Mi profesora es mi esclava - Scarletwidow Wandanat

Soy tu esclava (Parte 4)

Me quedé tendida en el sillón, en mitad del aula vacía, jadeando, desnuda, intentando recuperar el aliento.

De fondo escuchaba a Nat hablar consigo misma mientras rebuscaba en su mochila.

-Conque soy inaguantable, ¿eh? Muy bien...

-Nat...lo siento...- susurré- no pretendía decir eso...

-Ya, claro... ¡Ah, aquí está! Un uniforme nuevo para mi profe favorita, para que veas que no te guardo rencor. ¡Toma, póntelo!

Me alargó una prenda de color rojo y tamaño mínimo. No parecía ningún uniforme, de hecho era algún tipo de pieza de lencería.

Me levanté como pude del asiento, con las piernas todavía temblando, y me puse el "uniforme".

-¿Pero qué es esto...? -dije, mirando hacia abajo, incrédula.

Se trataba de una especie de bodi rojo transparente, tan transparente que se veía cada rincón de mi piel.

Nat me cogió de la mano.

-Tu nuevo uniforme, ya te lo he dicho... Ven, ponte aquí, delante de la pizarra, profe...Muy bien...- Me quedé de pie, sorprendida.

Nat sacó su móvil y antes de que pudiera reaccionar me hizo una foto. Bueno, una detrás de otra.

Se movía a mi alrededor como si estuviéramos en una sesión de modelaje.

-Perfecto, me encanta...

Yo me limitaba a mirarla con expresión aturdida.

-Vale, ya tengo bastantes...- dijo después de un rato - Mira, ¿Quieres ver lo guapa que estás? - Acercó el móvil para que pudiera admirar su obra.

Observé mi imagen: de pie ante la pizarra, se me veía claramente , pero en lugar de vestir con mis habituales ropas conservadoras, llevando el bodi rojo transparente...Era una prenda de una pieza, con tirantes. Parecía ser de una talla menor que la mía, y empujaba mis pechos hacia arriba y afuera de forma exagerada.
Y no solo eso, en la zona de la entrepierna tenía una abertura por la que asomaba mi sexo, mis labios... Era peor que estar desnuda.
Junto con las medias de rejilla rojas y los tacones, me daba un aspecto totalmente obsceno, vulgar.

-Pero si parezco una...una...

-¿Una mercenaria del amor?- dijo burlonamente- ¡De eso se trata! Ah, falta un detalle...- rebuscó en su mochila y sacó un nuevo objeto...un collar de perro.

La miré boquiabierta. Ella asintió, sonriendo.

Esta chica está loca, pensé. Pero loca perdida.

Sin embargo, preferí no discutir con ella, y me limité a ponerme el collar. Cuando acabé, le engancho una correa.

-Ya está, y ahora... ponte a cuatro patas.- la miré fijamente.- Sí, sí, ya me has oído.

Por un momento pensé en abalanzarme sobre mi alumna, abofetearla...Respiré hondo. No era una buena idea. Aguanta un poco más, me dije, ten paciencia... Ya casi está.

Así que me puse a cuatro patas, en el suelo.

-Esa es tu posición, ese es tu lugar, ¿Lo entiendes? -me dijo- Porque eres mi Perra...

-Sí, Ama...

-Y ahora vamos a dar un paseo.

Salimos de esa forma al pasillo del instituto, ella tirando de la correa, y yo gateando por el suelo, medio desnuda, con ese obsceno bodi rojo que dejaba mi sexo al aire. Sentía como mis pechos se bamboleaban a cada paso, a punto de desbordarse.