Capítulo 6

2.6K 313 14
                                    

- Ya veo, sus oídos ¿No? Bien por él -

- No es bueno. Se ha debilitado ahora que puede oír -

- ¿En serio? -

- Quiero decir, fue golpeado por ese Ayakashi que incluso tú pudiste matar -

- Bueno, gracias -

Miré a Hyakkimaru que estaba a mi lado por un momento.

- Estará bien ¿No? - Dice Dororo.

- Ha superado lo peor de todo. Podríamos usar alguna medicina, si solo tuviéramos alguna -

- Iré a buscar alguna. Hay una gran ciudad al otro lado del río -

- No lo harás, mejor no... - Dije lo más suave posible por Hyakkimaru.

- ¿Eh? ¿Por qué? -

- _____ tiene razón, mejor no. Escuché que hay una gran guerra preparándose. Es peligroso -

Asentí concordando con el sacerdote.

- Al parecer el clan Sakai, que gobierna esta área, traicionó a un aliado. Los dos ejércitos tienen sus espadas desenvainadas -

- Sería suicidio que unos extraños como nosotros nos acerquemos a ellos - Hablé.

- Por eso di la vuelta y me encontré con ustedes tres -

- Maldición ¿Por qué a los samuráis les gusta pelear tanto? -

Hyakkimaru se cubre los oídos y se da vuelta hacia mi lado, yo lo miré un momento antes de levantar la mirada hacia Dororo y dejar mi dedo sobre mis labios para indicarle que baje el tono de voz, ella entiende y se cubre la boca.

- Lo siento, eso fue demasiado fuerte -

- No te muevas ahora. Tus heridas se abrirán -

El sacerdote se acerca e intenta mirar a Hyakkimaru pero este se resiste.

- Cielos. Eres como una bestia herida escondida en su cueva - Agarra su muñeca y se acerca a su oído - Escucha. Esta es la voz de un humano. Los otros sonidos son las criaturas del bosque, el fuego y el viento. Tienes que acostumbrarte a ello. Salir de tu cueva y vivir en este mundo -

Hyakkimaru lo aparta.

- Aniki... Está herido. No lo fuerces -

- Es verdad, pero tiene que entender que acostumbrarse es lo mejor - Dije y apoyé mi mano en el hombro de Hyakkimaru.

- Si pero necesita tiempo para acostumbrarse -

- Y nunca dije lo contrario - Respondí sonriendo y apoyando mi mano sobre su cabeza.

- No me trates como a un niño - Dice y se aparta, yo me reí leve.

- Pero si lo eres -

- Que no - Se cruza de brazos pero entonces me mira - Ne... onēchan... Huh ¿P..Puedo llamarte así? -

Sonreí enternecida y asentí.

- Claro. Dime ¿Qué ibas a decir? -

Ella sonríe sonrojándose levemente pero me responde.

- ¿Podrías volver a cantar esa canción... ? -

- Te gusto ¿Eh? -

Se sonroja de nuevo y aparta la mirada, reí leve pero entonces suspiré y así lo hice.

- Uno, dos... Debajo de la ventana, donde los niños duermen. Flores blancas en la noche de una luna pálida. Tres, cuatro, ¿dónde florezces? En el marco del espejo de mama. Una pequeña flor azul florece. Vamos a contar, vamos a contar, vamos a buscar y contar las flores. Cuenta hasta siete y ocho. En el sueño en el que los niños duermen. Mami te dará un ramo de flores -


Cuando me di cuenta, Dororo nuevamente se había dormido y Hyakkimaru se había destapado los oídos. Me miró un momento.

- Creo que quiere que vuelvas a cantar - Dice el sacerdote.

- Ya veo... bueno, entonces... -

Volví a iniciar la música y Hyakkimaru cerró los ojos como si disfrutara de ella y quisiera dormir más tranquilo.

***

***

- ¡Aniki! -

Dororo lo llama mientras corre hacia él donde una chica lo sostiene y al notar lo débil que estaba nos hace ir a su... casa... para tratarlo. Allí lo acuestan y Dororo le coloca un trapo con agua en la frente.

- Nunca lo había visto tan débil antes -

- Debe ser por sus heridas, pero también ha recuperado muchas cosas de los demonios. Tal vez está teniendo problemas para adaptarse -

La chica se acerca a nosotros.

- Aquí hay algunos trapos viejos pero limpios - Me los entrega.

- Gracias -

- Mio ¿Era? - Pregunta el sacerdote - Perdónanos por causarte tantos problemas -

- De ningún modo. Por favor quédense hasta que esté mejor -

- ¿Podemos? - Pregunta Dororo.

- Por supuesto. Hay mucha gente aquí como tu hermano mayor -

- ¿Más gente? - Cuestioné curiosa.

- Si, todos estamos acostumbrados a esto. No sean tímidos, saluden niños -

Por el hueco que era la puerta se asoman unos niños y al entrar pudimos verlos con más claridad dándonos cuenta que todos eran discapacitados.

- Hubo una guerra terrible. Perdimos nuestras casas y todo lo que queríamos. Así que todos vivimos juntos aquí -

- ¿Entonces ninguno de ellos tiene padres? -

- Que insensible - Dije dejando caer leve mi puño en su cabeza y haciendo una mueca.

- Lo siento -

- No te preocupes y si, pero todos son niños maravillosos - Mio abraza a una niña - Lo hacemos de alguna manera, aunque todos somos jóvenes.

- Mio-nee ¿Sigues despierta? - Un niño con una escoba saca a los demás de la habitación y le dice a Mio que duerma o más bien le ordena que se vaya a dormir, me dió risa aquello.

- Está bien, está bien. Si necesitan algo, pregúntenle a Takebo -

- Date prisa. Hice el desayuno así que cómelo antes de dormir -

- Si, si -

- Hay algo para ustedes también - Takebo nos apunta, pero entonces un niño nos trae un tazón de avena de papa.

- Gracias - Dije sonriendo leve.

- G..Gracias - Dice también Dororo.

NO TE DEJARÉ || Hyakkimaru x tú ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora