Segundo Asalto

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-¿Que no hemos hecho más que empezar?-pensé. Si apenas me había recuperado...

Estaba empapada, con el corazón a cien por hora, sintiendo todavía las vibraciones del juguete en mi interior...¡Dame un respiro!

En cambio, me imaginaba a Natasha cómodamente escondida en su mansión de niña rica, en un dormitorio tan grande como mi apartamento, jugando conmigo, usando su ordenador para hacerme saltar, vibrar y correrme a su antojo, como si fuera su muñeca.

¡Qué gran invento era este juguete, para una fanática del control como ella!

Pues yo también quería jugar, yo también quería poder controlarla a ella.

Y sabía cómo hacerlo.

Ahora es mi turno, Nat...Puede que tú tengas todo el dinero del mundo...puede que tengas mis fotos, y tus juguetes con mando a distancia, pero yo tengo algo que tú quieres...

Me recosté sobre la cama y cogí el portátil.

-Natasha, escúchame...- comencé a hablar.

Al mismo tiempo, cambié la interfaz del programa de videollamada para poder ver mi propia imagen a toda pantalla.

-¿Qué...?¿Qué haces, profe...?

Ahora podía verme mejor, tal y como aparecía en su ordenador.

El pelo despeinado, las mejillas enrojecidas, mis pezones marcándose a través de la camiseta...Ahora sí que me veía sexy... Y me sentía sexy.

-Eres...increíble...- le dije- ... quiero que sepas que nunca nadie me ha hecho sentir así...

-¿En serio?- dijo halagada.

-Sí, y quiero agradecértelo...

Dejé el portátil sobre la cama, justo entre mis piernas. Quería que tuviera unas buenas vistas de lo que iba a pasar.

-¿Pero qué estás haciendo, profe?-Soltó una risita nerviosa, pero podía notar como su respiración se aceleraba.

Cada vez que tomo la iniciativa se desconcierta, no sabe cómo actuar.

-¿Me ves bien, Natasha?- dije.

-Sipp...

¿Se estaría acariciando también, mientras me veía por la webcam? Es de suponer que sí, aunque cuando habíamos jugado en persona, nunca había hecho nada de eso, solo se limitaba a mirarme y a sonreír como una maldita psicópata.

Sé lo que quieres, Natasha, y te lo voy a dar, pensé. Todo lo que quieres, y mucho más.

-Mírame, Natasha...-Dije con voz sensual.- ...mira lo que hago por ti...

Llevé las manos a la cintura de las braguitas y las deslicé hacia abajo lentamente.

-Bufff...profe...-suspiró.

Me quite las bragas y me recosté de nuevo sobre la cama, con las piernas abiertas y el portátil entre ellas.

Ahora Natasha podía ver un primer plano de mi sexo empapado. Entre mis labios asomaba la tira de goma rosa del juguete.

La cogí entre los dedos y tiré de ella hacía afuera, hasta sacar el aparato de mi cuerpo. Yo estaba muy mojada, así que salió con facilidad. Levanté el juguete ante la cámara, mostrándoselo a Nat. Todavía estaba vibrando suavemente, brillante y resbaladizo.

-Mira, Nat...- repetí- Mira las cosas que hago por ti...-acerqué el aparato a mi boca y deslicé la punta de la lengua sobre él, mirando a la cámara de forma provocativa.

Mi profesora es mi esclava - Scarletwidow Wandanat Donde viven las historias. Descúbrelo ahora