Siempre lo has sabido

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-¿Qué has hecho... qué?

-Ya me has oído, Natasha...-le respondí, sintiendo cómo me temblaba la voz- El otro día...puse cámaras ocultas en la clase. Tengo un video en el que apareces reconociendo en voz alta tu chantaje, en el que se ve cómo me obligas a... hacer de todo, con amenazas. En el que se ve qué clase de persona eres...está todo grabado.

Ya está, ya no había vuelta atrás, por fin me había decidido a plantarle cara a mi alumna.
Estábamos en el gimnasio del instituto, a solas, y la luz de la tarde entraba por la claraboya tiñendo la atmósfera de un color dorado.

Ella estaba de pie frente a mí, vestida con el uniforme del colegio, yo con mi habitual ropa gris, en medio de la pista vacía.

Tragué saliva después de soltarle la bomba a Natasha.

Resultaba algo absurdo que una adulta como yo tuviera miedo de alguien como ella, pero lo cierto es que me sentía muy inquieta en esos momentos.

Y no era para menos...Vi con creciente alarma como la expresión de Nat, sus hermosos rasgos, se transformaban en una máscara de furia.

-Tú...eres...una...¡ZORRA!- gritó.

Di un paso atrás, sobresaltada. No estaba acostumbrada a que me hablaran de esa forma, y no era agradable.

-Natasha, te lo advierto...- le apunté con el dedo, intentando transmitir algo de autoridad.

-Eres una zorra...- dijo de nuevo, en voz baja. - ¿Cómo has podido hacerme algo así?- Exclamó, extendiendo los brazos. -¿Cómo? -Su tono era el de una persona herida, traicionada.

-¿Yo? ¿Lo que te he hecho yo? ¿Y lo que tú me has hecho a mí?- Dije, sintiendo cómo me invadía la rabia.- ¡Robaste mis fotos! ¡Me amenazaste con enseñárselas a todo el mundo! Me has...humillado, me has utilizado...- me quedé sin palabras, de pura indignación.

Me miró como si yo hablará un idioma extranjero, negando con la cabeza.

-Profe, yo te he devuelto a la vida...

-¿De qué estás hablando?

-¡Por favor, no finjas! No me digas que preferías tu vida de antes. ¡Del trabajo a casa, de casa al trabajo!- dio un paso hacia mí, con los puños apretados.- ¡Aburrida! ¡Sola!

-¿Pero qué te has creído?- Yo también avance un paso hacia ella, levantando la voz.- ¿Quién te crees que eres para juzgarme, para decidir por mí? ¿Y si yo prefería estar así?

-¿Me vas a decir que no te ha gustado nada de lo que hemos hecho estos días? ¿Que no lo has disfrutado igual que yo?

Dudé por un segundo antes de responder.

-Esa...esa no es la cuestión.

-¿Ah, no?

-No, no lo es.

-Ya, claro...

Se cruzó de brazos , con su habitual sonrisa desafiante.

-Muy bien, ¿Y ahora qué? ¿Qué hacemos?

-Ahora...se acabó, Natasha.

-¡Y una mierda!

-Se acabó. No más juegos, no más vídeos...cada una por su lado. Y no hablaremos más de este tema. Esto nunca ha ocurrido.

-No.- negó con la cabeza, sin dejar de sonreír.- No me da la gana.

-Te lo advierto, Nat... Déjame en paz.

Mi profesora es mi esclava - Scarletwidow Wandanat Donde viven las historias. Descúbrelo ahora