Nat no respondió por el WhatsApp. Me llamó por teléfono directamente. Tomé aire antes de descolgar.
-¿Qué ocurre, Wands?- exclamó- ¿Qué es eso de no vernos más, de qué estás hablando?- Su voz sonaba nerviosa, enfadada y puede que...asustada. Me llamaba por mi nombre, señal de que para ella era un asunto serio.
En mi mente había preparado un largo discurso sobre las razones por las que no era buena idea seguir con nuestras aventuras, pero a la hora de la verdad me quedé en blanco.
Así que simplemente respondí:
-Yo...no estoy bien.- lo que también era cierto.
-¿Qué quieres decir? ¿Qué te ha pasado?- de repente su voz cambió, reflejaba tanta preocupación, se mostraba tan protectora , que no pude evitar sentirme conmovida.
-Yo...nada, es que he estado pensando...y toda esta situación...me supera...
-¿Qué? ¿Pero por qué? - Me había bloqueado, ahora no sabía cómo responder. Porque creo que me gustas, pensé.- Y eso me plantea un desafío que no tengo valor para afrontar.
-¿Te preocupa que se enteren? ¿Es por eso?- Salvada por la campana. No se me había ocurrido, pero era la excusa perfecta.
-¡Sí, Natasha, eso es! - suspiré- Verás, he estado pensando...Lo del otro día, en el instituto, fue muy arriesgado... Y si seguimos con esta historia, al final alguien se va a enterar. -Era un argumento que no implicaba exponer mis sentimientos, así que podía seguir hablando sin problema- Yo...me ha costado mucho llegar hasta aquí, mi trabajo, mis cosas, entiéndelo...y ahora podría perderlo todo.
-Ah, bueno...pero si sólo es eso...- parecía aliviada. A fin de cuentas solo se trata de tu vida, pensaba que era algo importante, vino a decir.- ¡No tienes que preocuparte, mujer!
-Pero...
-Escucha, dime una cosa...¿Te gustan nuestros juegos? Dejando al margen todo lo demás, ¿No quieres que sigamos adelante?
Esa era la pregunta clave. Abrí la boca dispuesta a negarme, a decirle, no, en absoluto, no quiero seguir con esto.
-Yo... bueno, sí.- reconocí. Mierda. Tanto drama para acabar respondiendo así. Odiaba ser tan débil.
-¡Vale, pues no te preocupes! Si ese es el problema, encontraré la forma de arreglarlo.
-¿Pero cómo?- dije, esperanzada a mi pesar. (Parece que había olvidado que el objetivo de esta llamada era terminar con nuestra enfermiza relación.)
-No lo sé, ya se me ocurrirá algo. Tu ahora descansa, y deja de comerte la cabeza, ¿Vale?
-Vale...- respondí suavemente. Una vez más, ella parecía la adulta y yo una niña perdida.
Nos despedimos, y me quedé con el teléfono en la mano, mirando la pared y reflexionando.
En ningún momento Natasha había usado la existencia de mis fotos robadas para presionarme.
Es decir, aunque yo había expresado mi intención de poner fin a nuestra historia, ella no había nombrado las fotos. (Ni yo le había hablado de mi video, ya que estamos)
Una conversación sin chantajes ni amenazas, como si la nuestra fuera una relación normal.
Como si nosotras fuéramos normales.
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Ya se me ocurrirá algo, me dijo, y yo me quedé esperando, confiando en ella.
Pasó un día, y no tuve noticias suyas.
Pasó otro día más, y no hubo ningún mensaje.
Volví a mis rutinas domésticas habituales.
Ahora que habían acabado las clases mi vida era más solitaria todavía.
Después de haber probado otro tipo de emociones, mi antigua normalidad me parecía más aburrida y monótona que nunca.
El fin de semana llegó y me lo pasé delante de la tele, viendo series en el sofá y comiendo helado, en vez de alojarme en el hotel más lujoso de la ciudad, como había planeado Natasha.
Esto es lo que querías, me dije, deberías estar contenta.
Llegó el lunes y me sentía muy deprimida. Empecé a sospechar que no volvería a saber nada más de ella. Seguro que pasa de ti.... Habrá encontrado un entretenimiento nuevo.
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Mañana cumplo 18 así que si no me saludan cuando publique la historia quedan bloqueados, guerra avisada no mata gente.
-Jat
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Mi profesora es mi esclava - Scarletwidow Wandanat
FanfictionMe llamo Wanda, tengo 32 años, y trabajo como profesora en un prestigioso instituto privado para señoritas en Madrid. Soy una persona seria, discreta y trabajadora. Desde hace dos meses, también soy la esclava sexual de mi alumna, Natasha. ¿Cómo he...