos a mi espalda mientras miro por la ventana asegurándome de que las dos camionetas con mis hombres están en la puerta vigilando.
La puerta se abre chocando con la pared haciendo un ruido seco por el golpe, me llevo la mano al cinturón de mi vaquero para desenfundar una de mis Berettas, pero antes de darme la vuelta escucho un grito de mujer.
-Mio figlio!
(¡Mi niño! Mio figlio!)
Al darme la vuelta veo a una mujer besando repetidas veces la cabeza de Alessandro mientras lo abraza con cuidado. Él me mira y asiente con la cabeza dándome a entender que no hay peligro. El hombre vestido de policía que entra en la habitación llama mi atención y lo reconozco al instante.
Vuelvo a colocar el arma en su funda consiguiendo que ninguna de las personas se den cuenta de esta.
-Casi me da un infarto cuando nos llamaron para avisarnos de que te habían ingresado Alessandro ¿Cómo te dispararon? - le pregunta su madre.
Su hermana se mantiene callada con la mirada gacha detrás de sus progenitores y su padre no me ha quitado el ojo de encima desde que entró, me apoyo en la pared viendo la preciosa escena que me están regalando madre e hijo.
El patriarca de la familia camina hacia mí con el ceño fruncido y su familia sigue cada uno de sus pasos atentamente.
-Papá...-lo llama su hijo, pero él lo ignora olímpicamente.
Sonrío de lado sabiendo el porqué de su comportamiento, cuando conocí a Alessandro pedí más información de su padre por una razón porque sabía perfectamente que la iba a necesitar.
Me mira fijamente y veo su cara deformarse de la sorpresa al reconocer el rostro de mi padre en el mío. Mueve su mano hacia su cinturón de policía para intentar desenfundar su arma y yo hago lo mismo con la mía.
-Bianca Martinelli- susurra con odio apuntando a mi cabeza al igual que yo con mi pistola, le quito el seguro a la Beretta y él me imita.
-Es un verdadero placer conocer al jefe de la policía de Sicilia, el famoso Francesco Rizzo- me burlo viendo como su cara se pone roja del enfado- Quién nada más ascender a su puesto lo primero que hizo fue desafiar a la mafia Martinelli, fracasando estrepitosamente, non si ricorda?
(¿No lo recuerda?, Non si ricorda?)
Le pregunto sonriendo malévolamente y veo como aprieta la mandíbula con fuerza deseando dispararme, pero las ganas que tengo de apretar el gatillo ahora mismo sin indescriptibles.
-Déjeme refrescarle la memoria, ideó una redada contra mi padre, pero lo que usted no sabía era que Matteo Martinelli ya sabía sus planes. Para cuando llegó a mi mansión la gran mayoría de sus hombres estaban agonizando en el suelo- digo sonriendo sádicamente- Los llevó a la boca del lobo- hablo viendo como su mano comienza a temblar recordando ese día- Mi padre quiso darle una pequeña advertencia, para que supiese con quien trataba inútilmente de meterse y ese día su hermano acabó como el resto de sus hombres. Muerto.
- ¡Cállate! ¡No tienes derecho a hablar de él! - grita fuera de sí.
-Se llamaba Piero ¿cierto? - pregunto haciéndome la loca cuando lo sé perfectamente.
- ¡He dicho que te calles! - grita pegando el cañón de su pistola a mi frente.
Su dedo tiembla sobre el gatillo y aprovecho su momento de debilidad para desarmarlo con mi mano libre en un movimiento rápido. Le apunto con ambas pistolas sonriendo victoriosa mientras me mira incrédulo.
-Tú le has hecho esto a mi hijo ¿cierto? - pregunta cabreado y suelto una carcajada divertida, porque me hace gracia de verdad.
-Si yo quisiese hace meses que estaría muerto, pero no, no fui yo- contesto sonriendo de lado.- Yo solo me lo follo.
Abre los ojos escandalizado y hace el amago de abalanzarse sobre mi pero presiono los cañones sobre su cráneo manteniéndolo quieto en su lugar.
-Bianca- escucho a Alessandro, noto un leve rastro de miedo en sus palabras, como si temiese por la vida de su padre.
-Tranquilo amore- le digo al médico sin separar la mirada de la de su padre- No voy a disparar a alguien en un hospital donde pueden tratar de salvarlo.
Con el arma de Francesco disparo rozando el lateral de su cabeza dando en la pared detrás de él. Habiéndome librado de la bala de la recámara le quito el cargador guardándolo en mi chaqueta y le devuelvo su arma de servicio descargada.
-Más tarde pasaré a verte amore- le digo a Alessandro y el asiente mirándome.- Ciao famiglia
(Adiós familia, Ciao famiglia)
ESTÁS LEYENDO
La regina della mafia (U.C.C #1)
Hành độngDe la bilogía; Una cura criminal. La regina della mafia. Una mujer con un único objetivo en su vida, gobernar la mafia más poderosa del mundo. Se tropieza...