Nat se levantó de su asiento bruscamente y me cogió del brazo.
-Ven conmigo- dijo.
- ¿Adónde vamos? - No respondió- ¿A qué vamos a jugar ahora... Ama?
-¡A que cierres la puta boca cuando yo te diga!
Sonreí para mis adentros al oír su respuesta. Nat sabía que no había vencido mi resistencia, y eso le sacaba de quicio.
Caminamos por la clase hasta mi escritorio.
Cogió mi sillón con ruedas de detrás de la mesa y lo arrastró hasta ponerlo delante de la pizarra.
-Siéntate aquí. Muy bien, eso es... Y ahora separa las piernas.
Eso hice. Así sentada, desnuda y con las piernas abiertas de cara a los pupitres, me hizo recordar un sueño que había tenido días atrás... La mire con actitud inocente.
-¿Estoy bien así, Ama?
Me lanzo un objeto al regazo, exclamando:
-¡Métetelo!- Lo observé un momento. Se trataba de otro huevo vibrador accionado por control remoto, un aparato de color negro y superficie rugosa.
Yo seguía estando muy mojada, así que me lo introduje con facilidad.
-Vale, ya sabes cómo va esto, la única diferencia es que voy a manejar este trasto con un mando, en vez de con el ordenador, pero por lo demás es igual:
Yo controlo la intensidad, yo controlo el ritmo, y yo te controlo a ti.
Por supuesto, pensé.
-Bien, vamos allá...- dijo, poniendo el aparato en marcha. Yo me retorcí en el asiento al sentir la vibración, pero no dije nada.
-¿Te gusta esto...profe?
-Sí, Ama...- era la verdad.
Ella se sentó frente a mí, con el mando en la mano.
-¿Así que te gusta exhibirte desnuda delante de tu alumna, eh? ¿Te gusta masturbarte delante mío?
-La verdad es que...me encanta...- respondí, mirándola fijamente. Ella subió la intensidad del aparato.
-Ooooh..- levanté el trasero del asiento al sentirlo.
-Eres una pervertida, ¿Lo sabías?
-Lo... he descubierto... gracias a ti...
Ella accionó el mando, y de pronto, sin poder contenerme, tuve un nuevo orgasmo. Me doblé sobre mí misma, temblando, gimiendo.
Este aparato era diferente, me daba placer de una forma mucho más intensa... O igual era yo, que estaba muy excitada por la situación.
Jadeando, me agarré a los reposabrazos del sillón. El sudor me resbalaba por la frente, por el cuello...Y por abajo también me notaba bastante mojada.
Ella se inclinó hacia delante, hasta que su rostro estuvo a pocos centímetros del mío.
-¿Te has acariciado estos días, pensando en mí? - Preguntó, igual que cuando jugamos a través de la webcam. Le devolví la mirada.
-Todos...los...días.
-¡Mentirosa!- comenzó a subir de nuevo la intensidad del cacharro.
-¡Para, para, por favor! - supliqué.- Deja que me recupere un momento...- Me recordaba a esas pelis donde torturan a un tipo con descargas eléctricas para obtener información. Esto era algo parecido pero mucho más placentero.
-!Habla!- dijo, en su papel de malvada en este interrogatorio.
-Es la verdad...Toda esta semana...pensaba en ti...y en lo que íbamos a hacer...y no podía evitar tocarme. -confesé- Durante el día estaba ocupada, pero por la noche...no podía parar.
-Sigue...
-Ayer tenía más tiempo libre...y estuve en mi casa...durante horas...- dije, remarcando la palabra- usando tus juguetes...nunca tenía bastante...
-¿Tú? -se burló- ¡Me cuesta imaginarlo!
-Te entiendo...- suspiré- yo antes no era así...
-¿Ah, sí? Entonces dime, ¿Es que nunca antes te habías sentido atraída por una de tus alumnas?- sonrió con malicia.
-¿Perdona? - A pesar de la situación en que me encontraba, estuve a punto de echarme a reír.- ¡Noo, nunca!
Me miró con escepticismo.
-En primer lugar, por principios, claro,- le expliqué- pero es que además, si quieres que te sea sincera... es que vosotras sois...perdona la palabra, pero sois... ¡inaguantables! - Su rostro se iba ensombreciendo por momentos, pero me daba igual.- ¡Bastante esfuerzo supone soportaros todos los días en clase! Con vuestras risitas, vuestros dramas juveniles y vuestras tonterías...Como para pensar en acostarme con una... niñata.-
Quizás fui demasiado dura, pero, a fin de cuentas, yo nunca había buscado esa situación, me había visto obligada a aceptar bajo coacciones... (aunque luego lo estuviera disfrutando)
En fin, este exceso de sinceridad por mi parte no fue una buena idea.
Sin mediar palabra, Nat activó el mando hasta ponerlo al máximo, haciéndome saltar en la silla. Me llevó al borde del orgasmo y luego se detuvo. Volvió a hacerlo, y volvió a parar. Así varias veces. Era muy frustrante...
-Por favor...Ama...- le supliqué al fin, jadeando.
-Escúchame bien... Profe...- me susurró al oído, inclinándose sobre mí. - eso que has dicho...sirve para describir a mis compañeras...- comenzó a subir de nuevo la intensidad del aparato.- ellas sí que son unas niñatas de mierda...
-Oooohhh...
-Pero yo no, ¿Me oyes? - lo puso al máximo de nuevo, y esta vez lo dejó allí, provocándome un orgasmo tremendo. Comencé a retorcerme en el sillón, de forma incontrolable.
-Yo no soy como las demás, ¿Me oyes? !Yo no soy así!- dijo, mientras yo me corría una y otra vez.
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Mi profesora es mi esclava - Scarletwidow Wandanat
Fiksi PenggemarMe llamo Wanda, tengo 32 años, y trabajo como profesora en un prestigioso instituto privado para señoritas en Madrid. Soy una persona seria, discreta y trabajadora. Desde hace dos meses, también soy la esclava sexual de mi alumna, Natasha. ¿Cómo he...