Alessandro

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Si nunca había dormido con nadie entonces ¿por qué lo hizo conmigo? Por lo poco que la conozco nunca desobedecería una orden de su fallecido padre, lo lleva todo hasta el extremo.

Después de curar las heridas de la joven, Gio y yo salimos de la enfermería para ir al jardín. Sentados en el balancín decido soltarlo todo porque no tengo a Max para desahogarme y si no lo hablo con alguien, explotaré.

-No me voy a casar- digo y él me mira asombrado.

-Pero pensaba que...

-Nunca te dije ni que si ni que no el otro día, porque no sabía lo que quería, ahora sí lo sé.

-Oh, bueno- susurra sin saber qué decir.

-También una de las razones por la que no me quiera casar ,es porque puede que me guste un poco Bianca- farfullo y el jadea abriendo los ojos incrédulo.

-Puto Antoni, siempre tiene la razón- gruñe y a nuestras espaldas escuchamos la risa del nombrado.

-Los años me han dado mucha experiencia – dice sentándose en la silla delante de nosotros.

-Y también me dijo que me podría marchar de aquí como regalo de bodas, aunque no quiero irme de aquí.

-Pero no te vas a casar- puntualiza Gio y asiento con la cabeza dándole la razón.

- ¿Bianca sabe eso? - pregunta el mayor de los tres frunciendo el ceño levemente.

-Aún no he podido decírselo, cuando la volví a ver una menor amenazaba con acabar mi vida y no lo vi oportuno. Luego salió por patas por una cosa que dijo Gio.

-Oh, seguro que es por lo de dormir con alguien que no se ha casado ¿cierto? - le pregunta Toni a su compañero y el asiente con la cabeza confundido mientras que yo abro los ojos asustado.

- ¿Cómo sabes de lo que hablamos? Si no estabas allí. - le pregunta Gio frunciendo el ceño.

-Porque solo hay una cosa por las que Bianca se incomode y es esa regla que impuso su abuelo. - dice encogiéndose de hombros- Aparte de que sabiendo que había dormido con Alessandro poco antes, estaba claro.

- ¡¿Cómo?!- grita Gio sorprendido alternando su mirada incrédula entre Antoni y mi persona.

-Pe...pero si nadie me vio- tartamudeo nervioso porque Bianca se pueda enterar y piense que estoy contándoselo a la gente, cuando lo único que deseo es recordar la noche de ayer solo para mí durante el resto de mi mísera existencia.

-Tenía turno de las cámaras de seguridad, te vi entrar a la noche y salir el día siguiente terminando de abrocharte la camisa a toda prisa- dice y suspiro pasándome las manos por la cara.

- ¿Y cuándo me lo ibas a decir? - le pregunta Gio y él se encoge de hombros.

-Cuando estuviese seguro de mi teoría- le responde escuetamente y lo miro confundido.

-¿Qué teoría?

-Que están ambos locamente enamorados- dice haciendo reír a Gio y yo abro los ojos sorprendido.

-Espera ¿ambos? ¿crees que a Bianca le gusto?

-Sin ninguna duda- dice y antes de que podamos decir nada los llaman para ir a una de las bodegas así que me dejan solo.

Me meto en la habitación que dormí la otra noche y suspiro pasándome las manos por la cara, no es justo para Fran que haya estado con otra mujer mientras estábamos juntos. Mañana mismo iré al hospital a hablar con ella.

Bostezo y miro la hora, las dos de la mañana y Bianca no ha vuelto, necesito verla para asegurarme que está bien después de que escapase de mi hace unas horas.

Bajo al salón y me siento en el sofá sacando mi teléfono, me entretengo leyendo un libro que tengo descargado. Varias horas después escucho un coche derrapar en la entrada y el que no hayan comenzado a disparar me da pie a suponer que no nos están atacando.

La puerta se abre y veo a Bianca tambalearse mientras entra a su casa, me levanto rápidamente al ver el estado en el que está. No tiene estabilidad y es lo que pasa cuando tienes más alcohol en vena que sangre en el cuerpo.

-Suéltame- dice tratando de soltarse de mi agarre, pero como no es ni capaz de sostenerse ella sola mucho menos es capaz de controlar toda la fuerza que tiene.

-Mírame Bianca- digo y poso mi mano en su mandíbula obligándola a mirarme, hago una mueca cuando veo lo rojos que tiene los ojos - Ven conmigo.

La sostengo de los brazos y la llevo a la cocina donde la ayudo a sentarse, saco una botella de agua de la nevera y se la pongo delante.

-Bebe.

-Va' a farti fottere- dice hace el amago de irse pero la mantengo sentada.

(Va' a farti fottere ,Vete a la mierda)

-Bianca te estás deshidratando, si no bebes te...

-Déjame en paz Alessandro, eres la última persona que quiero ver ahora mismo- dice y le acerco más la botella.

- ¿Por qué eres así Bianca? La noche de la fiesta benéfica nos lo pasamos muy bien – digo tratando de comprender una vez más porqué me trata así.

-Escucha Alessandro yo soy una persona rota y estoy sola en esta vida porque no he sido capaz de salvar la vida de la única persona que he querido, dejándolo morir en mis brazos.- dice y noto como se le rompe la voz cuando recuerda a su padre- Tengo problemas de ira, actúo por impulsos, puede que me muera en una hora y a mi no me importa. Lo único que tengo es la mafia y si lo quisiese podría hacerte desaparecer con tan solo chasquear los dedos.

-Pero no lo harás- digo y ella rueda los ojos cruzándose de brazos.

-¿Cómo estás tan seguro de eso?

-Tratas de ser mala, de parecer peligrosa, pero yo solo puedo ver tu lado bueno.

-¡No soy buena joder! ¡Todos me temen! - grita golpeando la encimera- Y tú estás ahí parado sin asustarte ni un poco- farfulla confundida, pero sacude la cabeza- He matado a mucha gente Alessandro, no soy buena- repite tratando de hacérmelo entender, pero niego con la cabeza.

-Si estás tratando de que me aleje de ti permíteme decirte que no lo vas a conseguir.

- ¡Tengo lo que todo el mundo puede querer!

-Tienes dinero, pero eso no lo es todo en la vida- digo y veo como tensa su mandíbula por la burbujeante rabia que le provoco.

-Tengo poder.

- ¿Y de qué te sirve el poder si no tienes a alguien con quien pasar los malos ratos, celebrar los triunfos o abrazar en las noches?

- ¿Por qué me llevas la contraria?- cuestiona mirándome agotada porque no es capaz de doblegarme tan fácilmente sin que tenga una pistola en sus manos.

-Porque todo el mundo necesita a alguien que le lleve la contraria, para que te des cuenta de que no siempre tienes razón y de que abras los ojos.

Aprieta los labios con fuerza y se levanta para empezar a subir las escaleras, la sigo y me quedo al pie de la escalera viendo como se aleja de mi.

-Mañana iré a ver a Francesca-digo y ella frena en medio de la escalera al escucharme- Voy a dejarla, no me casaré con ella y tampoco quiero dejar de trabajar aquí.

Me mira de reojo y asiente, sigue subiendo las escaleras y lo siguiente que escucho es como cierra la puerta de su habitación.

La regina della mafia (U.C.C #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora