Mírame

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Esa noche tuve un sueño.

En mi sueño, que parecía una especie de película, alguien me secuestraba al salir del trabajo, usando un paño con cloroformo para dormirme.

Al despertar, volvía a estar en mi clase, pero esta vez, recostada sobre una especie de sillón de ginecología, situado delante de la pizarra, atada de pies y manos...y totalmente desnuda.

Miraba a mi alrededor, alarmada, al ser consciente de mi situación: tenía fuertes correas ceñidas en torno a mis muñecas y tobillos, que me hacían adoptar una postura totalmente expuesta, indefensa, con los brazos extendidos y las piernas muy abiertas.

Intentaba soltarme, me retorcía, pero era imposible.

-¡Socorro, por favor! ¡Que alguien me ayude!

En ese momento, aparecía, cómo no, Natasha.

Me miraba con su sonrisa burlona, con los brazos cruzados, recorriendo mi cuerpo de arriba abajo con su mirada.

-Pero profe, ¿Qué has hecho?¿Cómo has acabado así?

- ¡Natasha, por favor, ayúdame!

-No sé, la verdad...Mira qué hora es, la clase está a punto de empezar...

- ¡Oh, no!

- ¿Qué van a pensar tus alumnas cuando te vean? La señorita Wanda, siempre tan seria, tan profesional, aquí atada, desnuda, enseñándolo todo...

-No, no, por favor...- intentaba al menos juntar las piernas, pero era imposible.

-Natasha, pues favor, no quiero que me vean así, ayúdame...-le suplicaba, muerta de vergüenza.-¡haré cualquier cosa que me pidas, lo que quieras! - Estaba dispuesta a obedecerla en todo con tal de librarme de esa humillación.

- ¡Ya sé lo que vamos a hacer!- decía ella por fin. Cogía el sillón, que por lo visto tenía ruedas, y lo movía hasta dejarme plantada justo delante de la puerta de la clase. - ¡Ya está! Así todas te verán nada más entrar.

- ¡No, no! Natasha, no me hagas esto...

-Ya me imagino su reacción... -decía sonriendo- primero los gritos de sorpresa, y luego las risas...seguro que te hacen fotos con el móvil...

- ¡Dios mío...!

-No te preocupes, estás preciosa...- me repasaba con la mirada- con tus pechos, tan grandes... Vaya, parece que tienes los pezones duros...

-¿Qué? No...

-Sí, sí...Y con tu rajita, tan...- se inclinaba entre mis piernas para mirarme bien, justo ahí- ¿Pero qué es esto? ¡Pero si estás mojada!

-No, no es verdad...- protestaba yo, intentando en vano cerrar las piernas.

-Sí, sí...¡mira, estás toda mojada! ¿Te gusta esta situación, eh? Desnuda, atada, expuesta delante de todo el mundo...

-No es verdad, yo...- y en ese momento, de pronto, algo pasaba en mi interior.

Me rendía, dejaba de luchar, y decidía reconocer la verdad. Toda la tensión acumulada, se desbordaba como una presa abriendo sus compuertas.

-Vale...tienes razón...- susurraba- me encanta...

-Uhhh- se burlaba ella. - ¡Lo sabía, profe, eres una exhibicionista!

-Sí...-decía yo- Me encanta que me mires...-cerrando los ojos, me recostaba, separando aún más las piernas, para mostrarme mejor.

-¿Ah, sí? Cuéntame...

-Sí, es verdad, me gusta exhibirme para ti... -confesaba - Me pones muy caliente... todas estas cosas...que me haces...y que me haces hacer...

De pronto era como si hubiera perdido la cabeza, me dejaba llevar por un frenesí.

-Mírame bien, Nat...quiero que me veáis bien todas...-jadeaba, levantando el trasero del asiento. Ahora estaba deseando que entraran mis alumnas y me encontraran así, arqueando la espalda, con las piernas muy abiertas y el pecho enrojecido por la excitación, exhibiéndome -Miradme bien...

Me desperté de pronto, empapada y a punto de correrme, sintiendo como me latía allí abajo.

Natasha, ¿Qué me has hecho? -pensé- Ya no solo me controlas en la realidad, ahora también en mis sueños...

Con una mezcla de vergüenza y excitación, cerré los ojos, deslicé la mano entre mis piernas, y comencé a acariciarme...

Mi profesora es mi esclava - Scarletwidow Wandanat Donde viven las historias. Descúbrelo ahora